Documental familiar

Aunque los documentales deber¨ªan ser m¨¢s una b¨²squeda, un camino hacia el descubrimiento, que la exposici¨®n de una teor¨ªa previa, con Lionel Messi quiz¨¢ no haya esa posibilidad. Todo se ha escrito, todo se ha le¨ªdo ya. As¨ª que queda el an¨¢lisis, y queda la fiesta, justo la sistem¨¢tica que han elegido los responsables de Messi, documento hagiogr¨¢fico sobre la figura del futbolista argentino, escrito por Jorge Valdano y dirigido por ?lex de la Iglesia, compuesto a partir de una celebraci¨®n en la que se analiza su trayectoria, importancia y legado. Eso s¨ª, la puesta en escena del festejo, una cena en un restaurante donde cada una de las mesas est¨¢ ocupada por un grupo humano relacionado con la vida del jugador (sus amigos del cole, sus profesores, sus compa?eros en el Bar?a, los periodistas...), puede ser una idea m¨¢s o menos buena en funci¨®n de c¨®mo se ejercite. Sin embargo, a pesar de que gracias a una buena labor de montaje el desarrollo es meritorio, la justificaci¨®n inicial es fatal.

O¨ªr en los primeros minutos de Messi, cuando todos llegan al local, frases como "?mira, es Cruyff, el de la naranja mec¨¢nica!", o "¨¦se es Valdano, el del Mundial 86", resulta simplemente sonrojante. Es entonces cuando se empieza a adivinar que la pel¨ªcula no tiene como objetivo a los futboleros (a ¨¦stos tales informaciones no s¨®lo les sobran, tambi¨¦n les molestan), sino a un arco de p¨²blico mucho mayor. Sobre todo cuando se confirma a trav¨¦s de la segunda de las metodolog¨ªas de exposici¨®n, y el segundo de los errores: discretas dramatizaciones con actores representando a Messi y a su familia (y, m¨¢s tarde, a gente como Rexach o Rijkaard), que gu¨ªan, sobre todo, la mitad inicial de la pel¨ªcula, con sus problemas de crecimiento y su salto desde Argentina a Espa?a.

Sin embargo, con la eclosi¨®n del futbolista en el primer equipo del Bar?a, cuando por fin acaban las escenas de ficci¨®n, la pel¨ªcula levanta el vuelo. Es entonces cuando las palabras de an¨¢lisis, los v¨ªdeos grabados por el padre del protagonista durante toda su vida (que hac¨ªan innecesarias las dramatizaciones), el montaje y el ritmo adquieren velocidad, talento y brillantez, como ese juego de planos con Messi cabizbajo durante el himno argentino, o algunos de sus goles de ni?o, unidos a los de su madurez.

Como buena parte del cine familiar, esa quimera que intenta contentar a varias generaciones con el disfrute en comandita, la pel¨ªcula cojea por demasiados lugares, pero De la Iglesia y Valdano quiz¨¢ hayan inventado la figura del documental deportivo familiar ficcionado.