?Un buen a?o literario?
El dilema: ?Ha habido en 2014 buenas opciones para elegir lecturas?
Poes¨ªa y relatos biogr¨¢ficos
Por Fernando Aramburu
Con permiso, voy a ponerle unas hojas de verdad personal a este asunto. No he le¨ªdo todos los libros de autores espa?oles publicados en el presente a?o. Tampoco la mitad. Pero he picoteado bastantes que se me cayeron de las manos por falta de consistencia literaria, lo cual no constituye una particularidad de los tiempos actuales, y me he adentrado en otros cuya lectura me produjo placer est¨¦tico o me result¨® por una u otra raz¨®n provechosa e instructiva. En realidad, me bastar¨ªa un libro memorable cada doce meses para considerar salvado el a?o. La suma dar¨ªa cien obras maestras en el curso de un siglo. No ha sucedido jam¨¢s, en parte alguna, tal ventura.
S¨¦ que lo f¨¢cil y lo menos expuesto es quejarse, aun cuando tal pr¨¢ctica implique el desprecio al trabajo de los dem¨¢s. Ya dec¨ªa Elias Canetti que quien se queja expresa de forma indirecta que merece m¨¢s o mejores cosas. La queja continua es, pues, una forma de soberbia. Hay mucho comisario opinando de literatura en Espa?a, mucho hombre negativo de quien no se conoce una obra personal digna de otorgarle la toga de juez que lleva puesta.
Mi diagn¨®stico: 2014, en lo literario, ha sido un a?o entre aceptable y estupendo. Claro que yo no me dedico a catar productos editoriales de ¨¦xito. Ando bastante por lugares solitarios. Por la poes¨ªa, por ejemplo. Y ahora mismo me vienen a la memoria la antolog¨ªa en C¨¢tedra de S¨¢nchez Rosillo, Los desenga?os de Antonio Lucas o M¨¢s all¨¢, T¨¢nger de ?lvaro Valverde. Mi paladar y yo tambi¨¦n agradecemos la existencia del relato autobiogr¨¢fico de Luis Landero, El balc¨®n en invierno, al que profesamos entra?able veneraci¨®n. Me complaci¨® el tocho de Jordi Gracia sobre Ortega y Gasset. La prosa de Gonz¨¢lez Sainz estuvo all¨ª, d¨¢ndome gusto durante dos o tres atardeceres. Hubo m¨¢s.
Gracias por el fuego
Por Raquel Garz¨®n
No hay fuego m¨¢s duradero que el que arde con quebracho colorado: una madera noble, resistente, empleada en Sudam¨¦rica para forjar los durmientes de las v¨ªas del ferrocarril. De ese temple es la llama que ha mantenido al mundo del libro dando pelea en 2014, cuando hemos visto de todo: de las pr¨¢cticas hostiles de Amazon a las megafusiones de sellos editoriales, ecos de la crisis del sector. El fervor y la creatividad fueron determinantes en Am¨¦rica Latina. Lectores militantes poblaron ferias internacionales, alentaron editoriales independientes (en la capital argentina surgi¨® una decena de ellas) y volvieron a poner en circulaci¨®n textos y autores al comp¨¢s del festejo de centenarios (Cort¨¢zar, Paz, Bioy Casares, entre otros) y el homenaje ante las p¨¦rdidas (Garc¨ªa M¨¢rquez, Gelman).
Esa ebullici¨®n tambi¨¦n se dio entre quienes escriben. Voces nuevas como las del ecuatoriano Miguel Antonio Ch¨¢vez, la brasile?a Luisa Geisler y el argentino J.?P. Zooey, solo por mencionar a tres de las incontables cuya calidad merece difundirse m¨¢s all¨¢ de sus pa¨ªses, prueban que la literatura sigue siendo capaz de reflejar la sensibilidad de una ¨¦poca que tamiza todo a trav¨¦s de la l¨®gica del consumo globalizado. Este fue tambi¨¦n el a?o en el que decidimos celebrarnos como latinoamericanos. Argentina, invitada de honor en M¨¦xico; Buenos Aires alojando a S?o Paulo durante su feria; Bolivia, pa¨ªs hu¨¦sped del Filba bonaerense. Ese acercamiento debe intensificarse con la literatura brasile?a, tan rica y desconocida como el Amazonas para el lector en castellano.
?Fue un buen a?o? En la FIL de Guadalajara se roban unos 500 libros por d¨ªa. Los organizadores contrarrestan el dato diciendo que nueve de cada diez visitantes compran por lo menos uno. Fuego ardiendo, m¨¢s all¨¢ del debate por los formatos o el precio de los libros. Mientras haya lectores, fr¨ªo no ser¨¢ el nombre de nuestro miedo.
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