Hacer re¨ªr
La gente de 'Charlie Hebdo' se han convertido en m¨¢rtires por algo tan sano, necesario y corrosivo como burlarse de los ogros
Ignoro si cuando va a llegar la muerte y el cerebro a¨²n mantiene un poco de lucidez la memoria hace un repaso lento o acelerado de las sensaciones m¨¢s gratas que te han ocurrido, pero estoy seguro de que entre ellas ocupar¨ªan un lugar de honor las carcajadas, las risas y las sonrisas que disfrutaste a lo largo de tu existencia. Con tus amigos, parejas, ligues, familia, en el cine, leyendo, observando las cosas hilarantes, divertidas, surrealistas que ofrece la vida. Da igual que esa risa la provoque la inteligencia, la gracia, el absurdo, el disparate, la iron¨ªa, que existan motivos transparentes para que aparezca ese gozoso gesto o que te asalte la risa tonta, que la compartas con otras personas o en soledad. Lo maravilloso es re¨ªr, supone un acto de afirmaci¨®n, tiene poder curativo, es liberador, representa la alegr¨ªa de vivir.
Cuando el alma no est¨¢ malita y no te invade el dolor f¨ªsico o mental, lo que m¨¢s agradezco es que me hagan re¨ªr. Hay gente que es gen¨¦ticamente graciosa, o vocacionalmente, o en momentos puntuales, o la comicidad que despierta tambi¨¦n puede ser involuntaria. Y hay otra gente cuya profesi¨®n consiste en el arte de hacer re¨ªr al pr¨®jimo.
Lo primero que miro en los peri¨®dicos son las vi?etas de los humoristas gr¨¢ficos. Qu¨¦ dura la obligaci¨®n de ser ingenioso todos los d¨ªas, que el estado de gracia te acompa?e permanentemente. Tengo un amigo humorista al que le peg¨® un infartazo. Y record¨¦ su angustia, sus infinitos paseos por la redacci¨®n, sus manos sujetando obsesivamente la cabeza, durante los muchos a?os en los que trabaj¨¦ con ¨¦l, hasta que su cerebro par¨ªa el adecuado chiste. Otro amigo aliviaba esa tensi¨®n trasegando alcohol sin prisas y sin pausas. Sospecho que estaba convencido de que adem¨¢s de gustarle beber, eso espoleaba su imaginaci¨®n, facilitaba la creatividad. Una pancreatitis casi acab¨® con ¨¦l. Y se dedic¨® con ¨¦xito a otras actividades que no exclu¨ªan su bendito sentido del humor.
Woody Guthrie aseguraba que su guitarra mataba fascistas. Lo dudo. Pero est¨¢ claro que satirizar al poder, a las religiones, a los fanatismos, es motivo para que los criticados monstruos te env¨ªen al otro barrio. La gente de Charlie Hebdo se han convertido en m¨¢rtires por algo tan sano, necesario y corrosivo como burlarse de los ogros.
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