¡°Si Borges es Dios, yo soy su seraf¨ªn¡±
Mar¨ªa Kodama, la viuda del escritor, evoca su recuerdo ante un auditorio fascinado por la figura del literato argentino
Lauro Rom¨¢n, de unos cincuenta a?os, viaj¨® 1.370 kil¨®metros para asistir la noche del martes a un acto de la Feria del Libro de Guadalajara. Es de Oaxaca, trabaja en Tel¨¦fonos de M¨¦xico (Telmex), y vive en Tuxtla Guti¨¦rrez (Chiapas, sureste del pa¨ªs). Le resta importancia al viaje. ¡°Mis hijos viven aqu¨ª, en Guadalajara¡±. Su mujer, sonriente, corrige: ¡°Pero pidi¨® sus vacaciones para estar aqu¨ª¡±. ?La raz¨®n? Que desde hace m¨¢s 20 a?os es un lector rendido de Jorge Luis Borges y quer¨ªa escuchar las an¨¦cdotas que contar¨ªa su viuda, Mar¨ªa Kodama. Se hizo una foto con ella. ¡°?Mira, mira!¡±, celebraba su familia en ese momento. Cuando baj¨® del estrado, satisfecho despu¨¦s de haber conseguido la imagen, explic¨®: ¡°Leer a Borges me ha ayudado. Incluso puedo decir que me ha acompa?ado en momentos muy dif¨ªciles de mi vida. Apareci¨® en mi vida y se convirti¨® en una necesidad. Me hizo querer saber m¨¢s¡±. Lauro Rom¨¢n, oaxaque?o, y de Tuxtla Guti¨¦rrez, Chiapas, es un lector de Borges y por eso est¨¢ aqu¨ª, en Guadalajara. Quiere saber m¨¢s.
Kodama se deshizo en an¨¦cdotas ante un auditorio hambriento por escuchar de Borges. Por hablar del argentino. Qu¨¦ le¨ªa, qu¨¦ comentaba, qu¨¦ pensaba, qu¨¦ le gustaba, qu¨¦ le molestaba, qu¨¦ le apasionaba, qu¨¦ le enfurec¨ªa. Qu¨¦ pensaba cuando no obten¨ªa (y que nunca obtuvo) el Premio Nobel de Literatura. Y ella respondi¨®, sin perder la sonrisa, citando las propias palabras del argentino: ¡°Mir¨¢, si me lo acaban dando, ser¨¦ uno m¨¢s de la lista. Y si no, ser¨¦ para siempre un mito encandilado¡±.
La traductora brome¨® con la palabra ¡°conversatorio¡±, que fue como se llam¨® al acto que protagoniz¨® y subray¨® que casi no se utiliza en Argentina. Quiz¨¢ un gui?o involuntario a la curiosidad que el propio Borges tuvo por las palabras mexicanas. El fallecido Jos¨¦ Emilio Pacheco recordaba en una entrevista concedida a este peri¨®dico en 2009 una conversaci¨®n con el argentino sobre el verbo ¡°platicar¡±, utilizado en el Siglo de Oro espa?ol, pero que solo sobrevive en suelo mexicano.
Y este martes se platic¨®. Se platic¨® de la amistad que uni¨® a Borges con el historiador mexicano Alfonso Reyes, cuando este ¨²ltimo fue embajador en Argentina y le introdujo al mundo de Pedro P¨¢ramo de Juan Rulfo y el Confabulario de Juan Jos¨¦ Arreola. Dos jaliscienses, como jalisciense es la Feria de Guadalajara. Y quiz¨¢ por eso el ambiente en el sal¨®n era como el de una casa. Las preguntas se suced¨ªan y parec¨ªa que se hablaba de una estrella de rock m¨¢s que de un escritor. Una se?ora confes¨® que se hab¨ªa mandado a hacer una camiseta con la leyenda: ¡°Si Borges es Dios, yo soy su seraf¨ªn¡±.
Porque, en resumen, este martes se platic¨® y de Borges, de alguien a quien hasta las estrellas de rock rend¨ªan pleites¨ªa. Kodama record¨® el encuentro del argentino con Mick Jagger, en el hotel Palace de Madrid. El m¨²sico brit¨¢nico se arrodill¨® frente a Borges y exclam¨®: ¡°?Maestro, yo le admiro, he le¨ªdo toda su obra!¡±. El argentino pregunt¨® de quien se trataba y cuando escuch¨® el apellido ¡°Jagger¡± dijo: ¡°Ah, uno de los Rolling Stones¡±. Y el di¨¢logo se zanj¨® as¨ª:
- ¡°?Pero, c¨®mo, maestro, usted me conoce?¡±, pregunt¨® el m¨²sico brit¨¢nico.
- ¡°S¨ª, gracias a Mar¨ªa conozco toda su producci¨®n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.