Nada y dioses

Lo bueno de El intermedio (en LaSexta) no es s¨®lo El Gran Wyoming.

Lo bueno de El intermedio es que se deja ver. A aquellos a los que irrita El intermedio les gusta verlo, y a los que nos gusta verlo no podemos disimular, en la casa, e incluso en la casa ajena, que en ese momento en que nos ponemos el arroz o nos ponen las virutas de jam¨®n nosotros estar¨ªamos mejor viendo a Wyoming y a Sandra Sabat¨¦s.

Los telespectadores ignoramos qu¨¦ hay detr¨¢s del programa: qui¨¦n hace los guiones, si Wyoming improvisa o no; nos da igual. Los que vemos televisi¨®n no somos especialistas: nos gusta El intermedio (a los que nos gusta) y, por tanto, creemos que quienes lo hacen son Sandra, Wyoming y su equipo, Thais Villas, Dani Mateo, Gonzo...

Gonzo es una verdadera delicia de la televisi¨®n. Ha llevado a la pantalla aquella perplejidad sin cara de Tonino en Caiga quien caiga... Tonino se quedaba en silencio y aturd¨ªa as¨ª a sus personajes; Gonzo usa la co?a marinera y deja boquiabiertos a los que tiene delante.

Este jueves se fue a C¨®rdoba con un falso candidato andaluz del PP a la Junta de Andaluc¨ªa. Ah, fue una delicia: nadie sab¨ªa all¨ª (como adelant¨® EL PA?S, en una encuesta) qui¨¦n era Juan Manuel Moreno Bonilla, de modo que todos se tragaban que el excelente actor era el verdadero oponente de Susana D¨ªaz.

Lo que puso de manifiesto el actor (y lo que pone de manifiesto cada d¨ªa El intermedio) fue el lenguaje de madera con que los pol¨ªticos quieren ganarse a la ciudadan¨ªa. Parec¨ªa una parodia. ?Pero no es una parodia! Los pol¨ªticos espa?oles hablan as¨ª, expresan sus convicciones a partir de lugares comunes que pudieron haber sido dictados por Tony Leblanc o por Gila, y que aburren a las piedras y a los usuarios de las urnas.

Por esos grandes hallazgos esperamos en casa, a la hora del arroz, la llegada de Wyoming, para combatir la nada restante. En su ¨²ltimo libro (No estamos solos, Planeta), Wyoming recoge esta frase de Ferlosio: ¡°Mientras no cambien los dioses no cambia nada¡±. Estamos en tiempo de nada, esperando que cambien los dioses..., al menos los dioses de la tele, que tendr¨ªan que aprender del modo de quitarse la corbata que tiene este programa que tanto nos gusta.