Ricardo Senabre, fil¨®logo y cr¨ªtico literario

Es probable que Ricardo Senabre (Alcoy, 1937), fallecido el pasado jueves en Alicante, haya sido uno de los ¨²ltimos descendientes de la exigente tradici¨®n de la Escuela de Filolog¨ªa Espa?ola, aquella que tuvo como primer maestro a Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y algunos de sus mejores eslabones en Rafael Lapesa, D¨¢maso Alonso y Fernando L¨¢zaro Carreter. Este ¨²ltimo fue su maestro en Salamanca y quien se lo recomend¨® a Luis Mar¨ªa Anson como cr¨ªtico literario, ejerciendo primero en ABC y luego en El Cultural, donde ha escrito hasta los ¨²ltimos momentos de su vida, componiendo un terceto inmejorable, junto a Santos Sanz Villanueva y ?ngel Basanta, expertos en la narrativa espa?ola.

Don Ricardo, como le gustaba que le llamaran, estudi¨® Filolog¨ªa Rom¨¢nica en la Universidad de Salamanca, donde se doctor¨® con una tesis, luego convertida en libro, sobre Lengua y estilo de Ortega y Gasset (1964), y ejerci¨® como catedr¨¢tico hasta su jubilaci¨®n. Pero antes dej¨® excelentes disc¨ªpulos a su paso por la Universidad de Extremadura, como Mar¨ªa Jos¨¦ Vega. Esos a?os cacere?os lo convirtieron en voraz lector de los escritores de aquella regi¨®n, de cuyas obras sol¨ªa ocuparse a menudo. Al citado libro habr¨ªa que a?adir otros sobre La poes¨ªa de Rafael Alberti (1977), Graci¨¢n y El Critic¨®n (1979), Literatura y p¨²blico (1987), Antonio Machado y Juan Ram¨®n Jim¨¦nez: poetas del siglo XX (1991), los Estudios sobre Fray Luis de Le¨®n (1998) y Met¨¢fora y novela (2005), o el volumen miscel¨¢neo Claves de la poes¨ªa contempor¨¢nea: de B¨¦cquer a Brines (1999). A ellos habr¨ªa que sumar ediciones mod¨¦licas de cl¨¢sicos: Fray Luis de Le¨®n, Zorilla, Valle-Incl¨¢n, Unamuno, Baroja y Ortega y Gasset. A la luz de sus numerosas publicaciones podr¨ªa afirmarse que conoc¨ªa al dedillo la literatura espa?ola, desde el Siglo de Oro al XXI, pues trabaj¨® adem¨¢s en todos los g¨¦neros cl¨¢sicos, poes¨ªa, novela, teatro y ensayo, barajando la reflexi¨®n te¨®rica con el peso de la lengua y la literatura.

En la pr¨¢ctica cr¨ªtica, que le gustaba denominarla cr¨ªtica inmediata, se mostr¨® siempre independiente y l¨²cido, por lo que creo que ha sido uno de los mejores de las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. Se ocupaba tanto de los autores consagrados como de los m¨¢s j¨®venes, trat¨¢ndolos con el mismo rasero, con semejante talante cr¨ªtico, siempre respetuoso, analizando el sentido de la obra, su valor, no solo en el momento de su aparici¨®n, sino tambi¨¦n en la tradici¨®n literaria de la que formaba parte. As¨ª, por ejemplo, alent¨® desde sus inicios, cuando todav¨ªa era un joven narrador desconocido, la obra de Fernando Aramburu; en cambio, no apreci¨® la obra de Javier Mar¨ªas.

Sus saberes eran m¨²ltiples y siempre se mostraba generoso con ellos: desde la colaboraci¨®n en un blog, hasta la recomendaci¨®n de una lectura o un dato que mejorara un estudio o edici¨®n que le hab¨ªan enviado. En mi caso, puedo decir que cada vez que anotando un texto me surg¨ªa una duda que no consegu¨ªa resolver, sol¨ªa recurrir a ¨¦l, y a menudo me solucionaba el problema.

Adem¨¢s, tuve la fortuna de o¨ªrlo en varias ocasiones y siempre me pareci¨® un excelente y ameno conferenciante, un maestro en suma; y un cr¨ªtico clarificador cuyas lecturas echar¨¦ de menos todas las semanas.