Regreso a la nieve, la avaricia y la genialidad de ¡®Fargo¡¯
La serie y la pel¨ªcula de los hermanos Coen son completamente diferentes pero comparten esp¨ªritu y ambientes
Joel y Ethan Coen han dirigido 16 pel¨ªculas. Transcurren en espacios y momentos que no pueden ser m¨¢s diferentes, desde el viejo oeste hasta el principio de los a?os sesenta o la Gran Depresi¨®n, desde las llanuras heladas de Minnesota hasta los despachos de la CIA en Washington o el ambiente bohemio del Village en los tiempos del primer Bob Dylan. La variedad es tan grande que se podr¨ªa decir que el conjunto de sus filmes forma un mosaico de la historia de Estados Unidos. Pero no importa que se trate de A prop¨®sito de Llewyn Davis, El Gran Lebowsky?o Valor de ley, hay algo imposible de definir pero que se percibe inmediatamente que hace que las pel¨ªculas de los hermanos Coen sean siempre reconocibles: algo ¨²nico en los personajes, en los ambientes, en los di¨¢logos, en el guion, algo que hace que los Coen sean siempre los Coen. Es un toque que parec¨ªa imposible de imitar. Hasta ahora: la serie Fargo, inspirada por la pel¨ªcula del mismo t¨ªtulo y que actualmente emite Canal Plus, logra reproducir ese ambiente ¨²nico.
En principio, el filme que estrenaron los Coen en 1996 y la serie de 2014 (de la que son productores ejecutivos) no tienen nada que ver m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo (y de la mezcla de fr¨ªo, nieve, avaricia y estupidez en la que se mueven casi todos sus personajes). La primera transcurre en 1987 en un pueblo llamado Fargo, en Dakota del Norte, la segunda en 2006 en un lugar conocido como Bemidji, en Minnesota. En los dos hace mucho fr¨ªo y en ninguna de las dos localidades se puede decir que la gastronom¨ªa y la dieta mediterr¨¢nea sean una prioridad de sus habitantes.
La advertencia inicial ¡ª¡°Por respeto a los vivos se han cambiado los nombres de los protagonistas; por respeto a los muertos se ha contado todo tal y como ocurri¨®¡±¡ª se repite en la peque?a y en la gran pantalla aunque se trata de una tomadura de pelo en las dos: nada de lo que se cuenta est¨¢ basado en hechos reales. El humor negro est¨¢ tambi¨¦n en el centro de los 90 minutos de la pel¨ªcula y de los diez cap¨ªtulos de una hora de la serie: el espectador suelta unas cuantas carcajadas mientras lamenta re¨ªrse de cosas que no tienen ninguna gracia.
¡°Se podr¨ªa llamar un homenaje a la pel¨ªcula¡±, dijo Noah Hawley, el guionista y productor ejecutivo de los diez episodios en una entrevista con The New York Times. ¡°Me contrataron para crear algo que despertase sentimientos parecidos a los que levantaba la pel¨ªcula. Pero no me dieron consignas o limitaciones: me di cuenta de que, con las instrucciones de hacer un filme de los Coen, puedes rodar cosas que normalmente son imposibles en televisi¨®n¡±.?El reparto cuenta con un viejo conocido de las pel¨ªculas de los hermanos, Billy Bob Thornton, como un psic¨®pata implacable que convierte en un casi un pacifista al personaje de Javier Bardem en No es pa¨ªs para viejos, y con actores como Colin Hanks, Martin Freeman (Watson en la versi¨®n de Sherlock de la BBC) o el veterano Keith Carradine.
Los dos guiones s¨®lo tienen un sorprendente punto de conexi¨®n. En ambas, una historia policiaca brutal se cuela en medio de una cotidianeidad que parec¨ªa congelada por las grandes nevadas del Medio Oeste. Al igual que en el filme, dos personajes se salvan de la estupidez en la que chapotean casi todos los dem¨¢s protagonistas: son dos mujeres polic¨ªa, Francesc McDormand como Marge Gunderson en la pel¨ªcula, en un papel que le vali¨® el Oscar, y Alison Tolman como Molly Solverson en la serie.
¡°Por lo menos tres veces por semana alguien se me acerca y me dice algo sobre Fargo. O me cruzo con alguien en Nueva York y me lanza una frase de la pel¨ªcula¡±, asegur¨® McDormand en una entrevista reciente sobre su papel de polic¨ªa embarazada. Esto es lo que escribi¨® ?ngel Fern¨¢ndez-Santos sobre aquel papel en la cr¨ªtica que, bajo el t¨ªtulo de?La suave dinamita de Fargo, public¨® este diario cuando se estren¨® en salas:?"El reparto roza lo insuperable, pues la panda de imb¨¦ciles ciudadanos de la ciudad de Fargo, y los dos descerebrados criminales que se encargan de descerebrarlos a ellos, no tiene desperdicio, sobre todo si a esta gentuza se a?ade la presencia, en m¨¢gico contrapunto, que borda, primero junto a ellos y finalmente frente a ellos, la maravillosa Frances McDormand".
En ambos casos, una brutal historia se cuela en medio de la cotidianidad
Fargo es junto a El Gran Lebowski la pel¨ªcula de los Coen que m¨¢s fans incondicionales ha capturado y sin duda una de las pel¨ªculas estadounidenses m¨¢s importantes de los ¨²ltimos 30 a?os que se transmite de generaci¨®n en generaci¨®n. Por eso, la serie planteaba un problema que parec¨ªa insuperable: todo el mundo ten¨ªa su propio Fargo en la retina. ¡°Volv¨ª a ver sus filmes y me pregunt¨¦: ?qu¨¦ hace que una pel¨ªcula de los Coen sea una pel¨ªcula de los Coen?¡±, escribi¨® Noah Hawley en The Hollywood Reporter. ¡°El problema con Fargo es que no es una pel¨ªcula de polic¨ªas, es una historia basada en hechos reales pero que en realidad no lo eran¡±. Desde el principio, los Coen se implicaron en el proyecto pero tambi¨¦n dejaron muy claro que la televisi¨®n no era su medio. Preguntado sobre la reacci¨®n de los hermanos, Hawley, responsable de la serie Bones, respondi¨®: ¡°Cuando vieron el episodio piloto, Ethan dijo: ¡®Yeah¡¯. Me explicaron luego que eso significa que le gust¨® mucho¡±. No es aventurado decir que la mayor¨ªa de los espectadores tendr¨¢n una respuesta similar cuando hayan terminado de ver los diez cap¨ªtulos y se sentar¨¢n a esperar la segunda temporada rezando, eso s¨ª, para que el destino no les depare una larga estancia invernal ni en Fargo ni en Bemidji fuera del calor de una pantalla.
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