Alfred Brendel: ¡°El compositor no tiene que ser gracioso¡±
El pianista y autor, retirado de los escenarios en 2008 tras 60 a?os gloriosos, inaugura el ciclo Cl¨¢sica x Contempor¨¢neos con una lecci¨®n magistral
Instalado en su otro oficio, el de la escritura, Alfred Brendel (Weisenberg, Moravia, 1931) no logra deshacerse de lo que podr¨ªa denominarse el gen del pianista. Su carrera fue ¡ªy es, y ser¨¢¡ª mod¨¦lica, pero la retirada de los escenarios en 2008 tras 60 a?os gloriosos no le ha recluido. Intelectual activo, poeta agudo, ensayista de fina e ir¨®nica mirada, Brendel no se ha despojado de una de las caracter¨ªsticas que, aparte de la finura musical, definen al pianista may¨²sculo: la paradoja.
Adora lo fragmentario, pero ha sido referencia en algunas de las obras cumbres ¡ªnovelas r¨ªo de la literatura musical¡ª como son las integrales de Beethoven, Mozart o Haydn. Reivindica la sencillez, pero al tiempo se ve atrapado en las a menudo monstruosas garras de Liszt en contraposici¨®n a Chopin, por ejemplo. Requiere un trato normal para los int¨¦rpretes, pero no deja de referirse a los grandes maestros en el caso de sus creadores fetiche¡ Y as¨ª podr¨ªamos seguir con varios ejemplos como m¨ªnimo sanamente contradictorios.
Liszt es uno de los compositores que desmenuza en sus charlas y el elegido para abrir hoy un ciclo distinto, provocativamente alternativo e inventado por ese agitador musical que es Xavier G¨¹ell, director de Cl¨¢sica x Contempor¨¢neos.
Brendel dice no echar de menos los escenarios ¡ª¡°de ninguna manera¡±, afirma, ¡°simplemente decid¨ª retirarme pronto y en paz conmigo mismo¡±¡ª, aunque cuando le entra mono acompa?a a alg¨²n grupo de c¨¢mara o cantantes que le gustan, se lanza a recitar poes¨ªa acompa?ado de m¨²sica de Bach, Kurtag o John Cage, y atrae por su juguetona sabidur¨ªa desprejuiciada y revoltosa en sus conferencias al p¨²blico que le fue fiel durante d¨¦cadas en sus conciertos y recitales. Aunque la de las lecciones no es una afici¨®n nueva en ¨¦l: ¡°Llevo haci¨¦ndolas casi 40 a?os¡±, comenta. En Madrid ya disert¨® sobre el humor en la m¨²sica: ¡°Es algo que no espero de los compositores, que resulten graciosos en lo que escriben, y menos de los rom¨¢nticos¡±, asegura, siempre unido a ese tono de retranca que le va al pelo junto a un aire de sabio distra¨ªdo. Pero s¨ª halla motivos para la risa, o al menos la sonrisa, en cl¨¢sicos precedentes al tormento rom¨¢ntico. En Mozart o en Haydn, por ejemplo, que coquete¨® hasta con la performance en sinfon¨ªas como la de los adioses.
Liszt es otro de sus temas favoritos. Sobre el h¨²ngaro disertar¨¢ Brendel a gusto. El precursor del fen¨®meno fan, el mago o brujo, como prefieran, de un arte que lograba entre sus seguidores el desmayo. El guapo, chulo, macho alfa del piano y prestidigitador. El altivo, efectista y salvaje, tan opuesto ¡ªaparentemente¡ª en toda su concepci¨®n musical a la serena, sencilla y natural aproximaci¨®n de Brendel a la m¨²sica, curiosamente es de los autores que m¨¢s le fascinan: ¡°Yo le considero uno de los m¨²sicos m¨¢s nobles, colaboradores y generosos que han existido¡±, comenta.
Ciertamente, no en sus a?os mozos. ¡°No, al final de su carrera. Fue una ¨¦poca en la que ya era capaz de lograr cualquier expresi¨®n con su m¨²sica, incluso la sencillez¡±. Ese santo grial, al alcance de tan pocos, no requiere para Brendel una explicaci¨®n f¨¢cil: ¡°Como dec¨ªa Einstein, para m¨ª, hay que tender a hacer las cosas lo m¨¢s sencillas posibles, pero en absoluto simples¡±.
Es lo que, para Brendel, Liszt consigui¨® al final, ¡°con ejemplos de una nada pretenciosa poes¨ªa o de puro ensimismamiento¡±. La monstruosidad, la explosividad que se le ha atribuido tantas veces, iba equilibrada de otras b¨²squedas como las que aparecen en obras suyas como A?os de peregrinaje o la intensa ternura de sus ¨²ltimas piezas. Pero, como en todo, hay que rebuscar dentro y no caer, en su caso, dentro de lo que denomina ¡°sentimentalismos perfumados o incendiarios¡±, que riesgo de ello hay en el caso del h¨²ngaro.
Pero Liszt aparte, Brendel recala en Madrid, ¡°principalmente¡±, dice, para acompa?ar a su amigo Mauricio Sotelo, junto a quien ha colaborado en una obra concebida por el compositor espa?ol como un homenaje al maestro que lleva por t¨ªtulo Ancora un segreto, en torno a la cual conversar¨¢n. Adem¨¢s, nos dejar¨¢ rastros de su lecci¨®n constante al piano, algo que se puede degustar en el libro que este mismo a?o public¨® Acantilado bajo el t¨ªtulo De la A a la Z de un pianista, en el que Brendel traza un delicioso diccionario b¨¢sico de t¨¦rminos con definiciones nada can¨®nicas y muy personales.
En dicha obra, el int¨¦rprete trata de aproximar el reto de explicar la m¨²sica que anta?o nos regal¨® en notas con palabras, algo, como m¨ªnimo, complejo como se observa en uno de los primeros p¨¢rrafos: ¡°Podemos entregarnos a la m¨²sica con los ojos cerrados, sin reflexionar. Podemos formalizarla, intelectualizarla, psicologizarla, poetizarla. Tambi¨¦n podemos decir, desde un punto de vista sociol¨®gico, lo que debe o no debe ser. Podemos inferir de las piezas lo que son, o leer en ellas lo que deber¨ªan ser. En todo caso, he evitado esto ¨²ltimo con todas mis fuerzas. Ha prevalecido mi inclinaci¨®n a aproximarme a la m¨²sica de forma consciente y vincularla a los placeres del lenguaje¡±.
En esa paradoja anda metido ahora. La de traducir el lenguaje propio de las partituras al lenguaje escrito de los alfabetos. Misi¨®n generalmente imposible. Aunque si hay alguien que la pueda acometer es este personaje hoy poeta, anta?o pianista, en el fascinante y amplio campo de su personal lucidez.
El festival Cl¨¢sica x Contempor¨¢neos, organizado por la Fundaci¨®n Obra Social y Monte de Piedad de Madrid, se celebra del 4 de octubre al 10 de diciembre en el Auditorio Nacional de M¨²sica de la capital.
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