Verd¨² y el l¨¦xico del hogar burgu¨¦s
El ensayista rinde un fervoroso homenaje al microcosmos de objetos cotidianos
Tras llevar a sus lectores de viaje por Estados Unidos y China en otras obras, ahora Vicente Verd¨² (Elche, 1942) los mete en casa, pero no en cualquier casa. Enseres dom¨¦sticos es una alabanza del hogar europeo burgu¨¦s urbano, del tipo de vivienda donde residir¨ªa hoy Juanito Santa Cruz en la plaza de Pontejos: un piso amplio de pasillo largo, suelo de tablones de madera que cruje y puerta de servicio. En la casa de Enseres dom¨¦sticos hay ascensor y montacargas, vecinos de arriba y de abajo ¡ªsi no, el ep¨ªgrafe destinado a las goteras perder¨ªa su sentido¡ª, y lo m¨¢s importante: en ella vive una familia. Nada de amplios lofts,nada de pisos compartidos por estudiantes o buhardillas donde el chich¨®n en la frente por calcular mal la altura del techo se produce a diario. Verd¨² no se refiere a esos espacios: lo sabe y teme la omnipresencia de los nuevos tipos de vivienda ("Igualmente, las casas tienden a borrar sus pasillos en una actuaci¨®n que induce la muerte del misterio dom¨¦stico y la conversi¨®n del hogar en un ¨¢mbito prolijo"), de ah¨ª su homenaje fervoroso a aquellos elementos cuya desaparici¨®n ¨¦l mismo intuye cercana, como el tresillo, que, en sus propias palabras, "persiste, pues, pero al modo de un legado ¡®viejuno¡¯ unido a alimentos decadentes, sea el c¨®ctel de gambas, la tarta al whisky o el melocot¨®n en alm¨ªbar".
Los parientes directos de Enseres dom¨¦sticos ser¨ªan el Georges Perec de Pensar/Clasificar y el de Lo infraordinario, obras donde el escritor franc¨¦s siente el impulso de dar cuenta de lo min¨²sculo. Otros familiares cercanos se encontrar¨ªan en la Po¨¦tica del espacio, de Bachelard, y en el cat¨¢logo de peque?os placeres cotidianos ¡ªpor ejemplo, desgranar guisantes¡ª de Philippe Delerm. Y bastantes frases, por su procedimiento expresivo ¡ª"El v¨¢ter es una boca donde se echa una comida del diablo": ah¨ª queda eso¡ª, coquetean con la greguer¨ªa.
Verd¨² trata de universalizar h¨¢bitos y actitudes empleando la primera persona del plural, como si fuesen moneda corriente para cualquiera
De ese parentesco surge este microcosmos de objetos como peines de concha o hueso ¡ªnunca de pl¨¢stico¡ª y h¨¢bitos que Verd¨² parece conocer bien, o al menos literariamente bien. En Enseres dom¨¦sticos huele a jab¨®n Heno de Pravia, y se oyen los carraspeos del padre fumador, que funcionan aqu¨ª como mecanismo evocador de infancia, de seguridad y protecci¨®n, en el ¡ªa mi juicio¡ª m¨¢s logrado de los breves ensayos, el titulado 'La tos'.
Pero esta casa del pasado burgu¨¦s, esta casa m¨¢s de "yo fui al Preu que a EGB", tambi¨¦n implica unos habitantes anclados en el tiempo. En los fragmentos dedicados a diversas prendas de ropa vemos que este hombre retratado por Verd¨² deja en manos de su mujer la elecci¨®n de las corbatas y es rapid¨ªsimo comprando calcetines, por su total desinter¨¦s hacia la ropa. Esta mujer, en cambio, "por beneficio de sus medias, puede, hacer de sus movimientos, al calzarlas o descalzarlas, una genuina liturgia", y siempre lleva bolso, pues "una mujer no se hallar¨¢ c¨®moda ni pertrechada sin esa compa?¨ªa armada". Hasta aqu¨ª todo razonablemente costumbrista, acertado como retrato de una generaci¨®n que ya roza la edad de jubilarse, pero cuando Verd¨² trata de universalizar estos h¨¢bitos y actitudes empleando la primera persona del plural, como si fuesen moneda corriente para cualquier lector, el texto resulta menos convincente, pues no todos podr¨¢n ni querr¨¢n sentirse incluidos en este colectivo cuyas vidas transcurren habitualmente en pisos con bombillas de tungsteno y en presencia de caballeros con pijama de rayas y se?oras que no llevan nada en los bolsillos, pues esto "afear¨ªa su silueta", seg¨²n comenta el autor.
Enseres dom¨¦sticos. Vicente Verd¨². Anagrama. Barcelona, 2014. 216 p¨¢ginas. 16,90 euros (electr¨®nico: 12,99)
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