Con Balzac, vuelve el demiurgo
Dos nuevas traducciones y la recuperaci¨®n de una tercera devuelven la vigencia a ¡®La comedia humana¡¯, gran fresco narrativo de la novela francesa del siglo XIX
El presente hunde sus ra¨ªces en 1830. Al menos parte del presente de la literatura y de la realidad privada, social y pol¨ªtica, cuando Honor¨¦ de Balzac emprendi¨®, seg¨²n sus palabras, la ¡°espantosa labor¡± de escribir una serie de novelas y cuentos para pintar, desde lo ¨ªntimo y cotidiano, ¡°la historia y la cr¨ªtica de la sociedad, el an¨¢lisis de sus males y la discusi¨®n de sus principios¡± bajo el nombre de La comedia humana.La catedral de la vida moderna reci¨¦n nacida en Francia cuyos ecos han influido en la novela como g¨¦nero hasta hoy, mientras se revela como un espejo prof¨¦tico del presente.
Es la obra de un demiurgo que ha estado entre sombras. En los ¨²ltimos a?os su casi centenar de t¨ªtulos se revelaban casi inencontrables. Ahora vuelve con todo su poder¨ªo y su verdad. Primero con dos nuevas traducciones acordes a estos tiempos: Cuentos completos. De la comedia humana (P¨¢ginas de Espuma) a cargo de Mauro Armi?o y el inicio de la edici¨®n can¨®nica y total revisada por el maestro franc¨¦s en La comedia humana. Volumen I (ECC), traducida por Jordi Gim¨¦nez. Y, segundo, con la recuperaci¨®n de la traducci¨®n que hiciera Aurelio Garz¨®n del Camino, a cargo de Hermida Editores.
Hay paisajes muy actuales, como la quiebra financiera Jordi Gim¨¦nez
La vigencia de Balzac, afirma Mauro Armi?o, adem¨¢s de sus m¨¦todos y esquemas que influyeron desde Proust o Joyce hasta los best-sellers actuales, ¡°est¨¢ en su visi¨®n para captar no los hechos sociales en su superficie, sino las ilusiones que el desarrollo del capitalismo naciente crea para sostener la ficci¨®n de la vida social; Balzac, conservador y mon¨¢rquico a machamartillo, que s¨®lo cre¨ªa en la monarqu¨ªa y la religi¨®n como la ¨²nica ligaz¨®n posible para sustentar la sociedad, se meti¨® a cuchillo en ese inicio del capitalismo, hasta el punto de que, para los pensadores marxistas cl¨¢sicos (Engels, Marx, Luk¨¢cs) su obra ilustra mejor que las obras econ¨®micas la sociedad de la ¨¦poca; si Marx pens¨® en escribir un libro sobre La comedia humana, Georg Luk¨¢cs lleg¨® a hacerlo: Balzac y el realismo franc¨¦s¡±.
Recuerda Armi?o que en todo el ciclo balzaquiano hay puntos culminantes sobre las entra?as de la especulaci¨®n, la corrupci¨®n y el enjuague social y la manipulaci¨®n de la prensa (como en Ilusiones perdidas), el retrato ¨ªntimo del amor que traspasa los lindes permitidos (La mujer abandonada); la ciudad que deslumbra a un provinciano pero en la que ve a la riqueza y el ascenso social como destructores de los lazos familiares (Pap¨¢ Goriot) o los relatos fant¨¢sticos (La piel de zapa). "Pero es el conjunto, con su entrelazamiento de tramas y personajes lo que provoca una lectura globalizadora, totalizadora, de toda una ¨¦poca cuyas bases, con algunas variantes, todav¨ªa sostienen la sociedad de hoy".
La sociedad cambia pero no cambia tanto, asegura Jordi Gim¨¦nez, ya metido en el ciclo novel¨ªstico: ¡°Hay pasajes y situaciones muy actuales, como la quiebra de las finanzas y el propio comportamiento del ser humano¡±.
Ciclo balzaquiano
Cuentos completos de La comedia humana. Edici¨®n y nueva traducci¨®n de Mauro Armi?o (P¨¢ginas de Espuma). Incluye una excelente introducci¨®n donde se analiza cada uno de los 27 relatos y la fuente biogr¨¢fica en que se apoya el escritor.
La comedia humana. Vol. 1. Traducci¨®n nueva de Jordi Gim¨¦nez. (Eccediciones). Cada cuatro meses un volumen de los 16 previstos (7 de textos esenciales y 9 de textos complementarios, el ¨²ltimo incluir¨¢ textos inacabados).
La comedia humana. Vol. 1. Recuperaci¨®n de la traducci¨®n y notas de Aurelio Garz¨®n del Camino. Incluye el pr¨®logo de Balzac de 1842. (Hermida Editores)
Todo eso se agrupa en Escenas de la vida privada, Escenas de la vida de provincia, Escenas de la vida parisina, Escenas de la vida pol¨ªtica, Escenas de la vida militar, Escenas de la vida rural, Estudios filos¨®ficos¡
All¨ª est¨¢n los latidos de casi tres mil personajes. Viven en t¨ªtulos individuales y a la vez complementarios, pasando algunos de un libro a otro, hasta crear el fresco del siglo XIX. Una ¨¦poca muere, el mundo contempor¨¢neo nace. Y en el centro un nuevo coraz¨®n que lo cambiar¨¢ todo: el surgimiento de la burgues¨ªa. A partir de ella, Balzac relata el tejido social, existencial y sentimental sobre el cual se sustentar¨¢ la vida mostrada en las obras Pap¨¢ Goriot, Las ilusiones perdidas, Eugenia Grandet, El lirio en el valle, Piel de zapa y El cura de Tours¡
Veinte a?os le bastaron para crear su universo. La clave est¨¢, seg¨²n Armi?o, en el an¨¢lisis ¡°cient¨ªfico¡± que Balzac hace de la sociedad, de su divisi¨®n en clases, de los comportamientos sociales, desde los puntos de vista que sirvieron para titular sus ciclos. ¡°Para ello se centra de manera obsesiva en el ¡®detalle verdadero¡¯, y aprovecha conocimientos reci¨¦n descubiertos: desde la teor¨ªa de los rasgos fisiogn¨®micos de Lavater a los hallazgos sobre lo fant¨¢stico y lo sobrenatural, o temas raros para la ¨¦poca, como el erotismo que se sale de la norma (Una pasi¨®n en el desierto, La mujer de los ojos de oro), el andr¨®gino y lo sobrenatural (Sarrasine, Seraphita, La b¨²squeda de lo absoluto). Y, sobre todo, esa visi¨®n globalizadora de los personajes incrustados en el hecho social¡±.
El autor se meti¨® a cuchillo en el inicio del capitalismo Mauro Armi?o
Ahora que se habla tanto de la ficci¨®n verdadera en la novela, Balzac recuerda que es uno de sus precursores. Crea, seg¨²n el editor Alejandro Hermida, el fiel testimonio de una Francia que pasa a ser ¡°el ¨®nfalo europeo del lenguaje, de las maneras, de la elegancia y del gusto, del lujo y del capricho, a exhibir una imagen desagarrada, atrevida y retadora de una burgues¨ªa triunfante y moderna dispuesta a eliminar todo reducto del pasado¡±.
El deseo est¨¢ detr¨¢s de todo. Delante, la ambici¨®n y los sue?os de las personas que pueden tomar todos los caminos posibles. Ese es el p¨¦ndulo, las pulsiones que escudri?a Balzac, "la lucha del deseo, principio de toda pasi¨®n", escribi¨® en el pr¨®logo de una edici¨®n de 1842, cuando ya hab¨ªa escrito buena parte de su proyecto narrativo. Ya hab¨ªa descubierto que "el azar es el mejor novelista del mundo".
Todo viene de un d¨ªa en que hizo la comparaci¨®n ¡°entre Humanidad y Animalidad¡±. Porque ¡°la sociedad se asemeja a la Naturaleza¡± con la diferencia de que una misma raza, la humana, tiene categor¨ªas y subcategor¨ªas que crean diferencias de comportamientos, mientras que ¡°entre los animales se producen pocos dramas, y la confusi¨®n no se suscita entre ellos apenas¡±. Entonces, cay¨® en la cuenta de que nadie hab¨ªa escrito una ¡°historia de las costumbres¡± y que si la sociedad francesa iba a ser el historiador, ¨¦l ten¨ªa que ser su secretario.
Y no cualquiera. Un demiurgo que al principio del ciclo de La comedia humana se autoprofetiz¨®. Lo hizo en 1831 bajo el t¨ªtulo de La obra maestra desconocida. All¨ª, el anciano Frenhofer pinta a una joven con tal ansia de perfecci¨®n que busca insuflarle vida propia, a lo Pigmali¨®n. Esa ambici¨®n y sue?o de Frenhofer era el mismo deseo detr¨¢s de Balzac, que parafraseando a su artista, cuando muestra su cuadro perfecto, podr¨ªa exclamar al ense?ar sus escritos: ¡°?Est¨¢is ante la realidad de la vida y busc¨¢is una novela!¡±.
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