Reincidencia idiota

Han pasado 20 a?os y se podr¨ªa hacer un concurso para ver qui¨¦n ha cambiado m¨¢s ¡ªo, quiz¨¢ m¨¢s interesante, menos¡ª desde el estreno de Dos tontos muy tontos. Posibilidades: 1) los protagonistas, dos lerdos grotescos; 2) sus directores, Peter y Bobby Farrelly; 3) los admiradores de aquella, para muchos, c¨²spide de la comedia idiota contempor¨¢nea; 4) los que ya en su d¨ªa no entendieron nada de aquellos chistes, y 5) la comedia idiota en s¨ª misma, la que se r¨ªe de su propio infantilismo con una mezcla de ternura y brutalidad, de incorrecci¨®n pol¨ªtica y maravillosa levedad. De modo que, analizando cada una de las vertientes, el resultado es que todas las combinaciones posibles van en perjuicio de esta su resurrecci¨®n, Dos tontos todav¨ªa m¨¢s tontos: los personajes principales siguen igual, pero no sus directores, que tras la cima de Algo pasa con Mary (1998) se han visto empeque?ecidos por las expectativas creadas, mientras los fan¨¢ticos quiz¨¢ hayan dejado atr¨¢s ciertas actitudes, y la comedia irreverente y gamberra hace tiempo que desterr¨® tab¨²es de representaci¨®n, hasta el punto de que en estos a?os hemos podido ver incluso a una estrella mainstream como Hugh Jackman con unos test¨ªculos de pega en su garganta en la verdaderamente descarada Movie 43 (2013).

La consecuencia de todo ello es que Dos tontos todav¨ªa m¨¢s tontos, adem¨¢s de carente de ritmo, hinchada de metraje, con unos insulsos personajes secundarios y con apenas un par de gags salvables, casi parece una comedia antigua, en el peor sentido del t¨¦rmino. Desde luego, mucho menos moderna que otras joyas del cine protagonizadas por imb¨¦ciles de encefalograma plano escondidos en cuerpos de se?ores maduros, del Gordo y el Flaco a Jerry Lewis pasando por el inspector Clouseau. De hecho, incluso Los tres chiflados (2012), la anterior pel¨ªcula de los Farrelly, homenaje a una serie de los a?os cincuenta, resultaba m¨¢s an¨®mala e irreverente que esta innecesaria secuela.