Guadalajara no habla ingl¨¦s
La FIL apenas ha logrado convertirse en un trampol¨ªn para que los autores hispanos sean traducidos y m¨¢s conocidos en el mercado de Estados Unidos
En la gran feria del libro en espa?ol tambi¨¦n se habla ingl¨¦s. Decenas de profesionales del libro anglosaj¨®n asisten a la FIL para conocer las tendencias que dibujar¨¢n el panorama literario del futuro. El hambre por nuevas voces, sin embargo, no ha hecho de Guadalajara el destino ideal para cerrar contratos de traducci¨®n de autores hispanos. Tampoco les ha facilitado la entrada al mercado de Estados Unidos.
¡°Son muy pocos los autores hispanos o de otros pa¨ªses que han cruzado¡±, dice Larry Downs, vicepresidente de la compa?¨ªa editorial Harper Collins. Se calcula que solo el 3% de los libros publicados en Estados Unidos son traducciones de otros idiomas (la cifra disminuye a 0,7% cuando se trata de literatura y poes¨ªa). Muchas de estas obras est¨¢n dirigidas al mercado formado por los hispanos de segunda y tercera generaci¨®n que hablan y entienden espa?ol, pero leen en ingl¨¦s.
¡°Se publican m¨¢s de 300.000 t¨ªtulos anuales en Estados Unidos. Esto implicar¨ªa 9.000 t¨ªtulos de traducciones. No es una cantidad para celebrar, pero no podemos acusar por esto a los gringos de verse el ombligo¡±, dice David Unger, representante internacional de la FIL y el primer guatemalteco que escribe en ingl¨¦s y obtuvo el premio Miguel ?ngel Asturias, el galard¨®n nacional de literatura.
El estadounidense Francisco Goldman, hijo de madre guatemalteca, cree que es ¡°muy poco¡± el inter¨¦s que los americanos ponen en la Feria de Guadalajara. ¡°Ni mi agente ni mi editor han venido¡±, se?ala. Se ha dado cuenta, sin embargo, de que algo est¨¢ cambiando en su pa¨ªs natal. ¡°El mercado de ficci¨®n se est¨¢ fracturando. Los libros ya no necesitan a las grandes editoriales¡±.
El sofisticado engranaje que tiene la industria editorial de EE UU, integrado por ojeadores, agentes, editores y vendedores de derechos, no existe a la inversa
El sofisticado engranaje que tiene la industria editorial de Estados Unidos, integrado por ojeadores, agentes, editores y vendedores de derechos, no existe a la inversa. El proceso se da de manera casi artesanal. Los autores se recomiendan de lector a lector, hasta que llegan a o¨ªdos de peque?as editoriales.
¡°Me alienta lo que est¨¢n haciendo sellos independientes como Graywolf y Coffee House, que ha comenzado a editar a Valeria Luiselli. Y tambi¨¦n grandes conglomerados como Riverhead, que est¨¢n publicando bien a Juan Gabriel V¨¢squez y ?lvaro Enrigue¡±, se?ala Elisabeth Kerr, editora y vendedora de derechos para W.W. Norton & Company.
La editorial independiente Sexto Piso, que tiene los derechos de Luiselli, Mario Bellatin y Carlos Vel¨¢zquez, cerr¨® este a?o con Coffee House Press la traducci¨®n y publicaci¨®n de En medio de extra?as v¨ªctimas, de Daniel Salda?a. ¡°A menudo hace falta algo extraordinario para que un editor americano contrate un libro de un latinoamericano¡±, dice Eduardo Rabasa, director de la editorial. Cristina Rivera Garza cree que eso no es suficiente. ¡°Se necesita un milagro¡±, dice la escritora. ¡°Los editores han demostrado que buscan estereotipos. Primero, el boom. Y ahora, copias m¨¢s o menos eficientes de Roberto Bola?o¡±.
El caso del escritor chileno es un hito. A su muerte, en julio de 2003, solo uno de sus libros?hab¨ªa sido traducido al ingl¨¦s. Barbara Epler, la editora del sello New Directions, public¨® algunas obras hasta que Farrar, Straus & Giroux edit¨® en abril de 2007 Los detectives salvajes (de 1998), lo que convirti¨® a Bola?o en una leyenda en Estados Unidos. ¡°Tuvo la mejor cr¨ªtica para un escritor traducido desde W. G. Sebald¡±, dice Goldman. Autores como Mario Benedetti, Juan Bosch y Clarice Lispector no tienen suficiente presencia en ingl¨¦s, asegura David Unger.
Guadalajara a¨²n tiene mucho trabajo para ganar terreno a ferias internacionales como la de Fr¨¢ncfort y Londres, donde la venta de derechos y traducciones es la actividad principal. El punto fuerte de la FIL es la venta de ejemplares.
Pocos turistas estadounidenses suelen deambular entre los pasillos de la FIL. Su presencia se vuelve fantasmal, como si se tratara de un espectro salido de alg¨²n relato de Rulfo. Por momentos se paran a hojear algunos libros. Y entonces llega la pregunta: Do you have this book in english?
Babelia
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