Un nuevo Primer Folio agranda el misterio de Shakespeare
Una biblioteca francesa descubre una primera edici¨®n de las obras del bardo olvidada durante 400 a?os
La biblioteca de Saint-Omer, en el norte de Francia, descubri¨® hace una semana que albergaba, sin que nadie se hubiese dado cuenta en 400 a?os, un ejemplar de uno de los libros m¨¢s importantes (y valiosos) de la historia de la cultura Occidental: el Primer Folio, una primera edici¨®n de las obras de Shakespeare. "La identificaci¨®n de esta copia, hasta ahora desconocida, ser¨¢ un motivo de celebraci¨®n nacional entre nuestros colegas franceses shakespearianos", asegur¨® el investigador Paul Edmondson a uno de los diarios m¨¢s autorizadas para hablar de este asunto, el Stratford-upon-Avon Herald. El hallazgo ha vuelto a poner de actualidad el libro, publicado en 1623, que re¨²ne 36 de las 38 obras conocidas del dramaturgo y que, como todo lo que rodea al bardo, est¨¢ rodeado de preguntas sin respuesta.
No se ha encontrado ning¨²n manuscrito original de Shakespeare ¨Cde hecho solo se han hallado 14 palabras de su pu?o y letra, de las que seis son firmas en las que, adem¨¢s, escribi¨® su nombre de manera diferente¨C; y apenas existen retratos fiables del escritor ¨Cuno de ellos es el que sirve de portada al Primer Folio¨C. Como escribe Bill Bryson en su delicioso ensayo Shakespeare (RBA): "No sabemos si dej¨® alguna vez el Reino Unido. No sabemos qui¨¦nes fueron sus compa?eros ni c¨®mo se divert¨ªa. Su sexualidad es un misterio inescrutable. S¨®lo un peque?o n¨²mero de d¨ªas de su vida sabemos con certeza d¨®nde estuvo. Y no tenemos ning¨²n documento sobre sus andanzas durante los ocho cruciales a?os en los que dej¨® a su mujer y a sus tres hijos en Stratford y se convirti¨® en un dramaturgo en Londres". Sin embargo, prosigue Bryson, ninguna obra literaria ha sido examinada con tanta devoci¨®n: "Su obra contiene 138.198 comas y 15.785 puntos de interrogaci¨®n; sus personajes hablan de amor 2.259 veces y de odio solo 226. Nos dej¨® 884.647 palabras que forman 31.959 di¨¢logos en 118.406 versos". Y todo esto, el misterio de su vida y la certeza de su genio, han llegado hasta nosotros gracias a la edici¨®n encontrada en Francia.
Tampoco se puede decir que las cosas est¨¦n muy claras en torno al Primer Folio. Los actores John Heminge y Henry Condell lo publicaron por primera vez siete a?os despu¨¦s de la muerte de Shakespeare con un pr¨®logo de Ben Jonson al precio disparatado de una libra ¨Cel equivalente a unos 3.000 euros actuales¨C. Ni podemos decir cu¨¢ntos ejemplares se imprimieron (entre 700 y 1.000 es lo m¨¢s probable) ni cu¨¢ntos han llegado hasta nosotros: la cifra baila entre 220 y 240 porque algunos ejemplares est¨¢n muy incompletos y los expertos mantienen abierto un debate sobre lo que es, o no, un Primer Folio. Lo que s¨ª se sabe con certeza es lo que vale ahora: se pagaron cuatro millones de euros por un ejemplar en una subasta en Sotheby's en 2006.
El historiador brit¨¢nico Peter Ackroyd define as¨ª el libro en Shakespeare, la biograf¨ªa (Edhasa): "El que al principio se incorporara la lista de actores demuestra que no s¨®lo fue una celebraci¨®n literaria, sino teatral. Quiz¨¢s se convirti¨® en tema de discusi¨®n entre Shakespeare y sus colegas antes de que le llegara la muerte e incluso es posible que algunos textos se imprimieran a partir de la transcripci¨®n corregida por el propio dramaturgo. Sea como sea, la mayor parte de los t¨ªtulos est¨¢n escritos por Ralph Crane, un amanuense profesional que con frecuencia trabaj¨® para las compa?¨ªas teatrales".
Hasta entonces, adem¨¢s de los sonetos, s¨®lo se hab¨ªan publicado 16 obras de Shakespeare y de forma muy chapucera ¨Ctranscripciones de lo que se declamaba en el teatro sin el control del autor¨C, lo que era relativamente normal en la ¨¦poca dado que las piezas eran para ser vistas y escuchadas (tampoco ahora se editan la mayor¨ªa de los guiones). Gracias al Primer Folio se conocen Macbeth, La tempestad o Julio C¨¦sar, de hecho, gracias a esta edici¨®n Shakespeare es Shakespeare y no un dramaturgo m¨¢s de la era isabelina. As¨ª lo explica Luis Astrana Mar¨ªn (1889-1959), el traductor cl¨¢sico del bardo al castellano, en su preciosa edici¨®n de las obras completas de Aguilar: "Ninguna de estas ediciones lo fue con el consentimiento de Shakespeare, sino que fue el trabajo de editores piratas que se mov¨ªan en torno a los autores teatrales, de copias tomadas al o¨ªdo durante la representaci¨®n y plagadas de yerros".
Cuatrocientos a?os despu¨¦s de todo esto, el pasado septiembre, seg¨²n revel¨® el pasado mi¨¦rcoles el diario local La voix du Nord, el bibliotecario Remy Cordonnier se top¨® mientras preparaba una exposici¨®n con un libro que, aunque hab¨ªa perdido la portada, se parec¨ªa mucho a uno de aquellos ejemplares. La biblioteca de Saint-Omer fue una de las m¨¢s importantes de la Europa medieval y alberga innumerables tesoros, como una Biblia de Gutenberg. Se puso en contacto con Eric Rasmussen, un experto estadounidense en Shakespeare, que viaj¨® hasta la ciudad francesa y que autentific¨® la semana pasada el libro.
Edmondson, director del Centro Shakespeare en Stratford-upon-Avon, citado de nuevo por el diario local, explica que el hallazgo va mucho m¨¢s all¨¢ de que el n¨²mero de primeros folios disponibles haya pasado de 220 a 221 (o de 240 a 241): "A causa de la forma en que se imprim¨ªa en el siglo XVII, cada copia es ¨²nica". Bill Bryson relata en su libro una visita a la biblioteca Folger de Washington, que alberga la mayor colecci¨®n del mundo de esta edici¨®n (una de cada tres de las que se conservan), que han examinado hasta con microscopio. "Lo que no deja de sorprenderme es lo mal que estaba hecha. Hacen falta muchos primeros folios para tomar decisiones sobre el texto definitivo", le explic¨® uno de los conservadores. Cada avance en el conocimiento de Shakespeare es, en el fondo, un nuevo paso hacia el interior de su misterio.
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