Entre miradas
'Gran Hermano VIP' podr¨ªa llamarse 'Gran Hermano Escoria', porque los psic¨®logos que dirigen la elecci¨®n de personajes han compuesto un retablo fenomenal
![Olvido Hormigos y Belén Esteban, en 'Gran Hermano VIP'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YIXT6LAJYWZPJWL3HNFSTTXAMQ.jpg?auth=078a81a4a4bf30b457369414ab0cce074eb06f5b6be9909b9e2fa9488c44b079&width=414)
Espa?a anda buscando los cad¨¢veres de dos de sus escritores m¨¢s venerados: Cervantes y Lorca. Ejemplo del poco aprecio que se les tuvo en vida, ellos adoraron al pa¨ªs y lo retrataron en lo grotesco y sentimental. Gran Hermano VIP podr¨ªa llamarse Gran Hermano Escoria, porque los psic¨®logos que dirigen la elecci¨®n de personajes han compuesto un retablo fenomenal. M¨¢s que personalidad, los convidados tienen estrategia. Son marrulleros en el acoso y derribo del contrario; son fr¨¢giles revestidos de fortaleza por un espejismo de popularidad. El programa, fundamental para entender nuestra tele, parece un partido de f¨²tbol en el que solo jugaran defensas agresivos y antideportivos. Se eligi¨® a la exconcejal Olvido Hormigos para interpretar el papel de malvada y no ha defraudado.
Cuando salt¨® a la fama por un v¨ªdeo privado donde se masturbaba para un amante, recibi¨® la solidaridad de los bienintencionados. Pero al dejar la pol¨ªtica, posar para Intervi¨² y aprovechar el tir¨®n para hacer caja, capitaliz¨® el rencor. Nada provoca m¨¢s rencor que una v¨ªctima que rechaza los buenos sentimientos y quiere reivindicar su espacio de oportunismo. La televisi¨®n es una gran ficci¨®n fabricada con programas de aparente realidad, y esa ficci¨®n necesita malvados y giros de trama. Cuando ya no quedaba un ¨¢pice de esperanza para salvar a esa creaci¨®n fabulosa, expulsada de la casa por su perversidad, aparece un marido con enorme dignidad, interpretando el papel de Charles Bovary.
Pero al mando de la historia no est¨¢ Flaubert, sino el cotilleo espa?ol sustentado en valores reaccionarios. Celos, traici¨®n, violencia de g¨¦nero, sumisi¨®n. La mala madre y la mala esposa que para el espectador termina por merecerse todo lo horrible que le pase. En un libro lleno de observaciones interesantes sobre el arte titulado Entre miradas, Germ¨¢n Huici recuerda que Renoir elogiaba la belleza de una modelo diciendo que era uno de esos seres privilegiados a quien los dioses han librado de los ¨¢ngulos agudos. Cuando en lugar de la belleza y la armon¨ªa buscas lo contrario, acabas pagando miles de euros por semana a quien est¨¦ dispuesto a exhibir sus ¨¢ngulos menos favorecidos. En un pa¨ªs que cree equivocadamente que toda la corrupci¨®n emana de sus pol¨ªticos, conviene mirar lo que se mira para entender mejor.
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