El ¨¦xito es una mujer afroamericana

¡°Una mujer negra enojada¡±. As¨ª calific¨® una columnista del The New York Times a Shonda Rhimes, el cerebro m¨¢s poderoso de la televisi¨®n actual, ese que est¨¢ detr¨¢s de series tan populares como Anatom¨ªa de Grey o Scandal. Y si hay dos cosas que no puedes mencionar con esta showrunner es su raza o su sexo. Esta oriunda de los suburbios de Chicago de 44 a?os no reniega ni de ser mujer ni de ser negra. Pero, como dice en exclusiva a EL PA?S, ¡°un guionista es un guionista y es un guionista. Ya est¨¢¡±. ¡°Las cosas habr¨¢n mejorado cuando dejemos de hacer estas preguntas. Cuando no nos preguntemos si ha mejorado la presencia de las mujeres en la televisi¨®n o cu¨¢ntas mujeres negras trabajan en el medio¡±, a?ade entre enfurecida y divertida. El ¨²nico anhelo de Rhimes es que llegue el d¨ªa en el que lo que ella hace no sea la excepci¨®n sino la norma. Porque, como insiste, nadie describe a Vince Gilligan, responsable de Breaking Bad, como ¡°el mejor hombre blanco¡± creador de series.

Ese d¨ªa deseado puede que a¨²n quede lejos, pero no en Shondaland, como se llama su compa?¨ªa, con sede en los estudios Sunset Gower, en el coraz¨®n de Hollywood. De all¨ª sale Anatom¨ªa de Grey, ahora en su d¨¦cima temporada. O Scandal, serie que genera m¨¢s de 155.000 euros por cada 30 segundos de publicidad. Tal es el ¨¦xito de las ficciones con el sello Rhimes que la cadena ABC le ha dado a esta guionista, productora y madre la programaci¨®n de la codiciada tarde del jueves en EE?UU para que haga lo que quiera con ella.

Sus producciones dominan la tarde del jueves en la cadena ABC

Y Rhimes ha producido con ¨¦xito una tercera serie, How to Get Away With Murder, que protagoniza Viola Davis y que en Espa?a se ver¨¢ en el canal AXN. Entre las tres consiguieron una audiencia de 37 millones de espectadores en su debut esta temporada. ¡°Hago series que me interesan, sobre cosas que me interesan, relaciones humanas, unas m¨¢s cercanas al mundo que vivimos y otras no tanto, m¨¢s melodram¨¢ticas, como Scandal¡±, explica sobre el germen de su trabajo.

Sus padres le dieron el mejor consejo de su vida: el ¨²nico l¨ªmite del ¨¦xito es la imaginaci¨®n. ¡°Me criaron con la creencia de que pod¨ªa ser lo que quisiera si me lo propon¨ªa. Y eso ayuda¡±. Otras cosas que le ayudan a ser quien es son los auriculares con los que puede escribir en cualquier sitio. Sin ellos s¨®lo era capaz de escribir en la mesita de picnic que hab¨ªa delante de la sala de guionistas. Y sus tres hijas adoptivas, de 12, 2 y 1 a?os, que le descubrieron el placer de descansar los fines de semana y cenar en familia.

Junto a la mayor vio la televisi¨®n que no hab¨ªa visto antes, cuando se dedicaba al cine como guionista de pel¨ªculas como Princesa por sorpresa. Series como Buffy la hicieron interesarse por un medio para el que cre¨® hero¨ªnas como la Meredith de Anatom¨ªa de Grey, de la que todos se enamoran, o la Olivia de Scandal, a la que no echa el freno ni el presidente de EE?UU. De nuevo entramos en terrenos pantanosos porque Rhimes achaca esta evoluci¨®n del medio a un reflejo de la sociedad en la que vivimos y no a la presencia de m¨¢s guionistas femeninas. ¡°Las mujeres de los sesenta y setenta hac¨ªan cosas diferentes a lo que hacen ahora. Es simplista sugerir que todas las mujeres escribimos de una manera y todos los hombres, de otra¡±, agrega peleona.

Ese parece ser el secreto de su ¨¦xito: la gente de la que se rodea y con la que se pelea. Un grupo plural, en raza y g¨¦nero, de gente que sabe escribir y que no le dan la raz¨®n. ¡°Las mejores historias salen de nuestras peleas. Y de las risas que nos hacemos¡±. De ah¨ª que sonr¨ªa al volver a leer la descripci¨®n de ¡°negra enojada¡±. ¡°Es un comentario bochornoso, pero dio que hablar y sali¨® algo muy bueno de ello¡±, agrega sin rencor, con la vista puesta en un futuro donde su deseo es ayudar a la construcci¨®n de un mundo en el que sus hijas no tengan que responder a las mismas preguntas.