Sabina acorta un concierto en Madrid marcado por su emoci¨®n

Joaqu¨ªn Sabina volvi¨® al escenario anoche en Madrid pero acort¨® una actuaci¨®n que hab¨ªa comenzado plet¨®rica. Menguado de facultades por la emoci¨®n, fue una indisposici¨®n, seg¨²n fuentes cercanas al artista, lo que le impidi¨® acometer los bises con los que el cantante ten¨ªa previsto terminar su actuaci¨®n. Era su regreso en solitario a Espa?a tras cinco a?os.

Para comprender al Sabina que actu¨® en el Palacio de los Deportes de la capital hab¨ªa que fijarse en su cara mientras interpretaba A mis cuarenta y diez. Cuando enton¨® la parte que dice ¡°de empezar a pensar en recogerse, de sentar la cabeza, de resignarme a dictar testamento, perd¨®n por la tristeza¡±, lo hizo con tal convicci¨®n, que el p¨²blico, acostumbrado a gritar ¡°?no!¡± en ese punto, no tuvo nada que objetar. Con los ojos conmovidos por la emoci¨®n, la mirada fija y una expresi¨®n entre el dolor y la felicidad, Sabina resum¨ªa en un gesto todo lo sufrido, todo lo gozado y todo lo que queda por venir. A mitad del concierto, tras un descanso, ya no estuvo tan plet¨®rico.

Subi¨® el de ?beda al escenario vestido con traje turquesa, camiseta negra, bomb¨ªn y perilla larga y canosa. Dispuesto a aportar luz ¡°en tiempos de tormenta¡±. Y se encontr¨® con que su p¨²blico ¡ªel que ha crecido sentimentalmente con sus letras¡ª acepta con agrado que la pista se haya convertido en sus conciertos en un patio de butacas. Las 15.000 personas que le aplaud¨ªan hab¨ªan agotado las entradas para el concierto en menos de una hora. Las del segundo concierto, que se celebrar¨¢ el martes, duraron 10 minutos.

Tocar en casa le supone m¨¢s presi¨®n de la habitual. Ayer habl¨® del ¡°miedo esc¨¦nico¡± (record¨® a Pastora Soler) y confes¨® haber sufrido un vah¨ªdo en las horas previas al concierto. Al citar el miedo esc¨¦nico, algo cambi¨® en su cara. Y minutos despu¨¦s ped¨ªa perd¨®n al p¨²blico por no poder hacer ¡°los bises que estaban preparados¡±. Pero pareci¨® m¨¢s una sobredosis de emoci¨®n que otra cosa. Hasta ese momento hab¨ªa llorado al menos tres veces. Luego vino el baj¨®n ("la verdad es que no me encuentro muy bien") que dio paso al cierre de su concierto. El representante del cantante ha asegurado el artista se encuentra descansando en su casa.

El artista confes¨® haber sufrido un vah¨ªdo antes del recital de Madrid

Para cuando lleg¨® ese inesperado final, hab¨ªan pasado casi dos horas y estaba claro que el show llegaba muy rodado tras su paso por Sudam¨¦rica. Fueron 26 conciertos en 58 d¨ªas. La gira, que agot¨® todas sus entradas, tendr¨¢ su continuaci¨®n en Espa?a en marzo y abril y dar¨¢ lugar a un disco en directo con el material grabado en el Luna Park de Buenos Aires.

Antes del cierre se hab¨ªa visto a un Sabina muy activo. Toc¨® las primeras siete canciones de pie. Cant¨® con pasi¨®n cada ¡°ahora que¡± del tema de apertura e hizo un gui?o a Madrid con Yo me bajo en Atocha. Demostr¨® que, aunque se haya ganado un cantante para la historia de la lengua espa?ola, se ha perdido un gran humorista y tambi¨¦n un digno pintor: suyos eran los dibujos que aparec¨ªan en la pantalla trasera del escenario. Y que sigue siendo el m¨²sico que mejor presenta a su banda: fue uno a uno, loando sus virtudes, con ritmo y con rimas, con gui?os y cari?o. Tambi¨¦n dej¨® claro que es un maestro de la captatio benevolentiae latina cuando asegur¨® que las canciones de 19 d¨ªas y 500 noches ¡ª¡±viejas verdes¡±, las llam¨®¡ª no se escuchaban en su casa porque all¨ª s¨®lo se pone ¡°buena m¨²sica¡±. Y record¨® a Dylan, con una versi¨®n de It ain?t me babe.

Sabina explic¨® la elecci¨®n de 19 d¨ªas y 500 noches haciendo referencia al ¡°¨²ltimo verano¡± de su juventud, que alarg¨® hasta los 50. Habl¨® sin tapujos del ictus que sufri¨® e hizo un alegato contra el consumo de drogas. El disco que da nombre a la gira era la culminaci¨®n de una serie de ¨¢lbumes ¡ªMentiras piadosas, F¨ªsica y Qu¨ªmica, Yo, m¨ª, me contigo¡ª que coincidieron con una etapa de creaci¨®n desenfrenada, de una vida de ritmo complicado. Ayer, esas canciones, cantadas desde la perspectiva que da el tiempo, parecieron adquirir un poso que solo da ver las cosas desde fuera. Al finalizar el concierto, una chica se acerc¨® a la sala de prensa y se dirigi¨® a los periodistas: ¡°No se¨¢is malos, ha sido un gran concierto y le ha podido la emoci¨®n. Ha estado casi dos horas y eso hay que valorarlo¡±.