¡°El violonchelo es rock¡±
Jane Scarpantoni abandon¨® la disciplina sinf¨®nica por la incipiente escena 'indie' de fin de los ochenta. Ha acompa?ado a Lou Reed, Bruce Springsteen o REM. ¡°Es todo m¨²sica¡±, dice

Lou Reed llev¨® a varias ciudades espa?olas un espect¨¢culo en el que promet¨ªa reformular su legado desde los tiempos de Velvet Underground. Para ello reuni¨® una banda el¨¦ctrica, sin el habitual bater¨ªa, en la que destacaban la inaprensible voz del entonces desconocido Antony y el violonchelo de la neoyorquina Jane Scarpantoni. Aquellas veladas ten¨ªan uno de sus puntos ¨¢lgidos durante la interpretaci¨®n del cl¨¢sico Venus in Furs, cuando la menuda Scarpantoni se enzarzaba en un solo que, tras electrizantes tanteos, culminaba en tal estr¨¦pito que el enfervorizado p¨²blico se aupaba de sus butacas. Uno de los m¨¢s solemnes, graves instrumentos cl¨¢sicos¡ aplaudido como la mayor tormenta rock.
"Debo corregirte: ?es un instrumento rock!", dice Scarpantoni a Babelia. "El chelo puede ser una antorcha de furia, una fuente de lamentos, una loca marioneta". Lo demuestra holgadamente la cincuentena de ¨¢lbumes en los que ha colaborado desde que, a finales de los ochenta, se apart¨® de la disciplina sinf¨®nica para participar en la emergente escena indie-rock de Hoboken, frecuentando m¨¢s tarde los c¨ªrculos de vanguardia alrededor de la neoyorquina Knitting Factory y militando durante 10 a?os en los Lounge Lizards de John Lurie. "Es todo m¨²sica", responde cuando me pregunto c¨®mo se aplican las normas de conservatorio a un formato rock. "Ambos g¨¦neros expresan pasi¨®n: j¨²bilo, angustia, tristeza. Al ser el chelo mi instrumento, lo utilizo para expresar estas emociones en cualquier forma que adopten. Encaja igual en una canci¨®n de Yeah Yeah Yeahs, una de Tricky o en Beethoven".
Utilizo mi instrumento para expresar emociones por igual en una canci¨®n de Yeah Yeah Yeahs o de Beethoven
Adem¨¢s de figuras del rock alternativo ¡ªrecuerda con afecto su aportaci¨®n a Hips and Makers de Kristin Hersh o Green de REM¡ª la contratan David Byrne o Bruce Springsteen. "No compuse los arreglos de cuerda para The Rising", aclara. "Bruce me cantaba sus ideas, luego las grab¨¢bamos al vuelo mientras sonaba la canci¨®n y ¨¦l me iba se?alando cu¨¢ndo quer¨ªa que entrase o saliese. Fue un d¨ªa muy agradable". No siempre es as¨ª: cuando ha trabajado previamente una partitura y esta la interpretan mercenarios contrarreloj, se hace m¨¢s evidente el abismo entre estilos. Debe entonces asegurarse de que fr¨ªos profesionales ataquen con garra las disonancias, raspados y descensos en picado que ha compuesto. No solo cambian las texturas, tambi¨¦n la din¨¢mica; el rock aspira a transmitir grandes emociones en un formato reducido, no orquestal.
"El rock existe para romper las reglas", recuerda esta mujer de rostro dulce y radiante mirada. "En la m¨²sica cl¨¢sica est¨¢ prohibido el uso de quintas paralelas. Sin embargo, los grandes arreglistas del rock, de Paul Buckmaster a Curtis Mayfield, las usan continuamente. Junto a las octavas, son el sonido de muchos arreglos de cuerda en el rock. Chelos, violas, violines, todos afinados en quintas. ?Perfectos instrumentos rock! Hay un solo dictamen: la canci¨®n manda. Las voces, la letra, las guitarras, el bajo, la bater¨ªa, los silencios; se puede hallar inspiraci¨®n en cualquiera de estas cosas para realzar, o contrastar, una canci¨®n. El arreglo irradia de esta, no de cualquier otra idea preconcebida, no importa lo verdadera y probada que sea".
Hal Willner fue quien la llam¨® para apoyar la grabaci¨®n de Ecstasy, primer disco del prolijo productor con Lou Reed. Luego vendr¨ªa la descomunal, e incomprendida, relectura del universo de Poe que Reed imprimi¨® en The Raven, ¨¢lbum cuyo fracaso motiv¨® que se desempolvasen los cl¨¢sicos en aquella gira de 2003. "Fueron las sesiones m¨¢s memorables de mi vida", recuerda. "Verdaderamente monumentales en t¨¦rminos de la amplitud del material, al combinar una vasta franja de la obra de Poe, revisada por la sensibilidad de Lou, y reunir apasionadas interpretaciones de un incre¨ªble elenco de actores y m¨²sicos. ?Qui¨¦n m¨¢s se atrever¨ªa a arriesgarse a comunicar su visi¨®n, una y otra vez, sin recibir los frutos de la apreciaci¨®n? No ocurre a menudo que puedas devolverle algo, aunque sea m¨ªnimamente, a alguien que ha influido tanto en tu vida. Al trabajar en The Raven tuve esa oportunidad. Nunca olvidar¨¦ ese ¨¢lbum, ni a mi amigo Lou Reed".
Actualmente, Scarpantoni anda ocupada en la Duke McVinnie Band, con dos discos publicados que recomienda efusivamente. ¡°?Todav¨ªa interpretas cl¨¢sica?¡±, me despido: ¡°De vez en cuando, no mucho. Pero sigo practicando para mantenerme en forma. Y por mi propio disfrute¡±.
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