La mesa rota
Las mesas no solo son muebles de uso dom¨¦stico. Hay una mesa en Baviera que es un objeto ceremonial. Es tan importante que trasciende su forma y su sustancia para convertirse en algo imaginario. Materia de culto. S¨ªmbolo de la reuni¨®n f¨ªsica, pero sobre todo espiritual, de un grupo de ¡°supervisores¡±. Un c¨ªrculo cerrado cuyo mero cat¨¢logo indica que en cualquier momento, alrededor de esa mesa, entre platos de tibias fontinalis en muselina de patatas trufadas, obra del gracioso chef Alfons Schuhbeck, se puede preparar la resurrecci¨®n o el apocalipsis de todo tipo de organismos, instituciones y acciones indexadas al EUROSTOXX 50.
Herbert Hainer, director ejecutivo de Adidas; Timotheus H?ttges, director de finanzas y consejero delegado de Deutsche Telekom; Helmut Markwort director de la revista Focus y miembro del Partido Liberal Dem¨®crata; Dieter Rampl, banquero polifac¨¦tico; Fritz Scherer, profesor em¨¦rito de administraci¨®n de empresas en la Universidad de Augsburgo; Rupert Stadler, presidente de Audi; Edmund Stoiber, ex presidente del Estado de Baviera y ex presidente de la Uni¨®n Social Cristiana; y Martin Winterkorn, miembro del consejo directivo de Volkswagen, no tendr¨ªan nada en com¨²n si no pertenecieran al consejo de supervisi¨®n del Bayern M¨²nich, el club de f¨²tbol m¨¢s rico de Alemania.
La funci¨®n del consejo es vigilar lo que hacen los directivos del club, gente como el presidente ejecutivo, un exfutbolista, y, por tanto, un lego, llamado Karl Heinz Rummenigge. Los supervisores son, en definitiva, el poder f¨¢ctico. Adem¨¢s de fiscalizar, incluyen a los dos propietarios mayoritarios: Adidas, con el 8% de las acciones, y Audi, con el 9%.
La informaci¨®n que emite el consejo se ha caracterizado por el melindre y la proyecci¨®n de una soberbia concordia b¨¢vara. Pero los b¨¢varos son gente de honor. Y el honor ha destapado el esc¨¢ndalo. Seg¨²n inform¨® la semana pasada el S¨¹ddeusche Zeitung, la directiva del Bayern est¨¢ excitada desde que supo que Adidas pagar¨¢ 90 millones de euros al a?o por el patrocinio de la camiseta del Manchester United, cuando no da m¨¢s de 25 millones por la camiseta del Bayern. ?Su propio club!
Ahora, Herbert Hainer, el director de Adidas que preside el consejo de supervisi¨®n, es observado como un agente doble por sus compa?eros de mesa. Alguien dispuesto a pagarle a uno de los principales rivales tres veces m¨¢s de lo que ofrece a su propia sociedad por el mismo servicio. T¨ªmidamente, Rummenigge, se ha manifestado como un lacayo. ¡°Espero que Adidas tambi¨¦n nos ayude un poco¡¡±, gimote¨®. Y Hainer¡ Hainer solo abre la boca para proclamar que sus principios est¨¢n all¨ª donde el mercado se expande y se?ala que el United convertir¨¢ a su empresa en el l¨ªder en ventas de botas del Sudeste Asi¨¢tico, China y Ocean¨ªa.
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