Lee en primicia lo nuevo de H¨¦rcules Poirot
'Los cr¨ªmenes del monograma' dan nueva vida al personaje de Agatha Christie
H¨¦rcules Poirot, el hombre bajito, el del bigote caracter¨ªstico, el detective belga sagaz y meticuloso que resolvi¨® (entre otros) Asesinato en el Orient Express, aquel personaje a quien Agatha Christie dedic¨® 33 novelas y 54 relatos cortos regresa despu¨¦s de haber encontrado la muerte en Tel¨®n (1975) atrapando al asesino de su ¨²ltimo caso. Pero Poirot no resucita de ultratumba o de un manuscrito secreto no editado, sino que reaparece de la mano de la escritora brit¨¢nica Sophie Hannah (1976) que fue elegida por los herederos de Christie para realizar la primera secuela autorizada de Poirot. En Los cr¨ªmenes del monograma (Espasa) que llegar¨¢ a las librer¨ªas de 50 pa¨ªses el pr¨®ximo 9 de septiembre y en 30 lenguas, Hannah le da al detective la oportunidad de descifrar una nueva ¡°investigaci¨®n llena de giros y recovos¡±.
Hannah es fan confesa de Christie, y para mantenerse lo m¨¢s fiel posible a la figura que la dama del suspense cre¨® en El misterioso caso Styles (1920), decidi¨® situar su trama en 1929, un per¨ªodo en el que Christie no public¨® ninguna novela. De esta forma Hannah habita con Los cr¨ªmenes del monograma un espacio de tiempo que no hab¨ªa sido articulado con las andanzas de Poirot. La novela introduce dos personajes nuevos, uno es el de Edward Catchpool detective de Scotland Yard, que es el narrador del relato, y el otro es el de la criada Fee Spring.
La obra literaria de Hannah ha sido traducida a 28 idiomas y comprende el g¨¦nero de novela negra y poes¨ªa. Su l¨ªrica es m¨¦trica y contiene humor, un elemento que no incluye en sus thriller, en los que nada ni nadie es lo que parece, todo termina al final siendo otra cosa. Esa es la obsesi¨®n de Hannah, las apariencias que enga?an, la realidad no evidente. Y esto es precisamente lo que la acerca a Poirot, porque solo ¨¦l sabe encontrar en los detalles m¨¢s peque?os, en lo menos aparente la respuesta a interrogantes enrevesados.
Los lectores pueden esperar un reencuentro con el mismo Poirot met¨®dico, escrupuloso, algo presumido, infalible y gentil, que se pronuncia a trav¨¦s de Hannah en un lenguaje que es tanto de ayer como de hoy. La trayectoria de la joven autora garantiza el grado de suspense que ha exhibido en sus libros anteriores. El personaje en s¨ª, el m¨¢s celebrado por el p¨²blico de Christie, es motivo suficiente para aguardar con cierto af¨¢n la llegada de Los cr¨ªmenes del monograma. Christie misma estaba cansada del detective quiz¨¢ porque simplemente eso es lo que les sucede a los autores que conviven por decenas de libros con la misma voz hablante. Quiz¨¢ por eso cuando decidi¨® matarlo en Tel¨®n, le dio una sorpresa en forma de bofet¨®n a Poirot y a sus lectores delatando que aquel inconfundible mostacho no era real. Al final nada es lo que parece y en ese territorio de lo incierto se encuentran Christie, Hannah y Poirot.
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