¡°La educaci¨®n en las artes en Occidente es un desastre¡±
El pianista franc¨¦s vuelve a la carga con su personal y sabia visi¨®n de Bach
El pianista franc¨¦s Pierre-Laurent Aimard (Lyon, 1957) vuelve a la carga con su personal y sabia visi¨®n de uno de los padres de la M¨²sica. Seis a?os separan este disco, que recoge el primer libro de El clave bien temperado, de Bach, de su anterior regreso a la m¨²sica antigua con su grabaci¨®n de El arte de la fuga. En esta ocasi¨®n, ha cre¨ªdo necesario tomarse un tiempo sab¨¢tico para afrontar como merece esta pieza fundamental del repertorio para tecla. Este jueves presentar¨¢ sus resultados con un concierto en el Palau de la M¨²sica de Barcelona, tras su paso por Madrid, ayer martes, San Sebasti¨¢n y Oviedo.
Aimard considera tanto El arte de la fuga como El clave bien temperado ¡°dos piezas muy diferentes, dos monumentos opuestos¡±. Curtido en el Conservatorio de Par¨ªs y con una relaci¨®n directa con Ligeti, del que ha interpretado buena parte de su obra, el pianista vuelve a los recuerdos de su juventud con esta colecci¨®n de 24 preludios y 24 fugas de ¡°uno de los compositores m¨¢s dif¨ªciles de interpretar, por la riqueza que encierra¡±. ¡°Si quieres dar una respuesta a la diversidad y la profundidad que propone Bach, debes tener una serie de experiencias previas que te ayuden a ello¡±, subraya.
¡°Siempre he tocado m¨²sica antigua y actual, es la manera en que he sido educado, la forma en la que comenc¨¦ a dar conciertos y la manera en la que siempre he planeado mi vida. Me atrae lo nuevo, pero siempre sin dejar de lado lo que construye la tradici¨®n. No soy un especialista en la m¨²sica actual que vuelve atr¨¢s en la historia, sino que contin¨²o con mi intenci¨®n de extender mi campo de visi¨®n y expandir los territorios que he ido descubriendo a lo largo de mi vida¡±, a?ade.
De vuelta a Bach, Aimard expresa su sorpresa ¡°una y otra vez por su creatividad¡±. ¡°Es capaz de hacer una pieza de tanta fuerza y tanta inspiraci¨®n que esos 24 preludios son un abanico muy variado¡±. Por ello dej¨® de dar conciertos, para afrontar esta grabaci¨®n y poder estudiar detenidamente y sin prisas cada una de las piezas que componen el libro, estudiando cuando le apetec¨ªa estudiar y dedicando mucho tiempo a la investigaci¨®n: ¡°Estudiar sin la necesidad de tener que coger un avi¨®n o un tren para dar un concierto¡±.
Ese tiempo de reflexi¨®n se lo ha tomado en un centro de estudios avanzados de Berl¨ªn en el que se ha recluido junto a 50 especialistas de todas las disciplinas, conviviendo juntos. ¡°Hab¨ªa grandes expertos en biolog¨ªa, sociolog¨ªa, escritores, historiadores; viv¨ªamos todos juntos y compart¨ªamos nuestros descubrimientos cada d¨ªa con los dem¨¢s, lo que fue una experiencia muy enriquecedora¡±.
¡°Cuando decid¨ª tocar Bach en un instrumento como el piano moderno, hab¨ªa que adaptar esta m¨²sica a la realidad del instrumento. El piano tiene una serie de cualidades que puede brindar. Glenn Gould encontr¨® una verdad en esta m¨²sica que es incre¨ªblemente diferente de lo que se hab¨ªa hecho hasta ese momento¡±, confiesa.
Aimard, aunque ha probado de todas las ¨¦pocas, ha dedicado buena parte de su vida al repertorio contempor¨¢neo (trabaja ahora en una web para abordar el universo de Ligeti con tintes divulgativos). Y es consciente de las dificultades de la m¨²sica actual para calar en el p¨²blico: ¡°A la sociedad le cuesta trabajo incorporar lo nuevo, pasa con el pensamiento y con la ciencia. Hacen falta un par de generaciones para asimilar esos descubrimientos. Liszt dec¨ªa en su libro sobre Chopin que el polaco era un gran revolucionario pero que no mucha gente entend¨ªa su obra. Sin embargo, una generaci¨®n despu¨¦s, desde el ¨¢mbito acad¨¦mico, comenzar¨ªa un movimiento de comprensi¨®n y asimilaci¨®n de su legado. Los estudios de Ligeti, que se compusieron en los ochenta, se est¨¢n llevando ahora a concursos y los j¨®venes pianistas los est¨¢n interpretando en los conservatorios¡±.
Para esa asimilaci¨®n es fundamental la educaci¨®n musical, no solo de los ni?os, sino de toda la sociedad. ¡°Lo que pasa en Occidente es un desastre en cuanto a la educaci¨®n en las artes. Y estamos viendo los buenos resultados de otros pa¨ªses que han invertido en educaci¨®n musical. Es el caso de Finlandia, un peque?o pa¨ªs que est¨¢ dando una gran generaci¨®n de m¨²sicos; o Jap¨®n, el lugar que ahora tiene un abanico de conciertos de extraordinaria calidad y un p¨²blico fenomenal que ama la m¨²sica, fruto de una buena educaci¨®n cultural, como en su d¨ªa tuvo Hungr¨ªa, que dio una importante generaci¨®n de grandes m¨²sicos¡±.
Babelia
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