?Tiren las armas! Que llegan los libros
El Fondo de Cultura Econ¨®mica organiza un proyecto de lectura en Apatzing¨¢n, una de las zonas m¨¢s violentas de M¨¦xico
Despu¨¦s del trueno de los cuernos de chivo, llega el silencio. Nadie habla de lo que pas¨®, nadie se f¨ªa ni de su vecino. A quienes viven gobernados por la violencia no les queda otra que resignarse. Tuvieron mala suerte al nacer. Sus madres fueron a parir en medio de la barbarie y ese es su destino. Y no hay m¨¢s. Para Socorro Venegas, encargada de las obras para ni?os y j¨®venes del Fondo de Cultura Econ¨®mica, s¨ª hay otra salida y est¨¢ en los libros. Por eso ha dirigido un proyecto cultural en Apatzing¨¢n, capital de una de las zonas m¨¢s violentas de M¨¦xico, la Tierra Caliente de Michoac¨¢n.
Venegas y su equipo aterrizaron en la capital michoacana este verano, un lugar sacudido por las luchas entre el cartel de los Caballeros Templarios y un grupo de civiles armados, las autodefensas, para promover unos talleres de lectura y escritura en el centro cultural de la ciudad. A las actividades que ofrec¨ªa ya la Casa de la Cultura - talleres de costura y de u?as postizas- se sumaron las que trajo el Fondo, que ten¨ªan el objetivo de convertir el lugar en un punto de encuentro, de convivencia entre los vecinos de todas las edades. La lectura como un m¨¦todo terap¨¦utico para estrechar lazos, para recuperar la confianza y para encontrar el perd¨®n.
¡°Tienen que saber que este periodo de violencia no les define¡±, comenta Venegas. Por eso muchos de los talleres est¨¢n enfocados a recuperar la identidad y la tradici¨®n hist¨®rica de su pueblo. Y a romper el silencio. Una de las actividades destinada a mujeres consiste en expresar a trav¨¦s de la escritura sus miedos. ¡°El mayor temor es que uno de sus hijos acabe metido en el narco¡±, cuenta Venegas. Y a compartirlos por primera vez con otras v¨ªctimas que han sufrido situaciones similares: un marido asesinado, un hijo o un hermano desaparecido.
La lectura como un m¨¦todo terap¨¦utico para estrechar lazos, para recuperar la confianza y para encontrar el perd¨®n
¡°Creemos que valemos poco, que la cultura no es para nosotros¡±, lamenta Luis Daniel Ben¨ªtez, trabajador del Centro Cultural Naranjo en Apatzing¨¢n. ?l, que estaba trabajando con talleres similares antes de que llegaran los del Fondo, cuenta que es un proceso lento y nada f¨¢cil. Hay que reconstruir relaciones sociales que la violencia ha hecho a?icos. As¨ª recuerda que una vez unos ni?os no quisieron jugar con unos hermanos hu¨¦rfanos porque sus padres hab¨ªan pertenecido a los Templarios.
El escritor ?lmer Mendoza, que lleva trabajando en este tipo de proyectos desde hace 22 a?os y que dirige el ¨¢rea de literatura del Instituto de Cultura del conflictivo Estado de Sinaloa, tierra del ya legendario cartel, cuenta que estas actividades nunca funcionan al 100%, pero funcionan. ¡°Lo importante es que se sientan acompa?ados, que encuentren a trav¨¦s de la lectura otra forma de vivir, de enriquecer su imaginario¡±, asegura.
¡ª Buenos d¨ªas, venimos a traer libros a las bibliotecas.
¡ª Pues ser¨¢ mejor que regresen. Ahora solo dejamos pasar las patatas y los refrescos.
Mendoza rememora esta peculiar escena que ocurri¨® en el centro de Sinaloa pero que es com¨²n en muchos lugares donde quienes deben gobernar no lo hacen. ?l participar¨¢ en los talleres de Apatzing¨¢n a partir de octubre dirigiendo actividades de lectura en voz alta y exportar¨¢ a Tierra Caliente su m¨¦todo: La Cuadra. ¡°T¨² puedes mejorar tu entorno m¨¢s cercano, tu cuadra puede ser tu familia o un amigo¡±, se?ala el escritor.
Socorro Venegas se percat¨® de que su trabajo merec¨ªa la pena cuando en uno de los retenes del cartel de los Templarios, a la entrada de la ciudad, le preguntaron a d¨®nde iba. ¡°Les ense?¨¦ las fotos de los ni?os, les cont¨¦ el proyecto y les asegur¨¦ que no llevaba m¨¢s material que unos libros¡±, record¨®. Entonces, un hombre armado con una AK-47 le dej¨® pasar. Y se?ala orgullosa: ¡°S¨¦ que pens¨® en sus hijos¡±.
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