Abrazos
Vimos la semana pasada el abrazo de Obama con la enfermera que ha superado la enfermedad en EEUU, pero mucho me temo que ese abrazo no lo veremos en Espa?a
Ahora que comienzan a salir del aislamiento los afectados por ¨¦bola en Espa?a, nadie sabe muy bien qu¨¦ tono elegir. Se acab¨® la histeria, como se acaban las histerias en nuestro tiempo, con un despreciativo desv¨ªo de la mirada hacia otro lado. Vimos la semana pasada el abrazo de Obama con la enfermera que ha superado la enfermedad en Estados Unidos, pero mucho me temo que ese abrazo, tan importante en una enfermedad contagiosa, no lo veremos en Espa?a por la televisi¨®n. ?Por qu¨¦? Responder a esa pregunta es explicar en qu¨¦ consiste la pol¨ªtica en nuestro pa¨ªs. La primera causa es que los responsables m¨¦dicos han frenado la cat¨¢strofe. Y lo han hecho desde un hospital cuestionado que estaba en proceso de desmantelamiento porque una lumbrera decidi¨®, igual que cuando le quit¨® el servicio de salud a los sin papeles, que se ahorra desmontando el centro nacional de enfermedades tropicales.
Otra raz¨®n importante es que, desde el primer momento, los responsables pol¨ªticos se vieron desbordados en su capacidad de respuesta. Como hemos sabido ahora sobre los protocolos sanitarios en Barajas, ni tan siquiera la petici¨®n de informaci¨®n y preparaci¨®n de los trabajadores recibe una respuesta adecuada de la autoridad. Nadie sabe qu¨¦ hacer, ni qu¨¦ decir, ni c¨®mo comportarse. Apartada la ministra de Sanidad de la portavoc¨ªa durante la crisis m¨¦dica, quedaba al descubierto que los gabinetes pol¨ªticos se forman con la agenda de partido en la mano, basados en la apuesta por colocar a los fieles y nunca jam¨¢s con el inter¨¦s general como prioridad absoluta.
Pero hay una tercera vertiente a¨²n m¨¢s dolorosa. La necesidad urgente de todo responsable pol¨ªtico por sacudirse precisamente esa responsabilidad. Quieren el cargo, pero no lo que conlleva. Para liberarse suelen lanzarse al monte de cacer¨ªa y al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid le result¨® muy c¨®modo atacar a la auxiliar contagiada, humillarla p¨²blicamente y se?alarla como ¨²nica culpable. No, no vamos a tener abrazos en la tele espa?ola entre pol¨ªtica y ciudadan¨ªa cuando abandonen la cl¨ªnica los afectados. Pol¨¦mica hay en todas partes; tambi¨¦n excesos, histeria y dudas. Pero el abrazo reparador es el que no deber¨ªamos nunca perdernos. Y si sucede es porque algo se ha hecho mal desde la responsabilidad pol¨ªtica.
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