¡°Como payasa y como mujer he tenido que luchar mucho¡±
Merche Ochoa recibe el Premio Nacional de Circo por una "larga y excelente trayectoria"
Cuando la palabra payaso es pronunciada, algunos piensan en ese lado negativo con el que se utiliza a menudo. Como un insulto. Y sin embargo, payaso es mucho m¨¢s. Para Merche Ochoa (Logro?o, 1967), a la que este mi¨¦rcoles le ha sido concedido el Premio Nacional de Circo de este a?o, es sobre todo un oficio hermoso: "En ¨¦l tienes el privilegio de tocar la sonrisa de la gente que en ese momento se abandona a lo que est¨¢s haciendo, es maravilloso poder compartir eso con el p¨²blico".
Este mi¨¦rcoles, el jurado (presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica, Montserrat Iglesias Santos) le concedi¨® el galard¨®n, dotado con 30.000 euros "por su larga y excelente trayectoria, representando tambi¨¦n a todas las mujeres payasas que trabajan en el circo en Espa?a". El jurado ha destacado, de igual forma, "su gran capacidad interpretativa y cuidado de la t¨¦cnica; su defensa y compromiso con la profesi¨®n y su dedicaci¨®n a la formaci¨®n y transmisi¨®n de los fundamentos de un arte ya milenario", en un comunicado del Ministerio de Cultura para informar sobre el galard¨®n.
Cuando desde el Ministerio llamaron a Ochoa, ella no se lo crey¨®. "Pens¨¦ que alguien me estaba gastando una broma", cuenta a carcajada limpia al tel¨¦fono. No sabe si reir, llorar, o saltar. Algunas horas despu¨¦s de conocer la noticia a¨²n no hab¨ªa podido hablar con su familia: "Mi tel¨¦fono echa humo, estoy en una intensa monta?a rusa de emociones". No se lo esperaba y la sorpresa ha sido incre¨ªble. Se siente feliz, honrada, y tambi¨¦n responsable. "De cara a la profesi¨®n, al p¨²blico y a los alumnos".
La visibilidad de este premio conlleva, para la profesional de la risa, una responsabilidad y tambi¨¦n un reconocimiento a sus m¨¢s de 20 a?os de trayectoria. "Me siento afortunada y privilegiada por poder haber vivido de mi profesi¨®n desde el minuto uno en el que decid¨ª dedicarme a ella. Como mujer y como payasa he tenido que luchar mucho". Aunque esa lucha ha sido motivadora y le ha proporcionado un intenso aprendizaje a lo largo del camino. "Soy cabezona, quise ser payasa siendo mujer y lo hice. Ahora, la situaci¨®n va cambiando a medida que se normaliza para el p¨²blico el ver a una payasa encima de un escenario". Otra de las profesiones en las que el sexo femenino ha tenido que luchar por hacerse un hueco y ganar terreno en un mundo de hombres.
Ochoa comenz¨® en en 1979 su andadura teatral; ten¨ªa 12 a?os, en la compa?¨ªa Epidauro, recorriendo La Rioja de pueblo en pueblo. Entre 1986 y 1988 estudia en la Escuela de Arte Dram¨¢tico de La Rioja y un a?o despu¨¦s se muda a Barcelona para conocer el mundo del payaso con Berty Tov¨ªas. Ejerce de payasa profesional desde 1993. Como maestros ha tenido a Jonhy Melville, Eric de Bont, Jango Edwars, Philippe Gaulier, entre otros. Es tambi¨¦n pedagoga, y entre 1993 y 2012 ha trabajado de forma regular en estudios, teatros y escuelas de Barcelona.
En 2011, fund¨® el proyecto de formaci¨®n en clown El Rinclowncito, un lugar desde el que monta talleres, cursos y actuaciones dentro y fuera de Espa?a, para cualquiera que quiera aprender a hacer re¨ªr a los dem¨¢s. Y desde donde se presenta as¨ª: "Nac¨ª con una cierta tendencia a hacer cosas como patinar con las bayetas de sacar brillo al suelo, o pendular en el marco de una puerta para aparecer y desaparecer. Cuando me ve¨ªa haciendo estas cosas, mi madre sol¨ªa decirme con una mal disimulada sonrisa, 'Hija m¨ªa, pero que boba ser¨¢s'. Pero cuando cre¨ªa que no la o¨ªa dec¨ªa, 'es un cascabel'. Nunca quiso ofenderme con este comentario, nunca me doli¨®. Hoy soy payasa".
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