La guerra y el paso del tiempo a trav¨¦s del lente fotogr¨¢fico

Desde la instant¨¢nea tomada apenas minutos despu¨¦s de la detonaci¨®n de una bomba hasta el regreso a los escenarios de la batalla cuando hace ya a?os que ¨¦sta forma parte de la historia, la guerra y su legado protagonizan una exposici¨®n en Londres que re¨²ne siglo y medio de fotograf¨ªas. El paso del tiempo define ese despliegue en la Tate Modern que, m¨¢s all¨¢ de las tradicionales im¨¢genes fotogr¨¢ficas de un conflicto, propone con su mirada atr¨¢s una lectura casi conceptual de c¨®mo afrontamos el pasado.

La colecci¨®n de m¨¢s de medio centenar de fotograf¨ªas se expone sin orden cronol¨®gico, y de acuerdo con el periodo de tiempo trascurrido entre un determinado acontecimiento y el momento en que la lente lo encara, que pueden ser minutos, d¨ªas, meses o varios a?os. Bajo el t¨ªtulo Conflicto, Tiempo, Fotograf¨ªa, la muestra yuxtapone de este modo el paisaje desolador de la bombardeada ciudad de Dresde (1945) con el de algunos de los frentes de la primera guerra del Golfo (1991), en ambos casos retratados a los siete meses del desenlace b¨¦lico; o im¨¢genes que escrutaron las huellas del ataque at¨®mico en Nagasaki, 25 a?os despu¨¦s, junto a otra serie centrada en Vietnam al cumplirse el cuarto de siglo de la ca¨ªda de Saig¨®n.

Toshio Fukada, entonces un joven estudiante japon¨¦s, tom¨® con su c¨¢mara la sucesi¨®n de cuatro fotograf¨ªas en blanco y negro de la nube en forma de hongo que provoc¨® la bomba at¨®mica lanzada en Hiroshima. Apenas hab¨ªan pasado veinte minutos de aquella agresi¨®n que cambi¨® al mundo. El inmediato trauma de la guerra grabado en el rostro de un soldado estadounidense es capturado por la c¨¢mara de Don McCullin tambi¨¦n casi al tiempo de su entrada en combate en la batalla de Hu¨¦ (Vietnam), en 1968.

Hab¨ªan transcurrido en cambio varios meses desde el ep¨ªlogo de la guerra civil americana (1861-65) cuando que el fot¨®grafo George N. Barnard reh¨ªzo sus pasos para retratar la destrucci¨®n de las localidades y campos de Virginia. Y cinco a?os, en la instalaci¨®n fotogr¨¢fica con la que Jo Ractliffe recoge los estragos en la poblaci¨®n de la larga guerra de Angola (1975-2002). Los integrantes de varias familias de Srebrenica -s¨ªmbolo del genocidio en la guerra de Bosnia- acceden a posan ante la c¨¢mara de Taryn Simon diecis¨¦is a?os despu¨¦s de aquella atrocidad, en una serie que retrata la marca imborrable del conflicto en sucesivas generaciones.

La exposici¨®n, enmarcada en el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial y que se prolongar¨¢ en la Tate Modern hasta el 15 de marzo, abarca diversidad de espacios geogr¨¢ficos encarados por los fot¨®grafos en diferentes tiempos como forma de reflexi¨®n sobre los conflictos y sus secuelas en el paisaje humano y f¨ªsico. Don McCullin regres¨® a Berl¨ªn en 1961, diecis¨¦is a?os despu¨¦s del fin de Segunda Guerra Mundial, para registrar la construcci¨®n de un muro que, consecuencia de aquella contienda, estaba destinado a encarnar la divisi¨®n de Europa.