¡°La revoluci¨®n que derrib¨® el Muro ha sido la m¨¢s hermosa del mundo¡±

Ferdinand von Schirach (M¨²nich, 1964), quiz¨¢s uno de los abogados penalistas m¨¢s famosos de Alemania y convertido, por causa del insomnio, en un escritor aclamado por la cr¨ªtica literaria mundial, tiene un pasatiempo favorito que logr¨® perfeccionar gracias al ¨¦xito que han tenido sus libros: acompa?ado por un paquete de cigarrillos Gauloises, el autor se toma todo el tiempo del mundo para contemplar c¨®mo transcurre la vida desde la terraza de un caf¨¦.

Cuando se encuentra en Berl¨ªn, su ciudad adoptiva desde hace 22 a?os, Von Schirach disfruta del lujo que le regal¨® la vida en el caf¨¦ Manzini, y como buen escritor famoso, Von Schirach tambi¨¦n tiene caprichos, y uno de ellos es conceder entrevistas en el local, ubicado en Wilmersdorf, un elegante barrio burgu¨¦s en el sector occidental de la gran ciudad.

Furioso defensor de su vida privada ¡ªjam¨¢s le ha abierto la puerta de su hogar, ni tampoco la de su bufete, a un periodista¡ª, Von Schirach ha convertido el local en un informal lugar de trabajo. Aqu¨ª escribe, sue?a, reflexiona y disfruta del exquisito placer de no hacer nada, un lujo que empez¨® a perfeccionar gracias al dinero que ha ganado con la venta de sus libros, traducidos a m¨¢s de 30 idiomas.

Von Schirach lleg¨® hace 22 a?os a Berl¨ªn para participar en un trabajo descomunal: defender, juntos a otros colegas, a Erich Honecker, el odiado ex jefe de Gobierno de la desaparecida RDA, que muri¨® en Chile en mayo de 1994. "Ha sido el proceso m¨¢s interesante que haya tenido lugar en Alemania y tuve mucha suerte en participar como abogado defensor", dice el escritor. "Me qued¨¦ a vivir en Berl¨ªn, porque es la ciudad m¨¢s abierta y liberal de Alemania y donde se puede encontrar en cada esquina testimonios terribles y hermosos de ¨¦pocas pasadas".

Ha sido el proceso m¨¢s interesante que haya tenido lugar en Alemania y tuve mucha suerte en participar como abogado defensor

"Berl¨ªn es ahora lo que era Par¨ªs en los a?os veinte, aunque esta ciudad no es tan bella como lo es Par¨ªs", insiste Von Schirach al confesar su amor por la capital alemana. "Tampoco hay que olvidar que en esta ciudad se produjo, hace 25 a?os, un verdadero milagro: una revoluci¨®n pac¨ªfica, sin derramamiento de sangre y sin ejecuciones, que ech¨® abajo el Muro. Ha sido la revoluci¨®n m¨¢s hermosa que ha tenido lugar en este mundo".

Ferdinand von Schirach, es cierto, ama a Berl¨ªn, pero no esconde su pesimismo por el aire pol¨ªtico que se respira en la vieja y recuperada capital alemana. Por ejemplo, el escritor admira y critica la gesti¨®n de Angela Merkel, una mujer que naci¨® al ¡°otro lado del Muro¡± y que gobierna desde hace nueve a?os la primera potencia econ¨®mica de Europa. "Ella ha enfrentado muy bien las crisis de los ¨²ltimos a?os y ha sido una suerte tenerla como canciller, pero tambi¨¦n hay muchas cosas negativas en ella", dice el escritor. "Ha logrado, por ejemplo, que gran parte de la sociedad deje de interesarse por la pol¨ªtica, pero su mayor error ha sido no involucrar a la gente en los grandes temas de discusi¨®n, y una democracia vive y se alimenta de discusiones".

Tras conquistar la admiraci¨®n de la cr¨ªtica y de los lectores con dos libros de relatos breves, Cr¨ªmenes (2009) y Culpa (2010), Von Schirach ha regresado, tras El caso Collini, a la lista de best sellers con un nuevo libro de ensayos, Die W¨¹rde ist antastbar (La dignidad es tangible), donde abarca temas como el terrorismo, la democracia y un valiente texto destinado a explicar el pecado que cometi¨® su famoso abuelo, Baldur von Schirach, un arist¨®crata culto y rico que se dej¨® fascinar por el encanto maligno de Adolf Hitler.

"La culpa de mi abuelo es la culpa de mi abuelo", sentencia el nieto, al referirse al que fuera el l¨ªder de las juventudes hitlerianas y que, como gobernador de Viena, proclam¨® a la capital austriaca como una ciudad "limpia de jud¨ªos". "Mi nuevo libro es una invitaci¨®n a la reflexi¨®n", dice Von Schirach.

Con 50 a?os cumplidos, es un hombre famoso, amable y sencillo. No gasta su dinero en trajes de grandes marcas y tampoco lo despilfarra en coches de lujo. Odia las fiestas, ama la soledad y sigue meditando sobre un tema que le ha perseguido durante 20 a?os: los peores criminales tambi¨¦n son seres humanos. "He llegado a la conclusi¨®n de que la discusi¨®n sobre la maldad o la bondad del ser humano es falsa. Un ser humano puede componer Las bodas de F¨ªgaro y construir la Capilla Sixtina, pero tambi¨¦n puede violar y asesinar. Esto lo aprend¨ª como abogado penalista".