La resurrecci¨®n de Voltaire
Protagoniza un renacimiento en Francia reconvertido en heraldo de la libertad de prensa Su ¡®Tratado de la tolerancia¡¯, firmado en 1763, se ha convertido en un superventas
Dos siglos y medio despu¨¦s de su muerte, Voltaire resucita para reconfortar a sus compatriotas. Para encontrar el buen camino, solo habr¨ªa que seguir las se?ales de un libro que firm¨® en 1763, pero que sigue inspirando hoy a esta Francia deca¨ªda. En los d¨ªas posteriores a los atentados que han sacudido al pa¨ªs, su Tratado de la toleranciase ha convertido en un inesperado superventas. ¡°Tras la marcha ciudadana del domingo pasado, vendimos 5.000 ejemplares en dos d¨ªas¡±, afirmaban ayer, desconcertados, desde la editorial Gallimard.
A lo largo y ancho de esa hist¨®rica manifestaci¨®n, algunos ciudadanos desempolvaron sus vol¨²menes y los enarbolaron como la m¨¢s contundente de las pancartas. Desde entonces, muchos se han puesto a imitarlos. Una edici¨®n de bolsillo a dos euros, de la que se han vendido 120.000 ejemplares en la ¨²ltima d¨¦cada, ya est¨¢ a punto de agotarse. La editorial ha dado luz verde a una nueva reimpresi¨®n de 20.000 unidades, que llegar¨¢ a las librer¨ªas el lunes. Por si quedaban dudas, el libro era ayer el sexto m¨¢s vendido en Amazon.
Luchador infatigable contra el fanatismo religioso y por la libertad de prensa, Voltaire se rebelaba en ese libro contra la condena y ejecuci¨®n de Jean Calas, protestante injustamente acusado de asesinar a uno de sus hijos para evitar que se convirtiera al catolicismo. Voltaire estaba convencido de su culpabilidad, hasta que otro hijo de Calas acudi¨® a Ginebra para convencerle. Tras examinar el caso, firm¨® un libro entre sard¨®nico y solemne, cuyo poder de convicci¨®n logr¨® la rehabilitaci¨®n de la memoria de Calas. ¡°La tolerancia no ha provocado nunca ninguna guerra civil; la intolerancia ha cubierto la tierra de matanza¡±, escribi¨® Voltaire en sus p¨¢ginas. El ¨¦xito es todav¨ªa m¨¢s sorprendente al descubrir que, entre sus l¨ªneas, no se encuentran citas c¨¦lebres ni frases subrayables. S¨ª, en cambio, una l¨²cida disertaci¨®n en 143 p¨¢ginas sobre la calidad del sistema judicial y el efecto perverso de ciertas leyes.
Desde este martes, las molduras doradas de Versalles tambi¨¦n le han cedido un hueco destacado. El itinerario tur¨ªstico termina en una sala vac¨ªa, presidida por un retrato de Voltaire que Nicolas de Largilli¨¨re firm¨® en 1724. El street art se ha sumado a la causa. En el bulevar que lleva su nombre, y por el que marcharon m¨¢s de un mill¨®n de personas el domingo, se descubre un cartel que esboza su figura. Basta dar una vuelta para reencontrarlo en todas las esquinas.
La Soci¨¦t¨¦ Voltaire, un peque?o club de acad¨¦micos especialistas en el fil¨®sofo de las luces, est¨¢ de enhorabuena por este regreso inesperado. ¡°Los franceses hacen muy bien en volver a Voltaire. Es una pena que no lo hayan hecho antes. Nunca he entendido que a veces le traten como una reliquia¡±, apunta su secretario, Andrew Brown. Se trata de un especialista en la cuesti¨®n: hasta 1997 presidi¨® la Voltaire Foundation de la Universidad de Oxford. Hoy vive retirado en Ferney, municipio pegado a la frontera con Suiza, rebautizado como Ferney-Voltaire en 1878 en homenaje al autor, quien vivi¨® en un castillo del lugar a mediados del siglo anterior.
En el primer tercio del siglo pasado, Julien Benda escribi¨® un nuevo prefacio al Diccionario filos¨®fico de Voltaire, donde se explicaba sobre su relaci¨®n cambiante con el autor. ¡°Dec¨ªa que siempre le hab¨ªa parecido un autor del pasado, hasta que llegaron los a?os treinta. Volvi¨® a abrir el libro y lo entendi¨® de otra manera¡±, apunta Brown. ¡°Eso es lo que pasa ahora¡±. En respuesta al atentado del 7 de enero, la Soci¨¦t¨¦ Voltaire emiti¨® un comunicado. Dec¨ªa esto: ¡°Hoy, Voltaire ser¨ªa Charlie¡±.
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