Un Follet de clase B
'El umbral de la eternidad', de Ken Follett, es entretenido, pero dif¨ªcil de creer. El principal aliciente es el devenir hist¨®rico.
El sexo. R¨¢pido, ego¨ªsta y fr¨ªo. Eso es lo que define al John Kennedy que describe Ken Follett en El umbral de la eternidad, el tercer volumen de su trilog¨ªa sobre el siglo XX. El miedo. A perder el poder, a la traici¨®n, a no ser m¨¢s astuto que Estados Unidos ni m¨¢s violento que los compa?eros del partido comunista. Eso es lo que distingue a Nikita Jruschov y al resto de l¨ªderes del geri¨¢trico sovi¨¦tico, seg¨²n el libro. El odio. A los negros, a lo distinto, a lo que no se comprende. Eso es lo que une a los racistas del sur profundo estadounidense o a los polic¨ªas de la Stasi de la Alemania Oriental, seg¨²n el best seller. Demasiadas emociones, demasiados pa¨ªses y acontecimientos hist¨®ricos como para que quepan armoniosamente en un solo libro.
Esta es una historia de buenos y malos. Aquellos que excepcionalmente se mueven en el gris lo hacen para redimirse. Para todos los personajes est¨¢ reservada una vida de pel¨ªcula. Viven incre¨ªbles peripecias que les permiten estar siempre en el sitio y momento adecuados para ser testigos de acontecimientos hist¨®ricos de primera magnitud, oyendo los cuchicheos que intercambian los creadores de la historia, que se ofrecen al lector como amigos que entran en casa sin llamar a la puerta. Entretenido de leer, dif¨ªcil de creer.
Como puede que haya lectores que se saltaran los anteriores, Follett mete con calzador referencias a lo m¨¢s importante de la historia previa
Y, sin embargo, ah¨ª est¨¢ la Historia en may¨²sculas, que act¨²a como una espuela y nos lleva hasta la siguiente p¨¢gina al ritmo de los acontecimientos que cambiaron el mundo entre los a?os sesenta y noventa del siglo XX. ?C¨®mo frenar la lectura en medio del terror que despert¨® la carrera nuclear de la Guerra Fr¨ªa? ?C¨®mo parar en el punto ¨¢lgido del drama que vivieron las familias separadas por el muro de Berl¨ªn? ?Qui¨¦n dejar¨ªa de lado una historia en la que hay rock & roll, hippies y agentes de la CIA? El problema es que las m¨¢s de mil p¨¢ginas dan para que el escritor recorra esos episodios, pero no para que construya una trama que se entrecruce sin forzarla, ni para que los personajes cojan forma y dejen de ser una simple fachada. Abundan las situaciones simplificadas y falta verdad, dolor en el sufrimiento y alegr¨ªa en la felicidad. Cuando decae la trama, Follett echa pimienta con una escena de sexo. Cuando al contexto hist¨®rico (muy trabajado) le falta ligereza, el autor a?ade curvas femeninas. Cada vez que una mujer entra en escena, Follett tiene la irritante costumbre de subrayar que es inteligente, como si eso fuera tan sorprendente como para que merezca la pena gastar una l¨ªnea.
Del autor que describ¨ªa con minuciosidad la construcci¨®n de una catedral en Los pilares de la Tierra se pasa al Follett de El umbral de la eternidad, que va salpicando datos hist¨®ricos sin tocar el coraz¨®n de los grandes problemas que le ocupan. Siempre escribe adem¨¢s mirando a la historia con ojos estadounidenses: lo que pas¨® en aquellos a?os sin la intervenci¨®n de EE?UU no existe. Si acaso, lo mejor del libro es su capacidad para retratar a los grandes l¨ªderes como hombres de carne y hueso, aterrados y aterradores, rodeados de dudas y miedos mientras deciden el destino del mundo. El resto de personajes solo sirven para dar la r¨¦plica a esas figuras y voz a dudas generacionales y momentos hist¨®ricos demasiado grandes como para ser condensados en una ¨²nica persona.
No es el ¨²nico inconveniente. Este es el tercer volumen de una trilog¨ªa. Como puede que haya lectores que se saltaran los anteriores, Follett mete con calzador referencias a lo m¨¢s importante de la historia previa, frenando el ritmo y complicando un relato ya de por s¨ª dif¨ªcil. Como buen best seller, ya pasa de mano en mano en el metro, donde hasta es posible que un viajero interrogue a otro sobre la novela. Es bien sencillo: al fan de Follett que disfrutara de La ca¨ªda de los gigantes y El invierno del mundo le entusiasmar¨¢; pero ser¨¢ dif¨ªcil que conmueva al lector que se acerque por casualidad a sus p¨¢ginas.
El umbral de la eternidad. Ken Follett. Plaza & Jan¨¦s. Barcelona, 20141.152 p¨¢ginas. 24,90 euros
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