Una Borgia rehabilitada
Dario Fo novela la biograf¨ªa de Lucrecia, la seductora y astuta mujer que la historia convirti¨® en modelo de maldad

Los Borgia, teniendo su origen en el reino de Valencia, jugaron con ventaja sobre las estirpes italianas en el concurso universal de familias infames. Y ganaron. ?Qu¨¦ m¨¢s pod¨ªan pedir a un clan meridional los cucos propagandistas del norte de Europa que ser de origen hispano, establecerse en la corrupta Roma del siglo XV y dar dos papas de los que uno, Alejandro VI, ser¨ªa acusado de todas las vilezas posibles? A decir verdad, poco. Aunque, pens¨¢ndolo mejor, tambi¨¦n pod¨ªan pedir que entre ellos hubiera una mujer mal¨¦fica. "Bingo", como dicen los yanquis, porque en aquella familia papal hab¨ªa una hija, Lucrecia, a la que los ce?udos historiadores pronto convirtieron en modelo de maldad.
Para recuperar la figura de aquella dama, el actor, dramaturgo y premio Nobel Dario Fo ha novelado una biograf¨ªa que reconstruye bajo una luz nueva los episodios de su vida. La Lucrecia Borgia que en las pel¨ªculas abr¨ªa disimuladamente un anillo hueco sobre la copa de vino de su v¨ªctima y dejaba caer el veneno, es en esta versi¨®n una dama cultivada e inteligente a la que su padre el papa Alejandro VI y su hermano C¨¦sar Borgia utilizan para fraguar alianzas familiares. Como los tiempos eran convulsos, el primer marido ¡ªGiovanni Sforza¡ª pronto dej¨® de interesar y puesto que hab¨ªa huido, al parecer prevenido por su esposa, se le oblig¨® a reconocer que era impotente y el matrimonio fue anulado. El segundo, Alfonso de Arag¨®n, sirvi¨® mientras C¨¦sar Borgia aspiraba al reino de N¨¢poles, pero una vez descartada esa pretensi¨®n fue asesinado en presencia de Lucrecia. Por fin, el tercero fue el duque de Ferrara Alfonso de Este, que la sobrevivir¨ªa cuando falleci¨® en 1519 de sobreparto.
Para rehabilitar al personaje,
Para rehabilitar al personaje, Fo niega las acusaciones de incesto con su padre y su hermano, y tambi¨¦n que ella fuera la madre del llamado "hijo de Roma", cuya paternidad fue reconocida sucesivamente por el Papa y por su hijo C¨¦sar. Asimismo desmiente que Lucrecia tuviera un romance con el marqu¨¦s de Mantua, su concu?ado, pero s¨ª entra en sus amor¨ªos con el gran poeta italiano Pietro Bembo. El retrato, a la larga, nos muestra a una mujer que sabe que su supervivencia depende de la de su familia pero que, para su desgracia, tambi¨¦n tiene m¨¢s escr¨²pulos que su parentela. No se trata de una ingenua, claro, sino de una mujer astuta, capaz de seducir, que maneja su fortuna, leva ej¨¦rcitos y hasta llega a sustituir a su padre el Papa como vicaria.
En conjunto, el relato es ¨¢gil y vivo, como no pod¨ªa ser de otro modo teniendo en cuenta el oficio may¨²sculo de Fo para los di¨¢logos, aunque algunos sorprenden por el modo forzado en que recuperan informaci¨®n (p¨¢ginas 106-109). Tambi¨¦n llaman la atenci¨®n las notas a pie de p¨¢gina, ese recurso acad¨¦mico que sirve sobre todo para autorizar, en una recreaci¨®n imaginativa y lib¨¦rrima de escenas y conversaciones. En todo caso, los amantes de los relatos hist¨®ricos y de la Italia del Renacimiento disfrutar¨¢n con esta Lucrecia Borgia remozada.
Lucrecia Borgia, la hija del Papa. Dario Fo. Traducci¨®n de Carlos Gumpert. Siruela. Madrid, 2014. 272 p¨¢ginas. 19,95 euros (electr¨®nico: 9,99 euros)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.