Noche de Berlusconi y amor
Francesco Piccolo se enamor¨® la noche electoral que uni¨® a los desenga?ados de Italia
Entre los meses de mayo y junio Francesco Piccolo (Caserta, 1964) se hizo con los premios m¨¢s prestigiosos de la literatura ¡ªel Premio Strega, por su Il desiderio di essere come tutti¡ª y del cine ¡ªel David de Donatello y Nastro d¡¯Argento por el guion de Il capitale umano, del director Paolo Virz¨¬¡ª en Italia. "No me gusta guardarlos en casa", se r¨ªe con boca amplia y voz profunda, mientras arrincona placas y estatuillas. Los pl¨¢tanos de la plaza Vittorio Emanuele reflejan sus melenas en los cristales abiertos y regalan al sal¨®n un efecto de calma pl¨¢cida. Podr¨ªa ser uno de los Momentos de inadvertida felicidad que Piccolo catalog¨® en su pen¨²ltimo libro (Anagrama). A los pies de la pared, forrada de libros, se encuentra un escritorio de madera oscura y antigua. Encima, un port¨¢til plateado, un peri¨®dico del d¨ªa rendido a un lado, una caja de cigarrillos rodeada de mecheros y un cenicero: el equipamiento del fumador constante y c¨®modo. La autarqu¨ªa del tabaquista sentado. ¡°Vamos a la cocina¡±, murmura abri¨¦ndose paso con un revuelo de la mano. Cruza seguro la amplia estancia con mobiliario de acero inoxidable y madera clara, y se sienta al fondo ¡ªo al principio, seg¨²n el humor¡ª de una larga mesa color miel, cubierta por un mantel arabescado que protege el mueble de sus hijos adolescentes. Es la mesa m¨¢s grande de la casa y delata el esp¨ªritu acogedor de sus due?os: la familia se re¨²ne en torno a ella con frecuencia.
Piccolo se enamor¨® de su mujer la noche de marzo de 1994 en la que Silvio Berlusconi gan¨® por primera vez las elecciones. Entre los amigos que se juntaron para seguir los resultados se elev¨® un coro de desconcierto, chasco e indignaci¨®n. Tambi¨¦n de esnobismo. Aquellos que se identificaron con la izquierda en la primavera de 1994 empezaron a percibirse como ¨¦lite. "Los buenos, los inteligentes, en un pa¨ªs de enga?ados".
Aquella noche de frustraci¨®n, angustia y presunci¨®n, una joven amiga le dijo: "Ha ganado Berlusconi, ?y qu¨¦ importancia puede tener?". Aquella pregunta no fue un himno simpl¨®n a la superficialidad, a la renuncia de todo empe?o c¨ªvico. Fue el paraguas que protegi¨® la intimidad y evit¨® que la vida personal se desmoronase vejada por las turbulencias de la p¨²blica. Aquella frase aliment¨® un proyecto de relaci¨®n, marc¨® el recinto de un hogar com¨²n. Al cabo de 20 a?os, dos hijos, varios libros y guiones escritos y premiados, muchos Gobiernos ca¨ªdos y resurgidos, la frase es el umbral de este apartamento en la plaza m¨¢s multi¨¦tnica de Roma, donde todo es ¨ªntimo y familiar.
Trailer de 'Il capitale umano'.
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