Desahucio p¨®stumo para la literatura

La visita a la casa museo de Lope de Vega en Madrid empieza por la capilla de la primera planta. A la gu¨ªa le sirve para explicar que a los 52 a?os, despu¨¦s de una vida un tanto desenfrenada (tuvo m¨¢s de una docena de hijos leg¨ªtimos e ileg¨ªtimos), el F¨¦nix de los Ingenios se hizo cura. A partir de ah¨ª, tras el paso por su despacho, la cocina con su hogar y su esca?o y el cuarto de los ni?os, el visitante sale de all¨ª con la imagen de una ¨¦poca de superstici¨®n en un Madrid pueblerino y en transformaci¨®n por la efervescencia econ¨®mica, pol¨ªtica y cultural, clave para entender a un autor como Lope y todo el contexto del Siglo de Oro de las letras espa?olas.

Tal vez por el tama?o de la figura; tal vez porque se trata de un centro p¨²blico (de la Comunidad de Madrid, que le dota de personal y presupuesto suficiente); tal vez porque est¨¢ en el centro de una gran ciudad, con una enorme oferta cultural y comercial alrededor; o quiz¨¢ por todo junto, esta casa museo va bastante bien: en 2014 tuvo 61.000 visitantes, tres veces m¨¢s que en 2012.

Pero no es lo habitual, pues buena parte de los centros de este tipo viven hoy ahogados. Sus principales financiadores han sido Ayuntamientos, diputaciones y cajas de ahorro, y los recortes han puesto m¨¢s en evidencia que nunca las dificultades de una gesti¨®n marcada por los vaivenes pol¨ªticos y las luchas partidistas o entre herederos. V¨¦ase el caso de la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela, de la que se hizo cargo la Xunta de Galicia en 2010, cuando estaba al borde de la quiebra, y que en 2014 fue condenada a entregar 1,1 millones de euros a Camilo Jos¨¦ Cela Conde (hijo del autor) tras su litigio con Marina Casta?o, su viuda y gestora de la fundaci¨®n hasta 2010. O el litigio entre el Ayuntamiento de Valencia, del que depende la Casa Museo de Blasco Ib¨¢?ez, y la Fundaci¨®n Centro de Estudios Vicente Blasco Ib¨¢?ez, creada herederos del escritor, a cuenta del legado.

Se trata de entidades que, por otro lado, en muchos casos no han sabido o podido explotar unos recursos tur¨ªsticos que podr¨ªan hacerles m¨¢s independientes. ¡°No se puede vivir de espaldas al turismo¡±, se?ala Carmen Jim¨¦nez, conservadora de museos y miembro de la Junta Directiva del Comit¨¦ Internacional de Residencias Hist¨®ricas-Museos del ICOM. ¡°No vale con abrir una casa museo en medio de la nada; tiene que estar bien presentada y promocionada (al menos, con una buena web) y a su alrededor propiciar un tejido de servicios [tiendas, restaurantes]¡±.

La mayor¨ªa de estas casas dependen de fundaciones y no buscan con ellas beneficios econ¨®micos, sino convertirlas en un polo de atracci¨®n que les permita cumplir sus objetivos: difundir la obra de sus autores (con reediciones, exposiciones, visitas de escolares y p¨²blico en general, cert¨¢menes literarios, rutas¡­) y conservar el legado. Son al menos medio centenar, aunque no hay un censo fiable. Su situaci¨®n es muy variopinta: las hay p¨²blicas, privadas y mixtas; las hay de autores cuyos descendientes a¨²n cobran derechos de autor y las que no; de escritores de fama internacional y de otros m¨¢s modestos; en ciudades grandes o en peque?os pueblos¡­ Pero casi todas, aunque no tengan casa ni museo, suelen hacer actividades que se entremezclan con el turismo cultural.

Por ejemplo, las rutas por el Bilbao de Blas de Otero que hace la fundaci¨®n del poeta. Esta entidad solo cuenta con una modesta oficina de 15 metros cuadrados en un centro c¨ªvico municipal. ¡°Nos gustar¨ªa tener un sitio m¨¢s grande, con un espacio expositivo¡­¡±, se?ala el director, Ibon Arbaiza. Pero los tiempos no est¨¢n para alegr¨ªas. ¡°La cultura es lo primero que paga los recortes¡­¡±, a?ade. Su situaci¨®n no es de las m¨¢s precarias, pero como presidente de la Asociaci¨®n de casas museo y fundaciones de escritores (ACAMFE) describe un panorama desalentador, con recortes de m¨¢s del 70% de las ayudas en muchos casos. En general, excluyendo las m¨¢s fuertes y con m¨¢s apoyo institucional -por ejemplo, la Benito P¨¦rez Gald¨®s en Las Palmas, la Zenobia - Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en Moguer, la Lope de Vega en Madrid o Cervantes en Alcal¨¢ de Henares-, aguantan a duras penas, en una situaci¨®n m¨¢s que precaria por la falta de presupuesto. De las 50 entidades vinculadas a la asociaci¨®n, solo 25 est¨¢n activas y al corriente de pago en la entidad.

La Fundaci¨®n Rafael Alberti en el Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz) fue una vez un gran centro de actividad cultural. Pero desde 2010 est¨¢ en proceso de liquidaci¨®n por una deuda de 200.000 euros a la que no pudo hacer frente y que ha asumido el Ayuntamiento de El Puerto de Santa Mar¨ªa mientras busca la forma de mantenerla en funcionamiento. Mientras, sigue abierta, pero sin apenas actividad. Este es el caso de algunas de las m¨¢s peque?as, que apenas pueden aspirar hoy a conservar el legado, a la espera de tiempos mejores.

Los recortes tambi¨¦n est¨¢n afectando la actividades de fundaciones como la Max Aub, en Segorbe (Valencia) o la Casa Museo de Niceto Alcal¨¢-Zamora en Priego de C¨®rdoba. ¡°Estamos bajo m¨ªnimos¡±, se?alaba Francisco Tortajada, director de la Max Aub, a primeros de enero junto a una enorme mesa completamente cubierta de los textos presentados para el XXIX Premio Internacional de cuentos de la fundaci¨®n, que se conceder¨¢ el pr¨®ximo mes de abril. De los siete trabajadores que hab¨ªa en 2008, ahora quedan tres, as¨ª que han tenido que reducir dr¨¢sticamente la actividad, pero determinados a seguir haciendo lo que puedan. "La situaci¨®n es muy triste", aporta Carmen Perdiguero, de la Fundaci¨®n Pedro Mu?oz Seca, tambi¨¦n en el Puerto de Santa Mar¨ªa. Su casa museo cerr¨® en 2009 porque el actual due?o de la que fue vivienda del autor teatral decidi¨® vender el edificio.

La Fundaci¨®n Cultural Miguel Hern¨¢ndez de Orihuela (Alicante) est¨¢ tirando de ahorros.¡°Pero claro: quita y no pon, se acab¨® el mont¨®n¡±, se queja su director, Aitor Larrabide. En el mismo edificio de la fundaci¨®n, las goteras cr¨®nicas de la casa museo gritan cada vez m¨¢s fuerte la necesidad de una rehabilitaci¨®n integral, y unas calles m¨¢s all¨¢, la casa natal del autor, rehabilitada en 2010 por la Generalitat de Valencia con m¨¢s de 500.000 euros, sigue cerrada por una sucesi¨®n de desencuentros y burocracias; la ¨²ltima porque el Ayuntamiento de Orihuela a¨²n no ha firmado el convenio redactado por la Generalitat. Mientras, la mayor parte del legado del poeta, vendido por sus herederos, est¨¢ en Quesada (Ja¨¦n) a la espera de la inminente apertura de un nuevo centro de interpretaci¨®n en el pueblo natal de la esposa del poeta, Josefina Manresa.

¡°Estamos en esa tormenta; somos el ejemplo perfecto¡±, dice el director de la Fundaci¨®n Rafael Cansinos Assens en su peque?o despacho del municipio de Alcobendas (le ha sacado un espacio a un domicilio familiar). Rafael Cansinos (hijo) cuenta que la fundaci¨®n no tiene ninguna subvenci¨®n para gestionar uno de los archivos m¨¢s impresionantes del primer tercio del siglo XX, que incluye manuscritos, miles de cartas con Borges, Vicente Huidobro, G¨®mez de la Serna, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, entre muchos otros, publicaciones peri¨®dicas, carteles, proclamas y otros impresos del paso por las vanguardias del que tambi¨¦n fue uno de los cr¨ªticos literarios m¨¢s importantes de los a?os veinte y treinta del siglo pasado.

Cansinos (hijo) dej¨® el trabajo y se traslad¨® con su familia a Sevilla en 2010 para crear la entidad con el apoyo del Ayuntamiento, gobernado entonces por el PSOE. Pero las promesas se fueron incumpliendo -"Hab¨ªa voluntad, pero los fondos no llegaban"- hasta que un nuevo equipo municipal, del PP, le retir¨® sede y subvenci¨®n en 2011. Y tuvo que volver a Madrid. Cansinos ve imposible salir a flote sin apoyo p¨²blico o de empresas. Y en Espa?a la subvenci¨®n ¡°se ha derrumbado y est¨¢ desprestigiada por los abusos¡± y no se hace nada ¡°para potenciar el patrocinio privado¡±. El proyecto de Ley de Mecenazgo del Gobierno se diluy¨® en una reforma fiscal que aumenta del 35% al 40% la desgravaci¨®n para empresas que inviertan en cultura; en Reino Unido es el 70%, en Francia el 60%, en Italia el 100%.

La conservadora Carmen Jim¨¦nez admite que ¡°no se puede pretender que ahora se hagan mejores propuestas con menos medios y exiguo personal, especialmente en los centros peque?os¡±. Pero insiste en que no todo depende del dinero: "S¨ª se pueden rentabilizar buenas iniciativas que est¨¦n en marcha, cofinanciar otras con casas museo, fundaciones e instituciones afines, aprovechar las ventajas de Internet en cuanto a promoci¨®n, dise?ando estrategias viables y, sobre todo, formar parte de asociaciones nacionales e internacionales que contribuyen a tener m¨¢s visibilidad". Adem¨¢s, augura tiempos mejores: "Hay futuro para estos espacios, lo est¨¢n haciendo en otros pa¨ªses¡±, como Francia, Reino Unido, Italia o, m¨¢s recientemente, en Portugal.

Pone el ejemplo de la casa natal de William Shakespeare en Stratford, en el condado de Warwickshire, Inglaterra, y todo lo que tiene alrededor (varias casas, un museo o la sede de la compa?¨ªa de teatro Royal Shakespeare Company), que dependen de una fundaci¨®n privada. En Italia, elogia la red de casas museo Case de la Memoria, una red donde se mezclan los literatos (Dante o Petrarca) con pedagogos (Maria Montessori) o empresarios (Enrico Ferrari, fundador de la marca de coches).

Y tambi¨¦n destaca el trabajo de las casas museo de escritores rusos, en especial, la de Le¨®n Tolstoi en Yasnaya Polyana, a 12 kil¨®metros al suroeste de Tula. All¨ª, la casa y sus objetos personales, sus escritos, la hacienda, los festivales de arte y literarios, conviven con restaurantes y un hotel para los visitantes o la explotaci¨®n de las enormes arboledas de frutales de la finca (este proyecto s¨ª es p¨²blico). Adem¨¢s, tiene un proyecto llamado El Jard¨ªn de los Genios, que agrupa a siete casas museo de literatos universales: Tolstoi, Dante, Shakespeare, Joyce, Hugo, Goethe y Cervantes (en este ¨²ltimo caso, se trata de Casa Natal de Cervantes en Alcal¨¢ de Henares, de la Comunidad de Madrid).

Stratford recibe cada a?o 800.000 visitantes. La casa natal de Cervantes, unos 150.000 (como la de Lope, las visitas son gratuitas). A la de Tolstoi van 130.000 personas. A la de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en Moguer, otra de las m¨¢s fuertes y con m¨¢s apoyo, 30.000 en 2014, A?o de Platero. La de Garc¨ªa Lorca en Fuente Vaqueros recibi¨® 10.000. Esta tiene una subvenci¨®n de 351.000 euros e ingresa unos 18.000 por visitas y publicaciones.

Desde ACAMFE, insisten en el valor de estos centros m¨¢s all¨¢ de su capacidad para generar dinero. ¡°Estamos hablando de cultura con may¨²sculas, de hacer pensar y dar una visi¨®n cr¨ªtica del mundo¡±, dice Arbaiza. ¡°Muchos somos el ¨²nico museo de la localidad, donde se concentra la vida cultural¡±, a?ade Antonio Gonz¨¢lez Padr¨®n, expresidente de ACAMFE y director de la Casa Museo Le¨®n y Castillo, en Telde, en la isla de Gran Canaria.