Alfonso Aij¨®n, el Quijote de la m¨²sica
El ¡®padre¡¯ del ciclo Iberm¨²sica lanza, a sus 84 a?os, un SOS para salvarlo
El director milan¨¦s Riccardo Chailly ofreci¨® el mi¨¦rcoles y el jueves en el Auditorio Nacional, junto a la Gewandhaus de Leipzig, dos conciertos de taquicardia. Este domingo y el lunes, la Concertgebouw de ?msterdam comparecer¨¢ en el mismo escenario a las ¨®rdenes del magn¨ªfico Mariss Jansons. Son dos de las mejores orquestas del mundo. Aprovechen su visita. El a?o que viene puede que no dispongamos de tal privilegio en Espa?a. ?La raz¨®n? El ciclo Iberm¨²sica, 45 a?os de excelencia y continua variedad sinf¨®nica global, est¨¢ al borde de la desaparici¨®n. Alfonso Aij¨®n, su responsable, de 84 a?os, querr¨ªa celebrar el 50? aniversario, pero las p¨¦rdidas y el abandono por parte de patrocinadores y abonados le hacen plantearse una salida.
¡°Yo quiero seguir¡±, aseguraba el mi¨¦rcoles antes del concierto de la Gewandhaus este veterano promotor, una aut¨¦ntica referencia mundial en su oficio, un conseguidor a ojos de los mel¨®manos espa?oles y amigo ¨ªntimo de Daniel Barenboim, Zubin Mehta, Claudio Abbado o Simon Rattle ¡ª¡°a quien ofrec¨ª el primer concierto de su carrera¡±, rememora acerca del actual director de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn¡ª. ¡°Pero si no me llega una ayuda de la Uni¨®n Europea que se debe dilucidar en el mes de marzo [en concreto la que depende del programa Europa creativa], tendr¨¦ que replante¨¢rmelo¡±.
Puso su casa en venta, y Barenboim y Zubin Mehta le brindaron su ayuda
Las citas est¨¢n preparadas para la pr¨®xima temporada. ¡°Y mi casa, en venta¡±. Aij¨®n se juega su patrimonio. No le asusta. Ya lo ha hecho m¨¢s veces. ¡°La diferencia es que antes pod¨ªa hipotecar. Ahora, a mi edad, nadie me da un cr¨¦dito, as¨ª que vendo y asumo los gastos¡±, reconoce resignado.
Su amigo Barenboim le ofreci¨® hace poco un consejo. ¡°Cierra, y ret¨ªrate; ya es hora a tus 84 a?os¡±. Pero Aij¨®n, caballerosamente, como hace todo este terco Quijote de fuste que hasta hace nada no faltaba a la cita anual con su expedici¨®n al Himalaya, renunci¨® a seguir la advertencia. ¡°Y eso que llevar la contraria a Daniel no es f¨¢cil. Pero le dije que no pod¨ªa dejar tiradas a las orquestas con las que me hab¨ªa comprometido, ni a los abonados que durante a?os me han seguido y a¨²n resisten¡±.
Una vida fascinante, una constelaci¨®n de estrellas
- Alfonso Aij¨®n naci¨® en Madrid en 1931.
- En 1963, se salv¨® del accidente de un avi¨®n de Swissair en el que murieron 80 personas. Volv¨ªa de Nepal y, debido a que transportaba serpientes venenosas para un zoo suizo, qued¨® retenido en el aeropuerto y perdi¨® el vuelo.
- Antes de promotor musical fue enterrador, pastor de b¨²falos, minero, c¨®nsul honorario, periodista, obrero de la construcci¨®n y banquero.
- Daniel Barenboim, Pierre Boulez, Claudio Abbado, Simon Rattle, Zubin Mehta, Lorin Maazel, Mariss Jansons y Esa-Peka Salonen son solo algunos de los grandes directores que Aij¨®n ha programado en Espa?a.
- Concertgebouw, Filarm¨®nica de Berl¨ªn, Filarm¨®nica de Viena, Filarm¨®nica de M¨²nich o London Symphony Orchestra, algunas de las principales orquestas que ha tra¨ªdo.
- Tambi¨¦n ha programado a int¨¦rpretes como la pianista Maria Jo?o Pires, el violonchelista Mstislav Rostropovich o el bailar¨ªn Mija¨ªl Baryshnikov.
Hay que decir que, de estos ¨²ltimos, tampoco todos le han sido fieles hasta el fin. Reconoce Aij¨®n que esta no es ¨¦poca propicia para adelantar grandes cantidades arriesgando un a?o de fechas que no sabes si vas a poder cumplir acudiendo a cada cita. ¡°Los patrocinadores han preferido apuntarse al Teatro Real, que viste m¨¢s. Y los abonados... Pues algunos se han ido muriendo, otros renuncian a comprometerse y otros se han dado de baja por la crisis¡±. El caso es que un ciclo que hasta hace cuatro a?os ten¨ªa cola para llenar sus 4.000 asientos se vio, al comienzo de este a?o, con 800 vacantes en la demanda de abonos. ¡°Eso es un mill¨®n de euros, con el que, en principio, contaba¡±. Un desastre, resume.
Aun as¨ª, para comprobar que no estaba dispuesto a rendirse, la organizaci¨®n de Iberm¨²sica adjunt¨® una nota en el programa de sus ¨²ltimos conciertos, en la que se le¨ªa la siguiente declaraci¨®n de intenciones firmada por Aij¨®n: ¡°En estas mismas p¨¢ginas les informamos sobre nuestra planificaci¨®n de la temporada 2015-2016. Estamos confiados en poder continuar nuestra labor trayendo a las mejores orquestas, directores y solistas y seguimos tan ilusionados con los pr¨®ximos proyectos como siempre. Iberm¨²sica est¨¢ buscando soluciones. Quisi¨¦ramos transmitirles esta confianza a todos ustedes, nuestros fieles abonados y amigos. Iberm¨²sica sigue y queremos que sigan con nosotros¡±.
El abono resulta caro, cierto. Pero es que adem¨¢s afronta una competencia, a su juicio ¡°desleal¡±, por parte de los ciclos subvencionados por el Estado. ¡°Ellos, los que dependen del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica [la Orquesta Nacional o el Centro de Difusi¨®n de la M¨²sica] no tienen que pagar alquiler de sala, por ejemplo. Yo debo desembolsar, para empezar, 300.000 euros cada a?o y eso sube los precios¡±.
¡°No puedo dejar tiradas ni a las orquestas ni a los abonados¡±, explica
Zubin Mehta le llam¨® el mi¨¦rcoles: ¡°Alfonso, dime en cu¨¢l de mis casas quieres quedarte y yo te la presto¡±. ¡°No hace falta, por el momento¡±, le contest¨® Aij¨®n. El viejo Zubin es de los fieles. Como lo fue Claudio Abbado mientras vivi¨®. Aij¨®n lleg¨® a intimar con ellos hace d¨¦cadas: ¡°Eran m¨²sicos que llegaban a tocar a Madrid de j¨®venes y se ven¨ªan a cenar conmigo¡±. Se trataba de quienes, durante los a?os setenta y ochenta, se convirtieron en los directores m¨¢s poderosos del mundo.
Poco a poco Aij¨®n forj¨® con ellos lazos que duran toda la vida. Hoy, algunos le perdonan hasta la cuenta. Se ofrecen a venir gratis a Madrid para sacarlo adelante, conscientes de que su viejo amigo Alfonso ha conformado lo que para ellos es el mejor ciclo del mundo, sin exagerar. ¡°La escasa oferta desde los a?os setenta en Madrid hizo que me dedicara a dise?ar una variedad sinf¨®nica que no ha ca¨ªdo con los a?os¡±, explica. As¨ª es como se dan cita, como si fuera lo m¨¢s normal, temporada tras temporada, la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, la de Viena, la de Nueva York, la Sinf¨®nica de Londres, las anteriormente citadas y presentes esta semana¡ Pero puede que eso vaya a terminarse. Una aut¨¦ntica cat¨¢strofe.
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