Caminante en el infierno

En los a?os 70 una serie de magn¨ªficas pel¨ªculas se acercaron al outback australiano, las zonas semides¨¦rticas m¨¢s alejadas de los centros urbanos, donde solo los abor¨ªgenes se pod¨ªan sentir en su tierra, para marcar un desabrido combate entre civilizaci¨®n y madre naturaleza, y articular la influencia del paisaje en el interior de los personajes. Picnic en Hanging Rock, de Peter Weir, Despertar en el infierno, de Ted Kotcheff, y, sobre todo, Performance, de Nicolas Roeg, se acercaron a un lugar al que regresa ahora con semejantes premisas John Curran en El viaje de tu vida, basada en una historia real ambientada en aquella ¨¦poca: la de una joven que, en 1977, recorri¨® casi 3.000 kil¨®metros de outback, aridez rojiza a pleno sol, acompa?ada de tres camellos y solo como un reto personal.

Sin embargo, hay una frase que ejerce casi como una met¨¢fora de la propia pel¨ªcula, pronunciada por el fot¨®grafo del National Geographic que la acompa?a en ciertas partes del viaje, y que le hab¨ªa ayudado a financiarlo, mientras hace su trabajo: "Espera, que el blanco contrasta demasiado frente al rojo de la piedra". Es entonces cuando m¨¢s resalta que Curran est¨¢ demasiado pendiente del encuadre, que su pel¨ªcula est¨¢ quedando demasiado limpia, en fondo y forma. El director de las notables Ya no somos dos y El velo pintado, a pesar del enorme trabajo de su protagonista, Mia Wasikowska, no siempre consigue abrazar la emoci¨®n interior, y a¨²n menos el combate que convierta a su pel¨ªcula en una epopeya en s¨ª misma, y no en una pel¨ªcula que ilustra una epopeya.