¡°Lo moderno ya no me marca¡±
Jaime Urrutia viv¨ªa la Movida, pero en la mili descubri¨® a Los Chichos. Una ruptura marc¨® su estilo. ¡°El desamor es lo mejor para crear canciones¡±.
De lo que se come se cr¨ªa, dicen, y nada (en el pop) surge de debajo de una seta. Jaime Urrutia, l¨ªder de Gabinete Caligari y compositor de sus hits, nos lanza las pistas de su arte en un libro, Canciones para enmarcar (Larousse), que es una carta de amor al rock and roll,al punk y la nueva ola; pero tambi¨¦n a los tangos y a los pasodobles.
?All¨ª est¨¢. Jaime Urrutia. La cara m¨¢s reconocible del pop espa?ol de los ochenta, autor de algunos de sus ¨¦xitos m¨¢s populares. Cuando hice la mili en 1990, La culpa fue del cha-cha-ch¨¢ de Gabinete Caligari era la canci¨®n. Sonaba en todas partes, pegadiza como la electricidad est¨¢tica. Pero no estamos aqu¨ª para hablar de ella, sino para excavar en el cancionero que sent¨® los cimientos del m¨²sico.
Cuando yo llego al bar, un mes¨®n cerca de Las Ventas, Urrutia ya est¨¢ all¨ª, tomando una cerveza en la terraza y ojeando su libro. Va muy tapado para el tiempo que hace, con camisa, jersey y americana. ¡°Estos cambios de tiempo me dejan hecho polvo¡±, me suelta, cuando me siento. Su cara, llena de rasgos exagerados, una faz goyesca, contin¨²a igual; aunque los elementos han hecho cierta mella en ella. Y entonces est¨¢ la voz. Aquella voz.
PREGUNTA.?En el libro cita a Roc¨ªo Jurado, quien dijo de Camar¨®n: ¡°Este chico tiene un viejo en la tripa¡±. Pero su voz es inusual, tambi¨¦n.
RESPUESTA.?Cuando empezamos todos en la movida, nadie quer¨ªa cantar. Yo no sab¨ªa hacerlo. De peque?o estaba en el coro del colegio, pero me daba mucho corte ser el frontman. Yo quer¨ªa ser guitarrista r¨ªtmico como Sabino M¨¦ndez, que tambi¨¦n compon¨ªa, y estar en un segundo plano esc¨¦nico. Pero mis amigos de Gabinete no cantaban, no me qued¨® m¨¢s remedio. No soy un cantante al uso. Me influy¨® mucho Ian Curtis de Joy Division, aquella voz tan grave. Mi tono natural es similar, y al empezar a hacer canciones oscuras y siniestras les pegaba aquel tono [canta con voz gutural] ¡°golpes, golpes, d¨®nde est¨¢n tus golpes¡¡±. Pero hay gente que odia mi voz. Es como la de Bunbury; no deja a nadie indiferente. Eduardo Haro Ibars me dec¨ªa: ¡°Si quieres meterte en un grupo de rock tienes que distinguirte¡±.
P.?En su libro habla de tangos. Cita lo de ¡°me revienta tu presencia?/ pagar¨ªa por no verte¡±.
R.?[Contin¨²a recitando la letra] ¡°Hasta el nombre te has cambiado?/ Como cambiaste de suerte?/ Ya no s¨®s ni Margarita?/ Ahora te llaman Margot¡±. Qu¨¦ bonito.
P.?La canci¨®n sirve de excusa para reflexionar sobre rupturas y desamor.
R.?En la ¨¦poca de Gabinete sufr¨ª un fuerte desenga?o amoroso. Era 1986, cuando ya ten¨ªamos cierto ¨¦xito. Todo Camino Soria est¨¢ dedicado a eso. Estaba realmente jodido. Me dej¨® una chica con la que llevaba cuatro a?os. Me dej¨® porque se dedicaba a la ¨®pera, y cada vez que aparec¨ªa en televisi¨®n tocando teclas con nosotros, su padre le echaba la bronca. Finalmente, decidi¨® dejarme. Pero el desamor es lo mejor para escribir canciones. Fue una experiencia muy rara: el grupo triunfaba, ten¨ªamos 80 bolos, vend¨ªamos 100.000 discos, pero por dentro yo llevaba todo eso. Las mejores canciones salen de la desgracia.
P.?Nick Hornby se preguntaba en Alta fidelidad: ¡°?Qu¨¦ fue primero: la m¨²sica o la tristeza? ?Escuchaba m¨²sica pop porque estaba triste? ?O estaba triste porque escuchaba m¨²sica pop?¡±.
R.?Es el huevo o la gallina. Imagino que lo primero es la melancol¨ªa del hombre. Antes de tener instrumentos, el ser primitivo sentir¨ªa ya esa sensaci¨®n de abandono cuando le dejaba una mujer. El amor es lo que mueve el 90% de las buenas canciones. Y de las malas tambi¨¦n.
P.??Las circunstancias oprobiosas que rodean un disco le amargan el disfrute del mismo al artista? ?Piensa en Camino Soria y recuerda el dolor?
R.?Pienso solo en la alegr¨ªa. El dolor se qued¨® en aquellas canciones. Solo queda una peque?a cicatriz. El tiempo pasa, y que le den a aquella chica. La vida ha evolucionado y ahora tengo a otra chica que me quiere. El disco limpi¨® la herida.
P.?Hablas de tauromaquia en el cap¨ªtulo sobre Antonio Molina.
R.?Yo soy aficionado a los toros, y he sufrido ataques acojonantes en mi Facebook. Los antitaurinos pueden ser muy violentos. Yo voy a los toros con mis amigos, pero tampoco quiero hablar de ello. En mi casa se respiraba ambiente taurino. Mi padre era cr¨ªtico taurino en Madrid, un peri¨®dico que cerr¨® Franco. Mi abuelo por parte de madre fue empresario de la plaza de toros de M¨¢laga. En mi casa, en lugar de ¡°ni?os, al cine¡± era ¡°ni?os, a los toros¡±. Mi padre ten¨ªa siempre entradas.
P.??Lo recuerda con terror o con excitaci¨®n?
R.?Con excitaci¨®n. Lo escrib¨ª una vez en EL PA?S y volvieron a atacarme en el Facebook. Me alucinaba el espect¨¢culo. Piensa que fui all¨ª con 7 u 8 a?os. Me gustaba c¨®mo iba vestido el torero, el ambiente de la plaza¡ Pero entonces no sent¨ªa dolor por el toro, y ahora s¨ª. El domingo fui a los toros, y toda la parte en que el toro vomita sangre¡ Te lo juro, no me gust¨®. En la ¨¦poca de los grupos llev¨¦ alguna vez a mis amigos, pero nunca he sido abanderado del tema. Cuando Patricia Godes dijo que Gabinete hac¨ªamos ¡°rock torero¡± me gust¨®, ayud¨® a etiquetarnos.
P.?Gabinete siempre han estado fascinados por la II Guerra Mundial, y habla de ello en el cap¨ªtulo de Lili Marleen.
R.?Una de las razones de esa fascinaci¨®n es la cercan¨ªa en el tiempo. Yo soy de 1958, y la guerra termin¨® en 1945. Son solo 13 a?os de diferencia, un poco m¨¢s y me veo all¨ª metido. Recuerdo que a clase de religi¨®n el cura trajo un libro del Holocausto, y me impresion¨® mucho. Es algo muy fuerte y muy dram¨¢tico. Los nazis, con su poder¨ªo y forma de vestirse, esa forma de dar miedo¡ Cuando empez¨® Gabinete nos fij¨¢bamos en Warsaw, de Joy Division. El nombre Joy Division hace referencia a la ¡°divisi¨®n de la alegr¨ªa¡±, las putas de los campos. Era un tema t¨¦trico que al comienzo del grupo nos iba bien. Tren especial hablaba de eso.
P.?Los primeros Gabinete usaban bastante parafernalia militar. Lo que les ocasion¨® alg¨²n problema.
R.?Bueno, la cosa ven¨ªa de los Sex Pistols, con sus cruces gamadas; los Clash, con ropa paramilitar¡ Brian Jones, de los Rolling Stones, tambi¨¦n visti¨® de nazi, y utilizamos su imagen en Obediencia. La est¨¦tica era bonita y acojonante. Y en aquella ¨¦poca ten¨ªas que epatar. Por eso dije aquello de ¡°hola, somos Gabinete Caligari y somos nazis¡±.
P.??No era ¡°y somos fascistas¡±?
R.?Eso, fascistas. Fue en 1981. En aquella ¨¦poca est¨¢bamos en plena Transici¨®n, todo el mundo iba de colega y del PSOE. Y nosotros quer¨ªamos epatar. Eduardo Benavente lo hac¨ªa m¨¢s por la v¨ªa del sadomaso, y nosotros lo hac¨ªamos por lo cultural e hist¨®rico. Nos cost¨® muchos disgustos. Tuvimos amenazas de ETA en el Pa¨ªs Vasco. El Egin nos llam¨® fascistas, cuando ya hac¨ªa ocho a?os de la frase. Mis amigos me dijeron que me hab¨ªa pasado un poco, pero yo me hab¨ªa tomado dos whiskys, era el primer concierto de Gabinete, en el Rock-Ola¡ Yo que s¨¦. Son pecados de juventud. Me arrepiento.
P.?Gabinete usaba un tipo de iron¨ªa muy particular, pero como ten¨ªan cara de serios todo el mundo se tomaba al pie de la letra lo que dec¨ªan.
R.?Cierto. Algunos fot¨®grafos se asustaban, nos dec¨ªan ¡°?sonre¨ªd un poco!¡±. Pero nosotros nunca sonre¨ªmos. Los tres, de pura casualidad, ¨¦ramos de gesto serio. Nuestras letras del principio eran muy serias tambi¨¦n: Obediencia, Por qu¨¦ perdimos Berl¨ªn¡ Pero entonces vino la mili, y yo pas¨¦ de escuchar aquellos grupos del Rock-Ola a Los Chichos, rumbita y tal. Fue fundamental. Nos dimos cuenta de que hab¨ªa otro mundo fuera del Rock-Ola. En El calor del amor en un bar, decidimos hablar de lo que hac¨ªamos todo el d¨ªa, que era estar en bares. Y adem¨¢s contarlo en plan festivo. En una letra puedes dar ese punto de iron¨ªa.
P.?Su libro est¨¢ lleno de canciones de infancia y juventud. Parece que da la raz¨®n a la vieja teor¨ªa de Billy Childish: ¡°Lo que te gusta a los 17 es lo que realmente te gusta¡±.
R.?Es cierto. Mucha gente me dir¨¢ que no hay nada moderno en el libro. Todo son cosas de mi juventud. Son las que marcaron mi vida. Lo moderno ya no me marca, tengo la piel demasiado curtida. Esa corteza impide que me impresionen ya ciertas cosas. En cambio, a los 17, me impresionaba todo.
P.?Entrevistando a Manolo Garc¨ªa, me dej¨® clara su postura antipublicidad. Gabinete, en cambio, nunca tuvo esos reparos.
R.?En 1988 tocamos Gabinete Caligari y El ?ltimo de la Fila en Fuengirola. Gabinete ¨ªbamos patrocinados por Coca-Cola, que inclu¨ªa unas pancartas con su promoci¨®n del verano. Salimos primero, con nuestra publicidad, y luego Manolo Garc¨ªa dijo: ¡°Nosotros no necesitamos ninguna bebida gaseosa para estar aqu¨ª¡±. Yo fui hacia ¨¦l, luego, y le dije: ¡°Mira, yo te respeto mucho, pero ded¨ªcate a tu vida y no me eches al p¨²blico encima¡±. A m¨ª me parece muy bien que no quieras hacer publicidad, pero nosotros nos lo tom¨¢bamos con otra filosof¨ªa. Santiago Auser¨®n me dijo lo mismo: que Radio Futura eran aut¨¦nticos porque no hac¨ªan publicidad. Yo pensaba que la publicidad te pod¨ªa hacer llegar a m¨¢s gente. La opini¨®n de Manolo es muy respetable, pero cada uno tiene su carrera.
P.?En su biograf¨ªa, Ferni suelta: ¡°Jaime no lo entender¨¢ porque creo que desde 1982 no cambia ni de peluquero¡±.
R.?Eso viene de cuando ellos empezaron a escuchar a Nirvana. Se dejaron el pelo muy largo, y quer¨ªan que tom¨¢ramos un rumbo m¨¢s indie. A m¨ª me parec¨ªa muy bien, pero yo no cambi¨¦ de peinado ni de estilo. Cuando dijo aquello fue al poco de separarnos, y exist¨ªa a¨²n cierta confrontaci¨®n. Fue por despecho.
P.?Bueno, yo lo tom¨¦ como elogio. Me gusta la gente que no cambia.
R.?Yo respondo a mis propios criterios. No voy a dejarme el pelo por los hombros. Soy un t¨ªo m¨¢s cl¨¢sico. Uno tiene que ser fiel a sus principios.
Canciones para enmarcar. Jaime Urrutia. Larousse. Barcelona, 2014. 240 p¨¢ginas. 14,90 euros (digital: 10,99).
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