Compromiso y verdad

Conoc¨ª a Amparo Bar¨® en Agosto,de Tracy Letts, en el CDN. Volv¨ªa al teatro despu¨¦s de muchos a?os y tras decirme que no tres veces seguidas. Le mand¨¦ el texto y se enamor¨® de ¨¦l. Contaba los d¨ªas para ponerse a ensayar, preocupada por el m¨¢s m¨ªnimo detalle de la producci¨®n. Desde los primeros ensayos, poco a poco, fue tomando cuerpo su manera de trabajar. Y de repente, como en un destello inesperado, apareci¨® sobre el escenario la actriz de raza que es. Todo su potencial dram¨¢tico, toda su capacidad de riesgo, su comicidad apabullante, su entrega sin l¨ªmites, su originalidad y su necesidad casi obsesiva de perfecci¨®n. Pero no desde la histeria egoc¨¦ntrica de los actores enfermos de vanidad, sino desde la naturalidad, algo que surg¨ªa sencillamente del propio trabajo y que te?¨ªa toda su actividad de una manera silenciosa, c¨®mplice y cercana. Todo lo hac¨ªa f¨¢cil para los compa?eros y para el equipo. Amparo es una actriz a la que yo definir¨ªa con una palabra clave que la ha acompa?ado siempre en su larga trayectoria profesional: compromiso. Compromiso con la propuesta esc¨¦nica y con el elenco junto al que trabaja.

El trabajo cotidiano en un escenario es para ella sin¨®nimo de rigor, de versatilidad, de oficio y de una pasi¨®n arrolladora por una profesi¨®n a la que ha dedicado toda una vida. Y, por encima de todo, con una imaginaci¨®n y un talento extraordinarios.

Pertenece a una generaci¨®n de actores y actrices irrepetible

Pertenece a una generaci¨®n de actores y actrices irrepetible, que aprendi¨® desde muy joven abri¨¦ndose paso en los escenarios, asumiendo poco a poco personajes de mayor responsabilidad, hasta llegar a conformar una brillante galer¨ªa de primeros actores que se han convertido en referentes.

Amparo tambi¨¦n sorprende, asombra, inquieta, y ah¨ª radica su extraordinaria modernidad. Cuando crees que ya tiene todo el personaje dise?ado, comprendido, estudiado, llega un d¨ªa en el que empieza a sentirse libre y comienza a volar. Ah¨ª es cuando el personaje crece, y el espect¨¢culo con ¨¦l, y empiezas a ver en el escenario esa enorme imaginaci¨®n, esa necesidad de arriesgar continuamente y esa contemporaneidad que la acercan al espectador y que la han hecho formar parte ya de la memoria colectiva.

Eso fue lo que sucedi¨® en Agosto, su ¨²ltima aparici¨®n sobre los escenarios, un trabajo en el que cristalizaron todas estas virtudes de una manera brutal, potenciadas tambi¨¦n por su relaci¨®n con una compa?¨ªa extraordinaria y su mano a mano con otra actriz enorme, su gran amiga Carmen Machi. No puede haber mayor placer para un director que ver a estas dos grandes derrochando talento d¨ªa a d¨ªa y en permanente estado de gracia. Dej¨¢ndose la piel, como si fuese el ¨²nico personaje que han de interpretar en su vida.

Disculpen que hable de ella en presente. Me resulta insoportable aceptar que Amparo se ha ido. Y s¨ª, Amparo Bar¨® se nos ha ido a todos. Pero estoy seguro de que estar¨¢ en otro lugar buscando cualquier excusa para subirse a un escenario, para fumarse un pitillo a escondidas, para sentir el amor de sus compa?eros y poder seguir demostrando que el trabajo no es m¨¢s que buscar la verdad con pasi¨®n, lanzarse al vac¨ªo como si fuese la primera y la ¨²ltima vez. Y tambi¨¦n estoy seguro de que Amparo Bar¨® es ya una luz, una luz cegadora y caliente que iluminar¨¢ nuestros escenarios y las vidas de sus amigos para siempre.