Cine contra viento y marea

Con m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de carrera a sus espaldas, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, el actor, repite una frase que, m¨¢s all¨¢ de la gracia, esconde una reflexi¨®n casi tr¨¢gica: ¡°Hacer cine en Espa?a es como ser torero en Finlandia¡±. La realidad es que, valientes y tozudos, enfundados en sus trajes de luces, los cineastas en Espa?a siguen haciendo cabriolas con el capote, sorteando toda clase de peligros y obst¨¢culos para lanzarse en picado sobre ese toro al que nunca llegan a matar, pero con el que, en ocasiones, consiguen salir por la puerta grande. ?Habr¨¢ una nueva plaza donde acudir? ?Me contratar¨¢n otra vez? ?Acudir¨¢ el p¨²blico de nuevo? Contra todo pron¨®stico, ante un panorama tan desolador ¡ªlas ayudas al cine tocando m¨ªnimos, y el IVA en lo m¨¢ximo¡ª, una pel¨ªcula espa?ola ha reventado la caja. Borja Cobeaga (San Sebasti¨¢n, 1977) ha demostrado que sabe lo que es triunfar en las plazas de toda Espa?a y aun as¨ª no conoce la f¨®rmula para ese triunfo. Ocho apellidos vascos,el filme espa?ol m¨¢s taquillero de la historia (9,5 millones de espectadores y 56 millones de euros de recaudaci¨®n), del que ¨¦l es uno de los guionistas, no le permite afrontar el futuro con ninguna tranquilidad. ¡°Que hoy, con el panorama que estamos sufriendo, un filme de presupuesto medio consiga llevar tanta gente al cine es raro. En realidad, las pel¨ªculas que tienen esta taquilla son m¨¢s ambiciosas, como las de Juan Antonio Bayona, Alejandro Amen¨¢bar o Santiago Segura. Ha sido una excepci¨®n a la regla general. Lamentablemente, no tengo la f¨®rmula a seguir¡±.

Convocado por Babelia, Cobeaga se ha reunido, en la sede de la Academia de Cine de Madrid, con otros colegas, todos ellos realizadores seleccionados por el Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, donde a lo largo de estos d¨ªas presentar¨¢n sus trabajos en las distintas secciones del certamen. El objetivo del encuentro: debatir sobre la situaci¨®n del cine en Espa?a y las dificultades para sacar adelante ese guion que ha estado casi a punto de morir definitivamente en un caj¨®n. ?Existen los milagros? A veces s¨ª. Entusiasmo y ganas no les faltan, tampoco autocr¨ªtica, y m¨¢s en un momento en el que las cifras oficiales no ofrecen ning¨²n dato para la esperanza. El n¨²mero de pel¨ªculas producidas contin¨²a descendiendo ¡ªun 7% menos en 2014 con respecto al a?o anterior¡ª. Se ha pasado de los 182 largometrajes producidos en 2012 a 115 en 2013 y a 107 este a?o. En cuanto a espectadores y taquilla, en 2013, primer a?o completo de aplicaci¨®n del IVA del 21% en Espa?a (vigente desde el 1 de septiembre de 2012), el mercado cinematogr¨¢fico sufri¨® la mayor ca¨ªda de los ¨²ltimos a?os y la mayor de los mercados europeos. La asistencia a salas baj¨® un 15%; la recaudaci¨®n bruta, un 16,33%, y la recaudaci¨®n neta, un 22%, seg¨²n datos de la Federaci¨®n de Asociaciones de Productores Audiovisuales de Espa?a (FAPAE). Y para colmo, un dato m¨¢s que preocupante: el descenso en ca¨ªda libre del presupuesto medio de las pel¨ªculas. En 2009 era de tres millones de euros. Cinco a?os m¨¢s tarde, esta cifra se sit¨²a en torno a 1,5 millones.

Alberto Rodr¨ªguez (Sevilla, 1971), que se ha descubierto como el cineasta del thriller en espa?ol (Grupo 7, Siete v¨ªrgenes), lleva ya 14 a?os en esta industria y asegura que las cosas han ido a peor, aunque ¨¦l no es el mejor ejemplo de las dificultades. Ha tenido la suerte, dice, de estar en el peor momento, pero con la mejor posici¨®n, y ha conseguido saltar de un proyecto a otro con bastante rapidez. ¡°A mi alrededor veo a compa?eros que lo est¨¢n pasando francamente mal, que hace 10 a?os hubieran levantado f¨¢cilmente sus pel¨ªculas y ahora no pueden¡±, dice Rodr¨ªguez, cuya pel¨ªcula La isla m¨ªnima, una historia dominada por la intriga y la tensi¨®n, hoy en la secci¨®n oficial de Zinemaldia, ha levantado grandes expectativas.

Rodr¨ªguez sabe que la crisis que afecta al cine corre en paralelo con la de la sociedad espa?ola, pero lamenta que desde los distintos Gobiernos no se apoye a un bien p¨²blico como es el cine. ¡°Los Presupuestos del Estado son p¨ªrricos¡±, dice el realizador sevillano. Los malos augurios comenzaron a cumplirse en los Presupuestos de 2012 cuando el Fondo Nacional de la Cinematograf¨ªa, bolsa de la que salen las ayudas a la producci¨®n, sufri¨® el mayor recorte de su historia, con una ca¨ªda del 35% con respecto a 2011, pasando de 76 millones a 49. Ya lo advirti¨® poco antes el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, que, en una entrevista a este peri¨®dico, asegur¨®: ¡°El cine espa?ol ha de saber que tiene por delante un presente complicado¡±. Pero parece que tambi¨¦n un futuro, si se atiende a los recortes sucesivos sufridos por el fondo de 2013 y 2014. Los 49 millones de 2012 se redujeron a 39,28 en 2013, y en 2014, a 33,7 millones de euros. Como con estas cifras no se pueden pagar las deudas a la amortizaci¨®n contra¨ªdas por ley al sector, el viernes de la semana pasada el Consejo de Ministros aprob¨® un cr¨¦dito extraordinario de 30 millones para hacer frente a ese pago, que asciende, seg¨²n Cultura, a unos 39 millones, y seg¨²n los productores, a algo m¨¢s de 41.

Pablo Malo (San Sebasti¨¢n, 1965) pone la voz de alarma ante lo que considera un ¡°maltrato¡± del Gobierno a la cultura. ¡°La subida del 21% del IVA es un ejemplo claro. La industria sufre un deterioro muy preocupante¡±, asegura el realizador de Lasa y Zabala, el filme sobre el secuestro, tortura y asesinato de dos miembros de ETA a manos de la Guardia Civil en 1983. Opini¨®n parecida tiene Iciar Bollain (Madrid, 1967), directora afincada desde hace un par de a?os en Edimburgo (Escocia), que estrena en el festival En tierra extra?a, el primer documental de su carrera sobre la emigraci¨®n de los j¨®venes y no tan j¨®venes. ¡°Estamos en un punto muy cr¨ªtico, el cine est¨¢ muy ahogado por la financiaci¨®n. Incluso el presupuesto de TVE, fundamental para sacar adelante las pel¨ªculas, est¨¢ bajo m¨ªnimos. As¨ª no podemos competir con un cine de calidad. La ¨²nica alternativa que nos queda son las pel¨ªculas de bajo presupuesto, pero de eso no vive una industria, ni unos laboratorios, ni los t¨¦cnicos, ni los estudios. En Espa?a, ning¨²n Gobierno ha apostado por la industria de la cultura. Es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica, igual que se fomenta el mercado del autom¨®vil. Lo que est¨¢ claro es que cuando se apuesta por una cultura fuerte, como en Francia o Alemania, se enriquece todo el pa¨ªs. Aqu¨ª lo ¨²nico que cuenta son los fines electoralistas¡±.

Isaki Lacuesta (Girona, 1975) prefiere poner el acento en la creatividad y la diversidad antes que en los temas econ¨®micos y ¡°as¨ª no nos cortamos las venas¡±. ¡°Soy muy optimista con la creatividad. Hay una variedad tremenda, desde el cine m¨¢s comercial hasta el de g¨¦nero, el experimental. Hay mucho talento y mucho donde escoger. No me costar¨ªa nada hacer una lista de 30 o 40 cineastas espa?oles a los que admiro. Lo que es lamentable es que directores potentes hagan una pel¨ªcula cada siete u ocho a?os¡±, explica Lacuesta, un realizador de mirada personal¨ªsima que sorprender¨¢ en San Sebasti¨¢n con su nueva apuesta: Murieron por encima de sus posibilidades.

Con este panorama, ?c¨®mo no intentar saquear a familia y amigos? ?C¨®mo no confiarlo todo a beneficios futuros y trabajar gratis? ?Por qu¨¦ no pedir dinero a trav¨¦s de Internet? Madres haciendo bocadillos para el c¨¢terin, conocidos que se prestan de ch¨®feres, favores de amigos y de amigos de amigos. Todo con tal de sacar adelante ese proyecto en el que tanto uno cree. Murieron por encima de sus posibilidades, ¡°una pel¨ªcula muy urgente¡±, seg¨²n Lacuesta, se empez¨® a rodar sin financiaci¨®n ni subvenciones. Las m¨¢s de 100 personas del equipo t¨¦cnico y creativo, director y actores incluidos, decidieron asumir el riesgo e invertir su trabajo, por el que, de momento, no han cobrado nada, confiando en un porcentaje a beneficios futuros. Solo al final entr¨® TVE, lo que permiti¨® terminar el filme en condiciones. ¡°Es un filme que se ha hecho con inversi¨®n laboral¡±, explica su director.

Iciar Bollain: "Estamos en un punto muy cr¨ªtico,el cine est¨¢ muy ahogado por la financiaci¨®n. As¨ª no podemos competir".

El que estuvo a punto de tirar la toalla y regresar a su profesi¨®n de fil¨®logo fue Roberto Cast¨®n (A Coru?a, 1973). Pudo m¨¢s la fe que todos los problemas del mundo. ¡°He tenido todas las dificultades y m¨¢s para levantar la pel¨ªcula¡±, dice el realizador de Los tontos y los est¨²pidos. Francia ya ten¨ªa lista su parte del dinero para lo que iba a ser una coproducci¨®n cuando la productora espa?ola no pudo asumir sus costes. Estamos hablando de 2010-2011. Tras una buena temporada en el caj¨®n, Cast¨®n y su equipo decidieron darle la vuelta al proyecto y repensar la manera de abordarlo con el menor coste posible. Se olvidaron del rodaje est¨¢ndar, las localizaciones externas, decorados y dem¨¢s gastos ¡°superfluos¡±, y se centraron en un ¨²nico espacio, en el que, a modo de ensayo o lectura de guion, los protagonistas de esta historia van buscando una salida a su vida. Toda una deconstrucci¨®n f¨ªlmica para contar en pantalla una deconstrucci¨®n de los valores familiares. ¡°Ahora pienso que todo esto ten¨ªa que pasar y que adem¨¢s pasa por algo. Hemos hecho el filme por la cuarta parte del presupuesto inicial. Debemos dinero a todo el mundo, pero al menos se va a estrenar. Nos ha venido bien este abaratamiento porque me ha dado una libertad absoluta. Creo que dif¨ªcilmente volver¨¦ a hacer una pel¨ªcula de este tipo, tan poco est¨¢ndar¡±.

Y ante las dificultades surge el crowdfunding (financiaci¨®n colectiva por donativos a trav¨¦s de Internet), un sistema copiado del exterior, que en Espa?a ha salvado algunos de los proyectos realizados en los ¨²ltimos tiempos, pero que no es la panacea, coinciden todos, aunque con algunos matices. Pablo Malo tiene claro que no es la soluci¨®n a la crisis industrial. ¡°S¨¦ que a la prensa le hace cierta gracia que unos chavales hagan un largometraje por 20.000 euros, pero a m¨ª me parece muy peligroso porque se crean unos precedentes de industria basados en el todo gratis¡±, asegura el realizador. Opini¨®n parecida tiene Pedro Gonz¨¢lez Berm¨²dez, el director del documental El ¨²ltimo adi¨®s de Bette Davis, para quien ¡°el crowdfunding est¨¢ muy bien para hacer un v¨ªdeo con amigos, pero no para hacer cine, no se puede perder la profesionalizaci¨®n de un oficio¡±. Cuando Cobeaga oye que alguien se pavonea porque ha hecho una pel¨ªcula sin ayudas, ni subvenciones se le llevan los demonios: ¡°Eso no es ning¨²n m¨¦rito. No significa que sea mejor por eso. Muchas veces todas las virtudes acaban en el hecho de hacer una pel¨ªcula a trav¨¦s de crowdfunding. Hay pel¨ªculas muy caras y muy malas y otras baratas tambi¨¦n malas. La pobreza de producci¨®n no te convierte en m¨¢rtir de la causa¡±, dice el realizador de Negociador.

La politizaci¨®n y la imagen de subvencionados que arrastra el cine no les ha ayudado en esta carrera de obst¨¢culos, en la que el p¨²blico les ha dado la espalda en ocasiones. Hay mucha tarea por hacer, confiesan estos nuevos realizadores: conseguir desgravaciones fiscales para la inversi¨®n privada, que las televisiones se impliquen m¨¢s y mejor, que se ponga el foco en la promoci¨®n del cine y, sobre todo, buscar la reconciliaci¨®n con el espectador. Y ah¨ª viene la autocr¨ªtica de estos creadores. Borja Cobeaga: ¡°Durante muchos a?os, el cine se hac¨ªa independientemente de que la gente fuera a verlo¡±. Gabe Ib¨¢?ez (Madrid, 1971), director de Aut¨®mata: ¡°Se han hecho pel¨ªculas sin tener en cuenta la taquilla, y as¨ª, poco a poco, nos han ido dando la espalda¡±. Isaki Lacuesta: ¡°No s¨¦ si somos justos hablando de desencuentro. Creo que hay cierta falta de inquietud o de divulgaci¨®n por parte de todos¡±.

Jose Mari Goenaga: "Se tiene la sensaci¨®n de que somos unos mantenidos y que vivimos de las subvenciones. Es falso"

Ellos saben que para ganarse el favor del p¨²blico, o de determinado p¨²blico, tienen que quitarse de encima el sambenito de ser unos meros subvencionados. ¡°Da la sensaci¨®n de que viene una persona con un malet¨ªn y nos da dinero para que hagamos una pel¨ªcula y nos lo gastamos en copas¡±, dice Jon Gara?o (San Sebasti¨¢n, 1974), codirector con Jose Mari Goenaga de Loreak. ¡°Existe la sensaci¨®n de que somos unos mantenidos y de que vivimos de las subvenciones, y eso es falso. Todo lo que se invierte en cultura se devuelve a la sociedad en puestos de trabajo, impuestos y pagos a la Seguridad Social¡±, a?ade Goenaga (Ordizia, 1976).

Como dice Virginia Garc¨ªa del Pino (Barcelona, 1966), realizadora del documental Basilio Mart¨ªn Patino. La d¨¦cima carta, ¡°el cine espa?ol, con todos los respetos, va mucho m¨¢s all¨¢ de Pen¨¦lope Cruz y Javier Bardem. Hay mucha gente trabajando en condiciones muy precarias¡±. El glamour y las alfombras rojas son s¨®lo el escaparate de un oficio duro y complicado. ¡°La imagen que se ha dado de los cineastas en general est¨¢ distorsionada. No puede ser una falacia m¨¢s grande. Parece que estamos siempre en c¨®cteles y alfombras como millonarios, y somos unos trabajadores con hipotecas como los dem¨¢s¡±, dice Alberto Rodr¨ªguez.

Es hora de pensar en el espectador global, como defiende Gabe Ib¨¢?ez, o como proclama tambi¨¦n el m¨¢s joven de todos ellos, Carlos Vermut (Madrid, 1980), realizador de Magical girl: ¡°El cine se tiene que poner de moda, crear tendencia. ?Dejamos de hacer pel¨ªculas? No. Nuestra obligaci¨®n como creadores es emocionar¡±.