La magia de lo ancestral
¡®So?ando el carnaval de los animales¡¯, de T¨ªteres Etc¨¦tera, estar¨¢ en el Teatro Fern¨¢n G¨®mez hasta el pr¨®ximo domingo 4
Quiz¨¢s, en alg¨²n momento, sea dif¨ªcil distinguir entre ficci¨®n y realidad. Tal vez, desde la butaca, el baile on¨ªrico de tortugas, leones y esqueletos tri¨¢sicos, parezca el sue?o de una noche pl¨¢cida y templada. Sobre el escenario, la orquesta Murtra Ensemble haciendo sonar Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy y El carnaval de los animales de Camille Saint-Sa?ns y, en un empaste cadente y sincr¨®nico, T¨ªteres Etc¨¦tera, la compa?¨ªa que hasta el pr¨®ximo domingo 4 de enero estar¨¢ en el Teatro Fern¨¢n G¨®mez con So?ando el carnaval de los animales.
La primera vez que a Enrique Lanz, el director de la compa?¨ªa, le propusieron llevar al teatro la pieza de Debussy, los a?os ochenta estaban llegando a su fin. No cuaj¨® en aquella ocasi¨®n. ¡°Pero s¨ª dos a?os despu¨¦s, cuando me lo propone la orquesta con la que hoy lo escenificamos. Hab¨ªa feeling y ya hab¨ªa trabajado con ellos. Lo hicimos en coproducci¨®n con el Liceu, fue la primera¡±, cuenta Lanz.
Murtra Ensemble no es una orquesta al uso. ¡°Y as¨ª debe ser si queremos llevar la m¨²sica cl¨¢sica al p¨²blico¡±. Se deslizan por el escenario, sin partitura, a veces a oscuras. ¡°Va m¨¢s all¨¢ del movimiento de los t¨ªteres y de la propuesta dramat¨²rgica¡±.
Corcho forrado de papel de peri¨®dico, gomaespuma, aluminio, plumas, esparto. Lanz se lanz¨® a crear un universo on¨ªrico para recrear lo que Saint-Sa?ns hab¨ªa imaginado como melod¨ªa. ¡°Con mucho respeto, no quer¨ªa traicionar al autor¡±. Cuando las dos composiciones musicales estuvieron listas, lo dem¨¢s fue encajando. ¡°No sin dificultades¡±, asegura el director. ¡°Quer¨ªa mantener el orden de las 14 piezas originales del compositor de El carnaval, darle un crescendo dramat¨²rgico, no sab¨ªa c¨®mo interpretar los f¨®siles...Hasta que encontr¨¦ una partitura en la que los bordes ten¨ªan garabateados esqueletos de dinosaurio¡±. ?l le dio vida, 12 metros de envergadura y un sistema de poleas y contrapesos.
T¨¦cnicas tradicionales y nuevas para una historia que comienza con un beb¨¦ fauno hecho de trapo que aparece del estuche de una de las chelistas. ¡°Los m¨²sicos de la orquesta consiguen dormirlo y ¨¦l sue?a con animales reales. Toda la obra es un paso de lo real a lo irreal, y de lo irreal a lo real¡±. Esa, en ocasiones imperceptible diferencia, se multiplica bajo la mirada de los ni?os. ¡°?El elefante es de verdad!¡±, gritan. Y el t¨ªtere, ese objeto ancestral, sigue impregnado de magia en el siglo XXI.
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