Cuando el arte contempor¨¢neo indigna a la extrema derecha
Agredido por su escultura en Par¨ªs, el artista Paul McCarthy contraataca con otra obra
El artista estadounidense Paul McCarthy acaba de protagonizar el mayor esc¨¢ndalo de la temporada cultural en Par¨ªs. El motivo es una escultural obra hinchable titulada Tree, que instal¨® hace dos semanas en la Place Vend?me, en pleno centro de la capital francesa. Los m¨¢s inocentes vieron en ¨¦l un gigantesco ¨¢rbol de Navidad. Pero tambi¨¦n hubo quien logr¨® distinguir en la obra la forma de un juguete sexual de dimensiones colosales. Y, con esa nueva interpretaci¨®n, naci¨® el esc¨¢ndalo.
El colectivo ultraconservador Printemps Fran?ais, nacido durante las manifestaciones masivas contra el matrimonio homosexual, fue el primero en pasar al ataque: ¡°Un plug anal gigante de 24 metros de altura acaba de ser instalado en la Place Vend?me. ?La Place Vend?me desfigurada! ?Par¨ªs humillado!¡±. Un par de d¨ªas m¨¢s tarde, el artista fue agredido por un transe¨²nte que le identific¨® como el autor de la escultura y le llam¨® ¡°est¨²pido y jodido estadounidense¡±. Horas despu¨¦s, la obra era saboteada por un grupo de an¨®nimos que lograron desinflarla. El artista de 69 a?os decidi¨® entonces no volver a levantarla para evitar ¡°potenciales desmanes¡± y ¡°no verse involucrado en el enfrentamiento y la violencia f¨ªsica¡±, seg¨²n un comunicado.
Pero el entorno de McCarthy advirti¨® entonces que preparaba una particular venganza en forma de nueva exposici¨®n. El resultado se ha desvelado ahora. El artista acaba de inaugurar Chocolate Factory, una macroinstalaci¨®n que reproduce el funcionamiento de una f¨¢brica de chocolate, instalada en el nuevo espacio para el arte contempor¨¢neo de La Monnaie de Par¨ªs, casa de la moneda ubicada en un palacete dieciochesco a la orilla del Sena. Los operarios de esta obscena chocolater¨ªa lucen pelucas rubio platino e id¨¦ntico rictus taciturno, mientras confeccionan huevos de chocolate que adoptan la misma forma que ese sex toy gigante con el que estall¨® la pol¨¦mica dos semanas atr¨¢s. Despu¨¦s, los acumulan en las salas de exposici¨®n e incluso los venden en la tienda del museo al m¨®dico precio de 50 euros.
Un plug anal gigante de 24 metros de altura acaba de ser instalado en la Place Vend?me. ?La Place Vend?me desfigurada! ?Par¨ªs humillado!
El artista se mantiene fiel a una l¨ªnea habitual en su trayectoria, iniciada en los setenta en el mismo c¨ªrculo de vanguardia en el que figuraban Chris Burden o Mike Kelley, y que acostumbra a provocar a la sociedad biempensante para dejar su ridiculez a la vista. El uso de referentes de la cultura pop y su cr¨ªtica implacable a la sociedad de consumo nunca dejan indiferente. Por ejemplo, el artista ha travestido a Popeye, convertido a Pinocho en s¨ªmbolo f¨¢lico e incluso comparado la fantas¨ªa del imperio Disney a la utop¨ªa hitleriana. ¡°Para m¨ª, Heidi o los enanos de Blancanieves solo son esqueletos que utilizo para revelar qu¨¦ es la sociedad¡±, explic¨® hace unos d¨ªas a Le Monde.
Al lado de la sibilina inteligencia que desprend¨ªa su trabajo anterior, la obra m¨¢s reciente de este hijo de mormones de Utah puede parecer facilona e incluso inocua. No lo creen as¨ª los colectivos tradicionalistas, opuestos a lo que consideran un nuevo s¨ªntoma de la deriva moral que vive Francia, y que no dejan de rugir ante la provocaci¨®n deliberada del artista estadounidense. Constituidos en poderoso contrapoder contra el ejecutivo de Fran?ois Hollande, no dudan en protestar contra todo lo que no se ajusta a su credo ultracat¨®lico. Y eso abarca desde una exposici¨®n que incita a los ni?os a descubrir las bases de la sexualidad ¨Csucedi¨® hace unos d¨ªas en la Cit¨¦ des Sciences de Par¨ªs¨C hasta un programa de sensibilizaci¨®n a las cuestiones de g¨¦nero en la escuela p¨²blica, iniciado por la actual titular de Educaci¨®n, Najat Vallaud-Belkacem, a la que el movimiento ha convertido en una de sus bestias negras.
Esa contestaci¨®n salpica tambi¨¦n al arte contempor¨¢neo, ya estigmatizado en los ¨²ltimos tiempos por el Frente Nacional. Su presidente de honor, Jean-Marie Le Pen, comparti¨® la semana pasada su opini¨®n sobre la ¡°supuesta escultura¡± de McCarthy y denunci¨® que ese ¡°sex toy homosexual de cat¨¢logo especializado¡± hubiera sido financiado con dinero p¨²blico. ¡°Me parece escandaloso, cuando se es heredero del arte egipcio, griego y latino, que solo se vaya a buscar estos espect¨¢culos art¨ªsticos a los museos de Fran?ois Pinault¡±, dijo Le Pen, en referencia al magnate y coleccionista especializado en el ¨²ltimo arte contempor¨¢neo. El medi¨¢tico ensayista ?ric Zemmour, ¡°apreciado¡± por Le Pen y actual l¨ªder de ventas con un panfleto reaccionario titulado Le suicide fran?ais, calific¨® la obra de ¡°enga?o¡± y se alegr¨® de su destrucci¨®n. ¡°No apruebo la agresi¨®n al artista, pero estoy contento de que la gente haya dejado de comportarse como conejos ante las luces de un coche ante este timo llamado arte contempor¨¢neo, un camelo que revela la vacuidad de nuestra ¨¦poca y la estafa de la globalizaci¨®n¡±, declar¨®.
McCarthy ha recibido el apoyo de la ministra de Cultura, Fleur Pellerin, muy criticada estos d¨ªas por reconocer no haber le¨ªdo al ¨²ltimo Nobel, Patrick Modiano, y no abrir una novela ¡°desde hace dos a?os¡±. ¡°Muchos desear¨ªan el retorno de una definici¨®n oficial del arte degenerado¡±, dijo Pellerin, en referencia al ataque ejecutado por los nazis contra los artistas de vanguardia. Incluso Hollande ha salido dos veces en defensa del artista estadounidense. ¡°Francia estar¨¢ siempre del lado de los artistas como yo lo estoy de McCarthy¡±, ha dicho el presidente franc¨¦s. ¡°Francia no es ella misma cuando est¨¢ atormentada por la ignorancia y la intolerancia¡±.
Hace tiempo que la ultraderecha francesa explicita una hostilidad creciente ante la creaci¨®n contempor¨¢nea. En julio, un pol¨ªtico del Frente Nacional, Fabien Engelmann, alcalde de Hayange (Lorena) y consejero pol¨ªtico de Marine Le Pen, decidi¨® pintar de azul cielo una fuente escult¨®rica de Alain Mila sin pedir permiso al artista. ?El motivo? La encontraba ¡°siniestra¡±. En febrero, un grupo de manifestantes de extrema derecha intent¨® interrumpir un espect¨¢culo del core¨®grafo Olivier Dubois en la Vend¨¦e, al oeste del pa¨ªs. ?La raz¨®n? Los nueve hombres y nueve mujeres que se sub¨ªan al escenario iban desnudos. ¡°Un espect¨¢culo as¨ª no tiene lugar en un teatro p¨²blico¡±, expres¨® la l¨ªder local de la ultraderecha. En 2011, la asociaci¨®n extremista Civitas protest¨® contra una obra de Romeo Castellucci en Par¨ªs, el mismo a?o que cat¨®licos integristas destruyeron una fotograf¨ªa de Andr¨¦s Serrano donde aparec¨ªa un crucifijo en un vaso lleno de orina.
La oposici¨®n de la extrema derecha al arte contempor¨¢neo se remonta a los ochenta, cuando el Frente Nacional ya se indign¨® ante la instalaci¨®n de las columnas que Daniel Buren instal¨® en el patio del Palais Royal de Par¨ªs. Para sus militantes, el arte contempor¨¢neo ser¨ªa parte integrante de la ¡°insoportable realidad de una sociedad en plena decadencia¡±, tal como diagnostica su l¨ªder, Marine Le Pen.
Los ataques al arte contempor¨¢neo en Europa
Hungr¨ªa. El gobierno de Viktor Orban emprendi¨® en 2010 un plan de ataque a las instituciones dedicadas a exponer arte contempor¨¢neo. El M¨¹csarnok Kunsthalle de Budapest, especializado hasta ahora en las ¨²ltimas formas de expresi¨®n, se dedicar¨¢ a partir de ahora a las "t¨¦cnicas tradicionales de la pintura y su vieja tradici¨®n de 8.000 o 10.000 a?os", en palabras de su nuevo director, Gy?rgy Szeg?. Este arquitecto se opuso en septiembre al arte contempor¨¢neo, considerando que estaba destinado a "una peque?a ¨¦lite" y oponi¨¦ndose a su tendencia "a la provocaci¨®n". Consider¨® que el arte no debe "atacar las religiones ni ridiculizarlas".
Grecia. En 2012, el estreno en Atenas de Corpus Christi, obra de Terrence McNally que presenta a Jes¨²s y los ap¨®stoles como un grupo de hombres gais viviendo en Texas, fue suspendida tras las protestas hom¨®fobas de miembros del partido Amanecer Dorado. En 2007, una video de la artista Eve Stefani que presentaba a una mujer desnuda masturb¨¢ndose con el himno nacional de la junta dictatorial que gobern¨® el pa¨ªs hasta 1974, fue retirada de la feria Art Athina por la polic¨ªa griega. El director de la feria fue detenido. En 2002, una obra de Sarah Lucas titulada Wanking Arm ("Brazo masturbador") fue retirada a petici¨®n del ministerio de Cultura, tras las protestas del pol¨ªtico de ultraderecha Giorgos Karatzaferis. "Es lo m¨¢s obsceno, inmoral y desvergonzado que nunca haya visto", declar¨®.
Austria. En mayo, el fot¨®grafo David LaChapelle se convirti¨® en v¨ªctima de los ataques del Partido de la Libertad (FP?) por un cartel promocional para una gala contra el sida protagonizado por la modelo transg¨¦nero Carmen Carrera, quien mostraba sus pechos pero tambi¨¦n su pene. La formaci¨®n ultraderechista, liderada en su d¨ªa por el desaparecido J?rg Haider, lo consider¨® pornogr¨¢fico, "de mal gusto" y "contrario a la ley". En 2001, una exposici¨®n con artistas como Louise Bourgeois, John Baldessari o el mismo Paul McCarthy ya fue criticada por el mismo partido. Uno de sus l¨ªderes dijo entonces que el arte contempor¨¢neo "ni siquiera se puede considerar degenerado, sino que, en el mejor de los casos, indica problemas mentales".
Italia. Corinne Diserens, directora del Museo de Arte Moderno de Bolzano, en el norte del pa¨ªs, fue destituida en 2008 por exponer una escultura de Martin Kippenberg que representaba a una rana crucificada con la lengua fuera. La obra hab¨ªa sido objeto de cr¨ªticas de las mayores autoridades de la Iglesia cat¨®lica, incluido el entonces papa Benedicto XVI, que escribi¨® una carta al presidente de la regi¨®n, Franz Pahl, apuntando que la escultura hab¨ªa "herido el sentimiento religioso de muchas personas que ven en la cruz un s¨ªmbolo del amor de Dios y de nuestra salvaci¨®n".
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