Vargas Llosa y Le Cl¨¦zio, dos n¨®madas que se cruzan en Segovia
Ambos escritores evocan su infancia y sus comienzos literarios en el Hay Festival Los premios Nobel denuncian el peligro que sufren los ind¨ªgenas embera y machiguengas
Miles de kil¨®metros, todos los puntos cardinales, docenas y docenas de lugares, testigos de casi todas las emociones del ser humano y ahora sus caminos se han cruzado un momento delante de unas mil personas. Son Mario Vargas Llosa y Jean-Marie Gustave Le Cl¨¦zio, dos de los premios Nobel de Literatura que m¨¢s han peregrinado por el mundo y que comparten sus experiencias y reflexiones con la gente que los ha venido a ver, escuchar y aprender a la capilla del antiguo monasterio de Santa Cruz la Real, de Segovia, reconvertida en aula de la IE University, en el acto principal del Hay Festival. Se juntan por primera vez en un di¨¢logo p¨²blico, pero sus vidas tienen varios hilos mellizos y entrecruzados, relacionados con sus infancias, sus padres, sus inicios literarios, sus amores por Europa y Am¨¦rica Latina.
Revuelo de voces, ruido de pisadas, murmullos, susurros, carraspeos, silencio¡ Todo para escuchar a un peruano y a un franc¨¦s hablar de sus viajes continuos al mundo real, y desandar con sus palabras los primeros a?os de sus vidas.
Los dos conocieron tarde a sus respectivos padres y ellos fueron determinantes en sus carreras como escritores. Parte de eso qued¨® reflejado en obras como El pez en el agua, de Vargas Llosa, y El africano, de Le Cl¨¦zio, como recuerdan en esta conversaci¨®n guiada por Carlos Gran¨¦s.
Para Le Cl¨¦zio (Niza, 1940) no fue una separaci¨®n consentida sino obligada por la Segunda Guerra Mundial: ¡°La vivimos con mi hermano como unas vacaciones porque no hab¨ªa autoridad del padre. La vida de mi mam¨¢ fue una tragedia pero estaba enamorada de mi pap¨¢ y eso le ayud¨® mucho. ?l era militar, m¨¦dico, y la guerra lo oblig¨® a quedarse en Nigeria. As¨ª es que a los ocho a?os fuimos a verle¡±.
Vargas Llosa (Arequipa, 1936): ¡°Los primeros a?os de mi vida en Cochabamba se corresponden con aquel famoso para¨ªso de la infancia. Viv¨ªa con mi madre, abuelos y una familia casi b¨ªblica de lo grande, y creyendo que mi padre hab¨ªa muerto. Pero se hab¨ªan separado antes de que naciera. Yo cre¨ªa que ¨¦l estaba en el cielo. Por eso cuando ten¨ªa 10 a?os y mi madre me dijo que ¨¦l estaba vivo me sorprend¨ª, y todav¨ªa no me he recuperado de la noticia. Fue un reencuentro traum¨¢tico. Nos fuimos a vivir a Lima. Con ¨¦l descubr¨ª el miedo y el p¨¢nico. Era un hombre violento. Descubr¨ª la soledad. Ah¨ª empez¨® mi vida adulta¡±.
Le Cl¨¦zio: ¡°Como don Mario, tuve una experiencia de severidad. ?l viv¨ªa en Nigeria y era el ¨²nico doctor de la zona. Su vida era dura y ¨¦l era duro. Pero all¨ª la naturaleza era abierta, as¨ª es que fueron dos a?os m¨¢s de vacaciones. Con mi hermano ¨ªbamos con palos destruyendo las casas de las termitas, algo est¨²pido. Eso fue la mayor lecci¨®n que record¨¦ porque alguien me dijo que las termitas no destru¨ªan sus casas. Aprend¨ª que la vida era respetar a los otros y a la naturaleza.? Como don Mario, sent¨ª miedo. Fui criado por mujeres y mi hermano y yo ¨¦ramos reyezuelos pero la presencia de mi pap¨¢ lo cambi¨® todo. Encontr¨¦ que para vencer el miedo lo mejor fue escribir la historia de un ni?o que regresaba a Europa. Desde entonces, cada vez que tengo miedo saco un papel y un l¨¢piz y empiezo a escribir. No tengo angustia por el papel en blanco, al contrario, felicidad¡±.
Vargas Llosa: ¡°En ese sentido, mi padre fue una curiosa influencia porque segu¨ª leyendo y escribiendo como una manera de resistir su autoridad. ?l pensaba que escribir era mi pasaporte al fracaso total¡±.
Le Cl¨¦zio: ¡°Mi pap¨¢ ignor¨® por completo mi vocaci¨®n. Hasta que me dieron el Premio Renaudot en 1963 con mi primera novela, El atestado. Entonces me dijo que ten¨ªa que hacer las maletas e ir a Par¨ªs. Le pregunt¨¦ que por qu¨¦, y dijo que mi carrera estaba all¨ª¡±.
Vargas Llosa: ¡°Desde ni?o quise venir a Europa y a Par¨ªs. Crec¨ª con la idea de que si quer¨ªa ser un escritor ten¨ªa que llegar a Par¨ªs. Me gan¨¦ una beca a Madrid y luego fui a Francia. En Par¨ªs aprend¨ª que yo era un latinoamericano, lo sab¨ªa pero no lo sent¨ªa. La literatura latinoamericana estaba muy balcanizada. Pero descubr¨ª una literatura rica y nueva, y que yo era parte de eso¡±.
Le Cl¨¦zio: ¡°Yo viv¨ªa en Niza. Par¨ªs no me atra¨ªa, ese lugar lo ocupaba Londres. A los 18 a?os viaj¨¦ all¨ª y empec¨¦ a trabajar en diversos oficios para sobrevivir. Londres era una puerta al mundo. Un d¨ªa le¨ª un libro sobre la cultura maya en el que explicaba que era un pueblo sometido a las hormigas, le¨ª m¨¢s y me gustaron los colores de sus monumentos, todo eso encendi¨® mi curiosidad e inter¨¦s por lo precolombino¡±.
Le Cl¨¦zio vivir¨ªa en M¨¦xico y, luego, en 1968, llegar¨ªa a Panam¨¢, a la provincia del Dari¨¦n, con los ind¨ªgenas embera. La vida le cambi¨®. All¨ª vivi¨® entre 1970 y 1974. En aquellos a?os todo era noche para ¨¦l y esa experiencia le resolvi¨® las dudas sobre la literatura. Ahora se lamenta de que queden pocos embera porque han vivido la guerra del narcotr¨¢fico. Un destino parecido al de los indios machiguengas de Per¨², cuenta Vargas Llosa. Ellos primero afrontaron la guerra de las guerrillas y luego la plaga de los mineros informales y los narcotraficantes que los han obligado a internarse m¨¢s en la selva y casi desaparecer. Ambos escribieron obras inspiradas en su paso por la selva. Ambos publicaron sus primeras novelas en 1963 y recibieron premios importanes por ellas: Le Cl¨¦zio El atestado y Vargas Llosa La ciudad y los perros. Cuarenta y cinco a?os despu¨¦s el primero recibi¨® el Nobel y dos a?os m¨¢s tarde el segundo.
All¨ª est¨¢n los dos escritores, sentados en el p¨²lpito de la capilla. Platican, sonr¨ªen, intercambian opiniones. Historias. Cuentan sus historias. Miran sus vidas el uno en el otro. Es un alto en su trasegar n¨®mada.
El Hay, en cinco frases
Antonio Mu?oz Molina: "El amor a los pa¨ªses distintos del nuestro y a sus gentes te permite una mirada diferente".
Cees Nooteboom: "Frente a un mundo globalizado la reacci¨®n son los regionalismos. Creo que los que le sucede a Caalu?a tiene que ver con eso, con la b¨²squeda de lo propio".
Pierre Lemaitre: "Estamos en sociedades en las que la violencia f¨ªsica ha retrocedido pero tenemos una violencia mucho m¨¢s abstracta. En Espa?a, por ejemplo, con uno de cada dos j¨®venes menores de 25 a?os en paro se da una situaci¨®n de violencia inaudita".
Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle: "Si no hay reforma fiscal, si no hay instrumentos fiscales contenidos en una legislaci¨®n, no hay mecenazgo".
Pedro de Andr¨¦s (presidente de CEDRO): "La tibieza del Gobierno frente a la pirater¨ªa no puede continuar. Tiene que dejar claro que no respetar la propiedad intelectual es un robo".
El festival de Segovia termina hoy domingo con la intervenci¨®n de creadores como Etgar Keret, Peter Esterh¨¢zy, Norman Foster, Elena Ochoa, David Trueba, Luis Garc¨ªa Montero, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, C¨¦sar Antonio Molina, Miguel R¨ªos, Fernando Delgado, Nativel Preciado, Jes¨²s Carrasco y Javier Gom¨¢.
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