Folk & Roll
Casi todos los artistas se han visto obligados a reducir su elenco o incluso a prescindir de ¨¦l. Los rockeros adoptan maneras de 'folksinger' y salen solos a la carretera
Una canci¨®n quiere ser un puente. Una vez tendido, desde la otra orilla, puedes contemplar su poder. Est¨¢ ah¨ª, rugiendo entre el p¨²blico. Retroaliment¨¢ndose. Es el cl¨ªmax, el prodigio el¨¦ctrico, la legendaria epifan¨ªa del rock and roll.
Relativamente f¨¢cil de encontrar en recintos artificiales veraniegos, en su h¨¢bitat natural cada d¨ªa se hace m¨¢s de rogar. Bares y peque?as salas de conciertos casi siempre tienen que conformarse con versiones reducidas de la bestia. Casi todos los artistas se han visto obligados a reducir dr¨¢sticamente su elenco o incluso a prescindir por completo de ¨¦l. La furgoneta cargada hasta los topes con m¨²sicos e instrumentos encajados al mil¨ªmetro ha pasado a la historia, junto a la satisfacci¨®n a?adida de crear trabajo. Los rockeros adoptan maneras de folksinger y salen solos a la carretera. El resto ha perdido su empleo, pero al menos la m¨²sica sigue sonando. La casa de la esperanza nunca cierra.
Pongamos que la salud lo agradece. La espalda respira aliviada sin equipo que descargar. Y seguro que conducir tantos kil¨®metros resulta, a la larga, beneficioso para el h¨ªgado. Descartadas las siestas en ruta, hay que descansar en tierra firme y dar buen uso a nuestra habitaci¨®n, ahora individual. Qui¨¦n me iba a decir que echar¨ªa de menos los ronquidos del guitarrista con el que sol¨ªa compartirla¡ Del anta?o concurrido circuito ven¨¦reo del rock s¨®lo quedan vaporosos recuerdos.
Tambi¨¦n la t¨¦cnica se depura. El repertorio es sometido a una sesi¨®n de drenaje que s¨®lo las mejores canciones soportan. Aun as¨ª, se muestran vulnerables en su desnudez. Despojadas de la din¨¢mica que les brinda la banda, ser¨¢s su ¨²nico amante y no dejar¨¢n de exigirte intensidad, delicadeza y claridad. Has ganado libertad como int¨¦rprete y te sorprendes cambiando la estructura de las canciones sobre la marcha, en un ins¨®lito ejercicio de audacia para los r¨ªgidos patrones del rock a los que est¨¢s acostumbrado.
Adem¨¢s, la tradici¨®n juglaresca demanda verborrea. Introduces cada canci¨®n con una historia singular. El cantante de folk sabe que tiene que mantener el di¨¢logo abierto durante todo el concierto, si no quiere que se le escurra de entre las manos. Y, aunque el p¨²blico del rock se esfuerza por adaptarse, el ritual sigue tirando lo suyo. Deber¨¢s conquistar cada minuto de silencio con la ¨²nica ayuda de tu arte.
Tanto artistas como empresarios deber¨ªamos facilitar m¨¢s las cosas. El p¨²blico tiene que tener claro lo que va a ver y sentirse c¨®modo en la faena. Hay que ajustar los precios, fomentar la disposici¨®n y establecer prioridades. Si las cosas cambian en el escenario, que lo hagan tambi¨¦n abajo. Conviene ser flexibles y saltarnos los t¨®picos. Por ejemplo, puede que sea buena idea poner sillas. El aforo es un poco menor, pero un concierto ac¨²stico siempre gana muchos enteros as¨ª. Tan sencillo como eso. Sin embargo, la ¨²ltima vez que propuse acomodar en ellas al p¨²blico me contestaron que eso no cuadrar¨ªa con la ortodoxia rockera. Ortodoxia y rock and roll. Eso a m¨ª s¨ª que no me cuadra, amigo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.