Tomaz Pandur lleva el bien y el mal al Centro Dram¨¢tico Nacional

No le gusta la soledad y el teatro es su refugio, el lugar que le permite crear en cada uno de sus espect¨¢culos una realidad diferente.? Tomaz Pandur (Maribor, Eslovenia, 1963) sab¨ªa que no pod¨ªa cambiar el mundo pero s¨ª construir el que quisiera: ¡°Sigo jugando con esa idea infantil¡±. Desde el viernes cuando se levant¨® el tel¨®n en el teatro Valle-Incl¨¢n del Centro Dram¨¢tico Nacional (CDN) para la representaci¨®n de Fausto , el director entr¨® en un vac¨ªo absoluto: ¡°Es lo que me ocurre desde que empieza la primera representaci¨®n hasta la ¨²ltima. Entro en un agujero total del que logro salir con la puesta en funcionamiento de un nuevo proyecto¡±. La obra permanecer¨¢ en el?CDN hasta el pr¨®ximo 11 de diciembre.

Pandur ama los cl¨¢sicos y esta obra de Goethe en especial porque ¡°habla con un lenguaje contempor¨¢neo y te obliga a plantearte desde aspectos filos¨®ficos y ¨¦ticos de situaciones de la vida y momentos en los que el propio individuo vive su infierno particular¡±. El nuevo proyecto teatral de Pandur, basado en la leyenda de un hombre que vendi¨® su alma al diablo, representa un proceso alqu¨ªmico, en el que todo lo que entra en el espacio esc¨¦nico se transforma para construir su propio lenguaje esc¨¦nico, su propia poes¨ªa. El dramaturgo lleva a escena el eterno deseo de lo que no poseemos: familia, amor, juventud o belleza.

Hace a?o y medio Pandur decidi¨® que era el momento de representar la gran obra en la que Goethe invirti¨® 60 a?os de su vida. ¡°Quer¨ªa hablar de un hombre que lucha contra el mundo, de un hombre que est¨¢ al l¨ªmite de la existencia y de la necesidad de adquirir m¨¢s sabidur¨ªa y ampliar sus horizontes, en definitiva hablar de como el mal forma parte del bien¡±, puntualiza el director. El responsable de poner en el escenario obras como Hamlet, Medea, Cal¨ªgula, Infierno o 100 minutos alude a la grandeza y universalidad de Goethe: ¡°Poner en marcha una obra de este autor alem¨¢n es equiparable a cuatro dramas de Shakespeare. Es como si pusiese sobre el escenario los corazones de todo el equipo y cada uno de ellos contase su propia historia de soledad o desesperaci¨®n. Si no eres capaz de canalizar todos esos estados fracasas, pero si lo logras llegas al p¨²blico y consigues su l¨¢grima¡±.

El esloveno ha adaptado la obra junto a Livija Pandur y Lada Kastelan quienes han decidido centrarse en la psicolog¨ªa de los personajes y su condici¨®n de peque?os jugadores de un juego que no controlan. Pandur tiene constantes palabras de elogio para todos los actores que participan en la obra, una compa?¨ªa que ¡°trabaja desde la necesidad, desde una respuesta pura e intelectual¡±, y que contribuyen a que ¨¦l tenga una idea ¡°fant¨¢stica¡± de Espa?a y de su teatro.

El director ha optado por centrar la obra en el n¨²cleo del que todos partimos. ¡°En este espect¨¢culo el mal es la familia, met¨¢fora del mundo. En ella puedes encontrar lo mejor y lo peor, el bien y el mal. En definitiva, todo¡±. Roberto Enr¨ªquez le da vida a Fausto un actor que, seg¨²n Padur, es ¡°un atleta del coraz¨®n que ha sabido obtener el concepto de la obra para reconstruir la idea del mal¡±.