Cuba, literatura y revoluci¨®n
La Revoluci¨®n Cubana y, sobre todo, su r¨¢pida radicalizaci¨®n comunista, produjo una fractura del espacio literario cubano
La Revoluci¨®n Cubana y, sobre todo, su r¨¢pida radicalizaci¨®n comunista, produjo una fractura del espacio literario cubano, que persiste hasta hoy. En m¨¢s de medio siglo, cuatro generaciones de escritores cubanos, de probada calidad, se han afincado en diversas ciudades de Estados Unidos, Europa y Am¨¦rica Latina. Desde Gast¨®n Baquero hasta los m¨¢s j¨®venes poetas cubanos, residentes en Madrid o Nueva York, Barcelona o Ciudad de M¨¦xico, Miami o Par¨ªs, el exilio literario cubano ha crecido a la par de la literatura producida en la isla. A diferencia de lo que suced¨ªa en las primeras d¨¦cadas de la Revoluci¨®n, cuando predominaba la polarizaci¨®n ideol¨®gica y la discordancia est¨¦tica, hoy las literaturas de la isla y la di¨¢spora se parecen cada vez m¨¢s y, sin embargo, siguen divididas pol¨ªticamente. Esa divisi¨®n ser¨ªa saludable, si no contribuyera con tanta persistencia a la invisibilidad de una u otra frontera del mismo campo intelectual. La circulaci¨®n editorial de esas literaturas sigue siendo muy precaria, a pesar de la globalizaci¨®n. La historia de la literatura cubana de 1959 en adelante no puede narrarse sin el legado cada vez m¨¢s tangible de la narrativa, la poes¨ªa y el ensayo escritos fuera de la isla.
Las obras de la isla y la di¨¢spora se parecen cada vez m¨¢s, aunque sigan divididas pol¨ªticamente
El nexo representacional entre literatura y Revoluci¨®n, en Cuba, se basa en una paradoja advertida, tempranamente, por algunos cr¨ªticos, como Jos¨¦ Rodr¨ªguez Feo y Seymour Menton, y es que la mejor literatura cubana del ¨²ltimo medio siglo elude o capta el periodo revolucionario en sus or¨ªgenes o en su decadencia, no en su apogeo, durante los a?os 60 y 70. Las grandes novelas y cuentos de Alejo Carpentier, Jos¨¦ Lezama Lima, Virgilio Pi?era, Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy o Antonio Ben¨ªtez Rojo est¨¢n m¨¢s endeudados simb¨®licamente con el periodo republicano, anterior a 1959. Narradores de los 60 y 70, como Reinaldo Arenas, Guillermo Rosales y Jes¨²s D¨ªaz, s¨ª llegaron a colocar a la Revoluci¨®n en el centro de sus ficciones, unas veces para ilustrar su aspecto monstruoso o perverso, y otras, para documentar el naufragio de la utop¨ªa.
Los narradores de las ¨²ltimas d¨¦cadas, entre la generaci¨®n, digamos, de Leonardo Padura, y la de Jorge Enrique Lage, han preferido dialogar con el periodo posterior, es decir, con lo revolucionario como antiguo r¨¦gimen. Tal vez sea en la poes¨ªa, donde podr¨ªa encontrarse una interpelaci¨®n m¨¢s directa del momento en que la subjetividad propiamente revolucionaria comienza a vivir una mutaci¨®n civil, entre los a?os 80 y 90. Pienso en poetas como Ra¨²l Hern¨¢ndez Nov¨¢s, Reina Mar¨ªa Rodr¨ªguez, Omar P¨¦rez y los escritores asociados a la revista Di¨¢spora(s), que acreditaron esa mutaci¨®n y, en algunos casos, introdujeron po¨¦ticas cosmopolitas en el primer tramo post-revolucionario. Poetas y ensayistas de los 90, como Rolando S¨¢nchez Mej¨ªas, Iv¨¢n de la Nuez y Antonio Jos¨¦ Ponte, adelantaron la est¨¦tica transnacional y dist¨®pica que predomina, hoy, entre los m¨¢s j¨®venes escritores cubanos, de la isla o del exilio.
Rafael Rojas es cubano y autor de La vanguardia peregrina, que trata sobre los exilios literarios cubanos de los 60.
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