Romper con el pasado o abrazarlo
Jonathan Anderson deslumbra con su primera colecci¨®n femenina para Loewe Raf Simons mira a la historia del vestir en Dior Alber Elbaz celebra el 125? aniversario de Lanvin con varias generaciones de modelos
En la amalgama de desfiles para primavera/verano 2015 que componen la semana de la moda que hasta el mi¨¦rcoles se celebra en Par¨ªs se cuentan muchas historias. No solo a trav¨¦s de los trajes. El lugar, la luz, los modelos, el sonido, la puesta en escena y el momento son tambi¨¦n elementos fundamentales en la narraci¨®n. Un axioma que, por desgracia, ha dado lugar a una escalada en la espectacularidad de los decorados que a menudo solo sirve para enmascarar la falta de ideas de lo que se presenta en ellos. El viernes, a las nueve y media de la ma?ana, el dise?ador Jonathan Anderson dio una lecci¨®n de c¨®mo componer un relato emocionante a trav¨¦s de la ropa y de cuanto le acompa?a.
Peter Copping present¨® el que puede ser su ¨²ltimo trabajo en Nina Ricci
Tuvo suerte Anderson de que el d¨ªa se abriera claro, limpio y fresco. La luz que se filtraba por los jardines de la Maison de l¡¯UNESCO parec¨ªa contratada a prop¨®sito para acariciar el cuero, el algod¨®n y el lino de su soberbia primera colecci¨®n femenina para Loewe. Las met¨¢foras se serv¨ªan a manos llenas. Luz para una nueva mirada sobre el ante oro, emblem¨¢tico de la casa, que se transforma en un vestido de movimiento l¨ªquido. Cuero rasgado sobre los bolsos y tops para transmitir la ruptura que Anderson, de 30 a?os, anhela para la compa?¨ªa. ¡°Quiero desmontar esta casa para construirla de nuevo y colocarla en el lugar que deber¨ªa ocupar¡±, explicaba tras la presentaci¨®n. ¡°Loewe ha de ser una firma real y honesta. Un l¨ªder en la piel con una propuesta que ponga en valor el incre¨ªble trabajo de sus artesanos y de su f¨¢brica¡±.
Contratado hace un a?o tras la abrupta salida de Stuart Vevers para fichar por Coach, Anderson es uno de los dise?adores emergentes m¨¢s interesantes y su marca propia (en la que ha invertido el grupo LVMH, tambi¨¦n propietario de Loewe) se ha convertido en uno de los atractivos de la semana de la moda de Londres. Para su estreno en la firma fundada en Madrid en 1846, Anderson ha querido huir de los clich¨¦s de lo espa?ol y ofrecer una visi¨®n moderna de esa herencia. ¡°Ha hecho exactamente lo que nos dijo que iba a hacer cuando le contratamos¡±, asegura la consejera delegada de Loewe, Lisa Montague. ¡°Tiene las ideas muy claras y lo que hemos visto hoy es genuino, no podr¨ªa pertenecer a ninguna otra firma¡±. El dise?ador asegura que la l¨ªnea estaba ya terminada en diciembre y que desde entonces le han ido a?adiendo capas y desarrollando materiales. As¨ª obtiene una colecci¨®n apasionada, sensual, c¨¢lida, sensible y compleja. Si es un retrato de Espa?a, salimos muy favorecidos.
Y eso que la llegada de Anderson ha desplazado el estudio de dise?o de Madrid a Par¨ªs. Un movimiento al que el dise?ador resta importancia: ¡°Paso mucho tiempo en la f¨¢brica de Madrid. El estudio est¨¢ en Par¨ªs porque es m¨¢s c¨®modo para compaginarlo con mi trabajo en Londres. Pero puedes dise?ar en la luna si quieres, eso no es lo importante. Lo fundamental es incrementar la producci¨®n, que la f¨¢brica tenga que emplear a m¨¢s trabajadores para satisfacer una demanda creciente. De eso va esto y eso es lo que yo quiero. Generar m¨¢s volumen para crear empleo¡±. Seg¨²n ha revelado, su reto personal (que no le ha impuesto la compa?¨ªa ni el grupo) ser¨ªa que Loewe cuadruplicara su tama?o.
Destruir lo anterior para construir algo nuevo es una de las din¨¢micas recurrentes del sistema de la moda. Aunque no es la ¨²nica v¨ªa. Hay quien vive feliz en la tradici¨®n. Como Peter Copping, que el jueves present¨® la que podr¨ªa ser su ¨²ltima colecci¨®n para Nina Ricci. Eso, si se confirman pronto las informaciones que le sit¨²an en ?scar de la Renta y a Guillaume Henry (hasta ahora director creativo de Carven) en su puesto. Despu¨¦s de mostrar una l¨ªnea m¨¢s colorista y neoyorquina de lo habitual para la casa francesa, Copping (Oxford, 1967) hac¨ªa balance de sus cinco a?os en Nina Ricci. ¡°Siempre he sido muy fiel al esp¨ªritu de esta casa¡±, analiza. ¡°?Mis objetivos cuando empec¨¦? Creo que he logrado mis metas. Sobre todo, quer¨ªa ser leal y trabajar unos c¨®digos muy claros y s¨®lidos.¡±. Acerca de su posible movimiento a De la Renta, el brit¨¢nico ofrec¨ªa una respuesta tan escueta como significativa: ¡°Hoy se trata de Nina Ricci¡±.
Nada dura para siempre en la moda. Ni el matrimonio de un dise?ador con una determinada casa ni lo que este decide hacer con la herencia. Raf Simons (Neerpelt, 1968) se esforz¨® en mirar solo hacia adelante en sus primeras colecciones para Dior. Pero tras dos a?os en el cargo parece m¨¢s dispuesto a abrazar el pasado. En la l¨ªnea de su ¨²ltima colecci¨®n de alta costura, el belga estudia el vestir de varias ¨¦pocas para elaborar una propuesta rabiosamente actual. El patio m¨¢s antiguo del palacio del Louvre se reflejaba en el cubo cubierto de espejos que albergaba cuatro pasarelas circulares de aspecto futurista. Un di¨¢logo entre ¨¦pocas que replicaba lo que suced¨ªa en la ropa, con trajes masculinos y vestidos del siglo XVIII convertidos en chalecos para llevar con pantalones cortos de skater o en monos de aviaci¨®n sacados de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n.
Al ritmo de la ampulosa pieza electr¨®nica Ouverture de Koudlam, desfila una colecci¨®n que evita cualquier atisbo de rigor hist¨®rico y que posee la energ¨ªa hipn¨®tica de la m¨²sica tecno. Las modelos parecen c¨®modas con botas que se dir¨ªan trenzadas sobre sus gemelos y con abrigos de corte eduardiano transformados en ¨¢giles chalecos de seda lavada en colores vibrantes. ¡°En la ¨²ltima colecci¨®n de alta costura me interes¨¦ por la b¨²squeda de algo extremadamente moderno a trav¨¦s de elementos hist¨®ricos¡±, sostiene Simons en las notas del desfile. ¡°Quise continuar en esta l¨ªnea porque pens¨¦ que hab¨ªa m¨¢s por explorar. Deseaba que el pr¨ºt-a-porter fuera m¨¢s din¨¢mico y m¨¢s real. Acercarlo a una audiencia mayor¡±.
La antig¨¹edad del debate entre cambio y permanencia era patente en la evocaci¨®n del ballet Preludio a la siesta de un fauno, creado en 1912 por Nijinsky, que el jueves realiz¨® Rick Owens. ¡°Esta colecci¨®n refleja el equilibrio entre la dureza de lo nuevo y la gracia cl¨¢sica¡±, explicaba el estadounidense (California, 1962) en un texto. ¡°El ciclo eterno de confrontaci¨®n cuando una nueva generaci¨®n reta a sus mayores rompiendo las cosas y, de forma brutal, empieza a buscar nuevas soluciones movida por la urgencia por avanzar¡±. El tul trabajado de maneras ins¨®litas y con resultados impactantes define la primavera/verano 2015 de un dise?ador conocido por su trabajo con materiales mucho m¨¢s rudos, como el cuero. ¡°Si el maestro del hormig¨®n Marcel Breuer construyera una casa a partir de tul coloreado, ?qu¨¦ aspecto tendr¨ªa? Me gustar¨ªa pensar que estar¨ªa en l¨ªnea con esto¡±, asegura Owens.
Alber Elbaz (Casablanca, 1961) no quiso que el desfile del jueves de Lanvin fuera una aparatosa celebraci¨®n del 125? aniversario de la firma. La detenida mirada sobre la historia de la casa fundada por Jeanne Lanvin (1867-1946) queda para el pr¨®ximo a?o, cuando el museo Galliera inaugure una exposici¨®n sobre el tema organizada por Olivier Saillard. Su forma de festejar la historia fue una colecci¨®n bulliciosa y dispar, todo un alegato a favor de la diversidad. Modelos de varias generaciones, como Violeta Sanchez o Amber Valetta, fueron convocadas para reflejar las muchas posibilidades de la belleza. Con sus dise?os en blanco y negro articulados por la dial¨¦ctica entre el todo y la nada, Elbaz abre una tercera v¨ªa para los directores creativos de firmas legendarias de la moda. A veces, no se trata de romper con la historia ni de respetarla, sino de olvidarse de ella y entregarse al presente.
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