C¨¦cile McLorin Salvant: ¡°Mi trabajo consiste en conmover¡±
Ha pasado 22 de sus 24 a?os busc¨¢ndose. Ahora la cantante ha irrumpido en la ¨¦lite del jazz con una visi¨®n libre de la tradici¨®n
Cuando se habla de C¨¦cile McLorin Salvant, uno debe empezar justific¨¢ndose. ?Qu¨¦ tiene de especial esta cantante para haberle robado el coraz¨®n al aficionado del jazz sin distinci¨®n de edades, procedencia social o gustos? ?Es C¨¦cile el nuevo mes¨ªas venido a rescatar el jazz vocal de su letargo? En esto, como en todo, hay que manejarse con precauci¨®n. Demasiadas ¡°nuevas Billie Holiday¡±; demasiadas promesas incumplidas¡, pero no. C¨¦cile McLorin Salvant es distinta, acaso porque no pretende serlo. Los hechos, y no los adjetivos, hablan por s¨ª mismos. Ha sido elegida mejor cantante, en dos categor¨ªas ¡ªcomo artista consagrada y como estrella emergente¡ª, en la ¨²ltima edici¨®n de los premios Down Beat, equivalentes a los Oscar en jazz. Nadie en los 64 a?os de historia de los galardones ha logrado semejante haza?a. Y lo m¨¢s desconcertante: su edad. Porque, el nuevo mes¨ªas versi¨®n cantante de jazz no ha cumplido los 25. C¨¦cile ha pasado 22 busc¨¢ndose a s¨ª misma, sin encontrarse. As¨ª que algo tendr¨¢ quien, en poco m¨¢s de dos a?os, ha recorrido el tortuoso camino hacia la fama que a muchos les lleva una vida. Verlo para creerlo. Conclusi¨®n: para entender el fen¨®meno C¨¦cile McLorin Salvant hay que escuchar a C¨¦cile McLorin Salvant. Y si es en directo, mucho mejor.
La cantante recibi¨® a Babelia tras su concierto en el Festival de Jazz de Vitoria el pasado 19 de julio. Est¨¢ exhausta, confiesa, despu¨¦s de un viaje de Marsella a Vitoria, pasando por Par¨ªs. ¡°En las ¨²ltimas 24 horas he dormido apenas tres, pero esto tambi¨¦n forma parte del aprendizaje. Ella (Fitzgerald), Sarah (Vaughan), Betty (Carter), todas pasaron por lo mismo: las giras, la falta de sue?o¡¡±.
PREGUNTA.?Supongo que son cosas que uno no tiene en cuenta cuando decide convertirse en cantante de jazz.
RESPUESTA.?En realidad, es algo que nunca me plante¨¦, entre otras cosas porque he pasado media vida sin saber qu¨¦ hacer. Yo era la t¨ªpica adolescente dubitativa. Me gustaba cantar, pero tambi¨¦n me gustaba ir a la escuela, leer¡ Ve¨ªa a alguien cantando ¨®pera por televisi¨®n y quer¨ªa ser cantante de ¨®pera; ve¨ªa una pel¨ªcula de Walt Disney y quer¨ªa formar parte de eso. Realmente, no sab¨ªa lo que quer¨ªa.
P.??Hasta que un d¨ªa baj¨® el Esp¨ªritu Santo?
R.?Viaj¨¦ a Aix-en-Provence para pasar un verano, y ah¨ª, no s¨¦ por qu¨¦, me plante¨¦ por vez primera si yo de verdad podr¨ªa servir como cantante, y hasta d¨®nde ser¨ªa capaz de llegar¡ Suerte que Jean-Fran?ois Bonnel se cruz¨® en mi camino. ?l fue mi primer profesor de improvisaci¨®n, con ¨¦l conoc¨ª el repertorio cl¨¢sico de jazz y, sobre todo, me ayud¨® a creer en m¨ª misma.
P.?Dieciocho meses despu¨¦s se ha convertido en una estrella del jazz¡
R.?Yo no soy una estrella, pero s¨ª es cierto que estos dos a?os han sido una locura, cada vez m¨¢s conciertos en teatros cada vez m¨¢s grandes, y siempre llenos. Por eso mismo, mi principal obsesi¨®n en estos momentos consiste en tratar de mantener la cabeza fr¨ªa. Me ayuda no leer nada de lo que se publica sobre m¨ª, y s¨®lo escuchar alguna cosa que alguien me cuenta en medio de una conversaci¨®n. Qu¨¦ puedo decir, vivir lo que estoy viviendo es algo extraordinario. Estar¨ªa loca si no lo reconociera.
P.?Cabr¨ªa pensar que esa negativa a leer lo que otros escriben sobre usted es producto de la inseguridad.
R.?Simplemente no me siento a gusto leyendo lo que se dice sobre m¨ª, como tampoco viendo mis v¨ªdeos o escuchando mis discos. En alg¨²n momento puedo estar condicionada por el qu¨¦ dir¨¢n. Soy insegura, me da miedo hacer algo y que luego me d¨¦ un ataque de p¨¢nico pensando si lo hice bien. A veces me despierto envuelta en sudor convencida de que lo que hago es un fraude. Pienso que no me conviene estar constantemente pendiente de lo que otros piensan o escriben sobre m¨ª, y c¨®mo se supone que deber¨ªa mostrarme ante los dem¨¢s. Adem¨¢s, considero que no es demasiado importante. Mi trabajo consiste en conmover a trav¨¦s de mi m¨²sica, y eso es lo ¨²nico que cuenta. Ni siquiera me gusta hablar sobre el tema. Hay ciertas cosas que tienen que ver con la m¨²sica que no pueden, ni deben, ser expresadas en palabras.
P.?Hay una palabra que aparece con inusitada frecuencia en sus declaraciones: ¡°Obsesi¨®n¡±. ?Es usted obsesiva?
R.?Soy lo que podr¨ªa decirse una obsesa musical, aunque s¨®lo me obsesiono con una cosa cada vez. Atravieso fases en las que escucho lo mismo una y otra vez. Hace un mes era Joni Mitchell, y antes Betty Carter. Ahora es Lole y Manuel.
P.??Lole y Manuel!
R.?S¨ª, de verdad. Ahora mismo no escucho otra cosa. Me tienen loca desde que un amigo comparti¨® por Facebook el v¨ªdeo de Todo es de color. Todos los d¨ªas lo ve¨ªa, seis, siete veces, me lo s¨¦ de memoria¡ Me gustan porque son diferentes, su m¨²sica es flamenco y no lo es; es algo raro, extra?o, que me atrae sin remedio. Estoy absolutamente obsesionada con ellos, oh, man!
P.?Eso explica algunas cosas¡
R.?Supongo que s¨ª, pero hay que tener cuidado, porque la obsesi¨®n puede llevarte a la mera copia, algo totalmente est¨²pido. Es idiota pretender ser como Vaughan o McRae. Al comienzo de mi carrera, me pas¨¦ medio a?o encerrada con Bessie Smith, s¨®lo escuchaba sus discos, d¨ªa tras d¨ªa. Pero una cosa es el disco, y otra el directo. Cuando canto una canci¨®n suya sobre un escenario, estoy conectada con la canci¨®n en s¨ª misma, no con su autora. Soy yo cantando a Bessie, no es Bessie. Sin embargo, cuando escucho sus discos, puedo sentir la conexi¨®n profunda que me une a ella, veo c¨®mo era, cu¨¢les fueron sus vivencias, el mundo que le rodeaba. Cuando canto, trato de no pensar en qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s. Soy yo y la canci¨®n, no hay m¨¢s.
P.??Qu¨¦ significa para usted la tradici¨®n?
R.?Cuando pienso en tradici¨®n, pienso en h¨¢bitos, en historias que se dejan en herencia de generaci¨®n en generaci¨®n. No es casualidad que mis artistas favoritos se distingan por su inclinaci¨®n a jugar con la tradici¨®n, a menudo deconstruy¨¦ndola. Creo que aporta profundidad y riqueza. Me confieso absolutamente fascinada con la tradici¨®n musical estadounidense, algo sobre lo que me gusta reflexionar cuando act¨²o, ensayo o escribo.
P.?Es curioso que su sentido de la tradici¨®n le haya llevado al territorio de lo ¡°pol¨ªticamente incorrecto¡±. Lo digo por su querencia por las melod¨ªas sexistas, racistas y/o semipornogr¨¢ficas de principios del siglo XX, que ha rescatado. ?No teme ser malinterpretada?
R.?A veces someto alguna canci¨®n a la prueba del algod¨®n del p¨²blico, pero eso es s¨®lo una parte de mi repertorio. Si tuviera que definir mi estilo, dir¨ªa que es variado. Mi inspiraci¨®n viene de lo que escucho, y me gusta escuchar de todo. Me gusta pasar de una cosa a otra, y que mis conciertos sean lo m¨¢s diversos posible, que cada set contenga una muestra de cada uno de los distintos aspectos del jazz. Porque hay muchas facetas de la tradici¨®n musical estadounidense que nadie recuerda, toda la m¨²sica de los a?os veinte, el country and blues¡ Me gusta ayudar a que la gente descubra esa m¨²sica, o que recuerden algo que hab¨ªan olvidado.
P.?En el concierto cant¨® a Bessie Smith, y a Valaida Snow, y Paul Anka, e interpret¨® a Nirvana y Eric Clapton. Cualquiera dir¨ªa que el mundo se ha vuelto loco¡
R.?Este mundo es a veces un poco extra?o, pero me encanta Nirvana. En el instituto los escuchaba a menudo, a ellos y a Alice in Chains. Pero no me veo cantando una canci¨®n suya. Paul Anka puede que s¨ª, yo no.
P.?Su versi¨®n de Alfonsina y el mar, con la que cerr¨® el concierto, result¨® conmovedora.
R.?La canto ¨²nicamente en los pa¨ªses de habla hispana. Es tan hermosa¡ Tengo la costumbre de cantar all¨¢ donde voy una canci¨®n en el idioma del pa¨ªs. Por ejemplo, cuando fui a Brasil cant¨¦ Flor de lis, de Djavan, y a la audiencia pareci¨® gustarle. Yo, al menos, me divert¨ª.
P.?Naci¨® en Miami, ha vivido en Francia y acaba de mudarse a Nueva York, ?c¨®mo lleva la Gran Manzana?
R.?Yo dir¨ªa que razonablemente bien. Lo malo de Nueva York es que es tan grande que no sabes por d¨®nde empezar. Aparte de eso, mi vida sigue siendo b¨¢sicamente la misma. Ensayo al piano, escribo m¨²sica, leo, disfruto de la ciudad, voy a museos, a conciertos, si puedo voy a clase con Barry Harris. Otras veces me quedo en el apartamento durmiendo, o dibujando, o viendo la televisi¨®n, sobre todo cuando acabo una gira. Creo que tengo derecho a holgazanear de vez en cuando.
P.?No ser¨¦ yo quien diga lo contrario. Pero hablando de trabajo, est¨¢ a punto de entrar a grabar su tercer disco, tras C¨¦cile y WomanChild.
R.?Ahora mismo estamos con los ensayos, escogiendo las piezas y escribiendo nuevo material, lo que constituye uno de mis objetivos prioritarios. Aunque no est¨¢ todo decidido, va a haber m¨¢s composiciones originales y m¨¢s ejemplos del Great American Songbook, sobre todo de Cole Porter, aunque no estar¨¢n sus canciones m¨¢s conocidas. Es uno de mis autores preferidos, sus canciones son tan sofisticadas, y tan sexis. El ¨¢lbum va a girar en torno al amor no correspondido, un tema altamente sugerente. Falta muy poco para que entremos en el estudio.
P.?Tambi¨¦n va a publicar su primer zine de dibujos de sirenas.
R.?Siempre me ha gustado dibujar, no s¨¦ por qu¨¦, y tampoco me lo planteo. Es algo que me relaja y me sirve para poner la cabeza en otro sitio. Y, desde luego, no sigo ning¨²n m¨¦todo. Es como en la m¨²sica, porque estoy segura de que si hubiera ido a una escuela de m¨²sica en Estados Unidos, sonar¨ªa igual que todas las dem¨¢s.
P.?Quer¨ªa preguntarle por sus gafas, su se?a de identidad. Desde Elvis Costello no se ve¨ªa una comuni¨®n ¡°gafa-artista¡± tan estrecha.
R.?Siempre he necesitado gafas, y ya que tengo que llevarlas, ?por qu¨¦ no buscar unas que molen? ?stas son de Emmanuelle Khanh, un dise?ador famoso por fabricar unas lentes enormes, que contaba entre sus clientes con los raperos de Run-DMC. Dejaron de fabricarlas, pero ahora han vuelto. Un d¨ªa las vi en Par¨ªs, y me enamor¨¦ inmediatamente de ellas. Ahora me est¨¢n haciendo un nuevo par especial para m¨ª.
P.?He le¨ªdo que anda a la b¨²squeda de un sonido especial que, de alguna forma, puede escuchar en su cabeza.
R.?Tengo una idea de lo que pretendo, y trato de ir hacia ese lugar, pero no es f¨¢cil. Busco un sonido que sea como una bola de madera c¨¢lida y crujiente. Ya s¨¦ que es una locura; no me pida que lo explique. S¨®lo s¨¦ que hay momentos en que me aproximo a esa bola de madera y es una sensaci¨®n muy emocionante, pero siento que todav¨ªa no he logrado dar con lo que busco. Por suerte, soy testaruda.
P.??Sigue alg¨²n m¨¦todo en su camino hacia ese sonido?
R.?Trato de dejar que las cosas fluyan sin pensar demasiado. Y esto tiene que ver con mi actitud como cantante. Soy incapaz de describir lo que pasa por mi mente mientras estoy sobre el escenario, no encuentro las palabras adecuadas. He pensado mucho sobre ello, pero no he llegado a ninguna conclusi¨®n. Aunque no practico el scat. Buena parte de lo que hago en el escenario es improvisado. Busco formas alternativas de improvisar y esa es una de las cosas buenas del jazz. Siempre nos estamos sorprendiendo los unos a los otros, nunca puedes estar seguro de ad¨®nde te va a llevar la m¨²sica.
P.?Tambi¨¦n ha dicho que busca ¡°contribuir con algo sustancial al mundo¡±.
R.??Dije eso? Supongo que es cierto. No estoy demasiado segura de lo que puedo hacer, pero s¨ª de que me gustar¨ªa contribuir al bienestar de mis semejantes. Quiero aprovechar el corto tiempo en que voy a estar aqu¨ª para hacer algo ¨²til. Quiz¨¢s mi m¨²sica pueda brindar un poco de consuelo a quien lo necesita. La m¨²sica es alegr¨ªa, placer, te hace crecer, te pone al d¨ªa. Hay tantas cosas que una simple canci¨®n puede hacer por los dem¨¢s.
P.??Qu¨¦ es el jazz para alguien nacido en los noventa?
R.?No estoy segura, depende de la persona. El t¨¦rmino jazz se ha convertido en un paraguas bajo el que cabe cualquier g¨¦nero de m¨²sica, es f¨¢cil perderse. Conozco a mucha gente de mi edad que considera que es una m¨²sica demasiado intelectual y nada hip.
P.??Es moderno el jazz?
R.?Depende de qu¨¦ tipo, supongo. Pero no considero que la modernidad sea importante, ni siquiera relevante, cuando se habla sobre arte. El arte no tiene tiempo ni edad. Mi sue?o es llegar a convertirme en una artista.
P. A pesar de sus antecedentes, ?leer¨¢ esta entrevista cuando salga publicada?
R. Ummm¡ No estoy segura.
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