La retirada imposible de Nucky Thompson
¡°Si dejo las armas vendr¨¢n a por m¨ª de nuevo. Y si contraataco...¡±. Es el dilema al que se enfrenta Enoch Nucky Thompson en las primeras pinceladas de la quinta y ¨²ltima temporada de Boardwalk Empire. En un juego marcado por la ambici¨®n insaciable de poder que solo pueden frenar las balas, la retirada voluntaria y la propia imposici¨®n de un l¨ªmite es una idea tan contradictoria como inaceptable para el resto de jugadores. Cuando un mafioso alcanza una posici¨®n de poder se convierte en un incordio permanente para sus enemigos. Por eso su despedida debe ser forzada y categ¨®rica, o no ser¨¢ considerada como tal. Este republicano, jerarca de la delictiva y lujuriosa Atlantic City de los a?os veinte, renueva su ambici¨®n en el negocio del alcohol con la prudencia, quiz¨¢s inocente, de echarse a un lado.
Canal + Series emiti¨® el lunes el segundo cap¨ªtulo de la entrega final de la serie de HBO, ambientada el periodo de la prohibici¨®n alcoh¨®lica en Estados Unidos situ¨¢ndose en la explosiva historia de esta metr¨®poli del estado de New Jersey. La narrativa de Terence Winter, que particip¨® en los guiones de 25 cap¨ªtulos de Los Soprano, desarrolla el desenlace de la cuarta temporada. Nucky, interpretado por un imponente Steve Buscemi, quiere controlar un negocio que por, su propia naturaleza de ambici¨®n ilimitada e irresponsable, resulta imposible de domar. No hay lugar para el conformismo, una realidad que impide dinast¨ªas longevas: siempre ser¨¢n m¨¢s los que luchan por alcanzar el poder que quienes desean conservarlo.
Boardwalk Empire retoma la historia siete a?os despu¨¦s de que Nucky Thompson pusiera rumbo a Cuba para alejarse de tantas balas que le ten¨ªan como objetivo. Con los efectos visibles de la Crisis de 1929 y en los albores de la legalizaci¨®n del alcohol, el whisky y las balas del pasado volver¨¢n a encontrarle. El mismo dilema que ha definido la serie contin¨²a: c¨®mo marcar territorio sobre un competidor sin que tus acciones te generen m¨¢s problemas que beneficios. La supervivencia depende de descifrar el l¨ªmite.
Esta ¨²ltima entrega combina la b¨²squeda del negocio definitivo de Nucky con su traum¨¢tica infancia. La figura de su padre, tan violento como distante, dibuja c¨®mo su hijo se forj¨® muy pronto en ese esp¨ªritu de supervivencia que ha marcado sus d¨ªas: ¡°Los millonarios no son tan especiales. Todo lo que tienen es dinero, solo hay que cogerlo antes que ellos¡±, le dice a su hermana enferma. Nolan Lyons recrea de forma muy veros¨ªmil su yo de 1884, su forzada madurez y la contenci¨®n permanente de su dolor. El comodoro, presente en las primeras entregas de la serie, representa para ¨¦l una salida a la decadente rutina de su padre.
A las ¨®rdenes de Capone sigue Nelson Van Alden (interpretado por Michael Shannon), anta?o fiel agente del Tesoro para despu¨¦s ir a?adiendo a su entonces sumisa personalidad la rebeld¨ªa del mafioso. Su ascenso, tan ligado al dinero como a la afirmaci¨®n personal, est¨¢ empa?ado por la frialdad de su familia postiza. La ni?era que tanto le llenara en el pasado es ahora una esposa apagada y frustrada, una decadencia muy bien ejemplarizada en la forma en que Van Alden se dirige a su hijo. Poco se sabe de las andanzas de Margaret Schroeder (interpretada por Kelly Macdonald). La esposa de Nucky, que se recicl¨® en la expansi¨®n econ¨®mica de los a?os veinte, tendr¨¢ que tirar de su habitual adaptaci¨®n al caos para mantenerse a flote.
La gran fotograf¨ªa y los cuidados escenarios siguen elevando una serie acostumbrada a arrancar las temporadas con pinceladas destinadas a estallar seg¨²n avanza la trama. En esta sucesi¨®n de traiciones, destino inevitable de cualquier alianza, manda quien primero mueve ficha, quien traiciona por voluntad y no por necesidad. El dilema persigue a Nucky mientras agita su copa de whisky y transmite estas inquietudes a su sicario, un cubano de pocas palabras que permanece impasible. Cuando Nucky reclama su opini¨®n, ¨¦l responde: ¡°Mato o no mato, usted dir¨¢¡±. La respuesta es simple, pero en Boardwalk Empire las balas son un billete de ida y vuelta.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.