Faten Hamama, actriz egipcia de talla internacional
La int¨¦rprete, conocida por su independencia y su activismo en favor de las mujeres ¨¢rabes, salt¨® de El Cairo a Cannes y Hollywood
El domingo pasado falleci¨® a los 83 a?os la actriz egipcia Faten Hamama, y las escenas de duelo siguen sucedi¨¦ndose en el pa¨ªs. Pero su popularidad ha sido tambi¨¦n enorme en otros territorios¡ y en otras culturas. Lleg¨® a Francia a trav¨¦s del festival de Cannes, a Hollywood para intervenir junto a George Sanders en la pel¨ªcula Cairo (Wolf Rilla, 1961), e incluso a Espa?a, donde protagoniz¨® en 1966 una extra?a coproducci¨®n con L¨ªbano y Egipto, Como un ¨ªdolo de arena, a pesar de que el cine ¨¢rabe no se conoc¨ªa entre nosotros. Aunque fue dirigida por el gran maestro Youssef Chahine, la pel¨ªcula fue un desatino: entre otros elementos, un pastor del desierto se convert¨ªa en torero mientras ella aparec¨ªa vestida de andaluza¡
Pero aun as¨ª Faten Hamama pudo vencer el disparate. Su gran talento para la interpretaci¨®n hab¨ªa destacado desde ni?a. En 1939, a los siete a?os, apareci¨® por primera vez en la pantalla, siendo entonces conocida como la Shirley Temple de Egipto.
A lo largo de su vida siguieron un centenar de pel¨ªculas de gran calado popular. En el cine era guapa y moderna, y en su vida personal una en¨¦rgica reivindicadora de los derechos de la mujer. Faten Hamama tuvo valor incluso para enfrentarse al Gobierno autoritario de Nasser tras la revoluci¨®n de 1952 en la que ella misma hab¨ªa participado y no solo con la pel¨ªcula Puerta abierta (1951). Se refugi¨® durante seis a?os en Londres y Beirut a pesar de los constantes reclamos de su pa¨ªs, incluidos los del presidente, que la calificaba de ¡°tesoro nacional¡±. Pero no regres¨® a Egipto hasta la muerte de Nasser, en 1970.
La versatilidad de esta actriz la hizo apta para todo tipo de g¨¦neros, naturalmente tambi¨¦n el rom¨¢ntico. Con Omar Shariff, entonces gal¨¢n guapo pero no gran actor, intervino en una decena de pel¨ªculas de enamorados, aunque tambi¨¦n en otras de cr¨®nica social como El cielo ardiente, en 1954, de nuevo a las ¨®rdenes de Chahine, que compiti¨® en Cannes. Omar Shariff y ella acabaron cas¨¢ndose en 1955, finalizando su matrimonio tras el rodaje de El r¨ªo del amor (1961), poco antes de que ¨¦l iniciara la carrera que le ha hecho internacionalmente famoso.
La ¨²ltima pel¨ªcula de la pareja no era sino una personal adaptaci¨®n de Anna Karenina y su turbulenta pasi¨®n ad¨²ltera, a pesar de que el p¨²blico, seg¨²n dec¨ªa la actriz, no aceptaba que la mujer fuera muy libre en el cine. Pero su empe?o personal fue con frecuencia en sentido opuesto, porque, seg¨²n tambi¨¦n dec¨ªa, ¡°las pel¨ªculas pueden ayudar a la gente a ser mejores¡±.
En este sentido destacan Miss Fatma (1952), donde se reivindica el papel de la mujer en una sociedad machista, La oraci¨®n del ruise?or (1959), que cuenta la venganza de una mujer campesina, y Oridu Hallan (1975), en defensa del derecho de la mujer a pedir el divorcio, pel¨ªcula que seg¨²n se cuenta hizo cambiar las leyes egipcias en este aspecto.
Faten Hamama se retir¨® voluntariamente del cine en 1993 pero m¨¢s tarde regres¨® a la televisi¨®n en un par de ocasiones, despertando entre el p¨²blico el mismo entusiasmo que en sus a?os de juventud. La asociaci¨®n egipcia de escritores y cr¨ªticos la consider¨® ¡°la estrella del siglo¡±, distinci¨®n que parece ser cierta por los innumerables testimonios que ha suscitado su muerte, incluidos los dos d¨ªas de luto oficial decretados por el Gobierno.
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