La captura del cuerpo

Buena parte de la obra del catal¨¢n Luis Mi?arro como productor y director est¨¢ asentada en la huida de los esquematismos en cuanto a g¨¦neros y formatos, y en la b¨²squeda de sensaciones a partir de la ruptura de las l¨ªneas que suelen separar el documental de la ficci¨®n, e incluso el metraje encontrado de la filmaci¨®n de im¨¢genes con aspecto de metraje encontrado. La jungla interior, m¨¢s que interesante opera prima de Juan Barrero, producida por Mi?arro, incide en esa propuesta, persiguiendo los paralelismos entre cuerpo humano y naturaleza, e intentando retratar c¨®mo inciden las mutaciones f¨ªsicas (un embarazo, al fin y al cabo, lo es) en las relaciones interpersonales y, sobre todo, en el estado mental del ser. Una obra experimental, ins¨®lita y sincera, que huye de la impostura para encontrar la rabia verdadera de una lucha que a veces parece salir de las propias tripas.

Con la met¨¢fora de una orqu¨ªdea que necesita de un mosquito para ser fecundada como hilo conductor de la relaci¨®n entre la pareja protagonista, una joven que ans¨ªa ser madre, y su novio (el propio director), que no quiere tener hijos, la pel¨ªcula se adentra en su primera mitad en el legado, los recuerdos de la ni?ez y la importancia de los espacios, por medio de las conversaciones entre ambos en una casa abandonada. Una narraci¨®n fascinante donde la naturalidad (magn¨ªficos Gala P¨¦rez y el propio Barrero), la exquisita captura de la luz, el brillo de los ojos de ella en primer¨ªsimo plano y diversas im¨¢genes documentales convergen al fin en el simple y llano milagro de la vida.

Barrero demuestra sensibilidad, valent¨ªa y originalidad, y su tratamiento musical y de sonido para crear sensaciones augura la obra de un director seguramente tan inclasificable como el productor que le ha permitido dar este salto mortal creativo.