Mauricio Sotelo: ¡°Me interesa el cantaor como un instrumento¡±
Un nuevo cap¨ªtulo se abre en la historia de la controvertida y enigm¨¢tica obra de Garc¨ªa Lorca. 'El p¨²blico' llega al Teatro Real convertida en ¨®pera por el compositor madrile?o
Con la ayuda de un programa de ordenador, Mauricio Sotelo (Madrid, 1961) transmiti¨® a los flamencos las notas que hab¨ªa compuesto. Deb¨ªan interpretarlas en El p¨²blico, la adaptaci¨®n oper¨ªstica de la enigm¨¢tica obra de Lorca cuyo estreno mundial se celebra este martes en el Teatro Real de Madrid, 20 a?os despu¨¦s de aquel primer montaje teatral con el que Llu¨ªs Pasqual marc¨® ¨¦poca.
Sotelo primero escribi¨® las notas, luego cre¨® los archivos de sonido; hizo que los cantantes flamencos las repitieran y les entreg¨® esa "l¨ªnea repintada con su voz" (la canci¨®n grabada) para que siguieran trabajando. "Cuesta muchos ensayos hasta que se queda grabado a fuego. Cuando cantan no existe m¨¢s que en nuestra imaginaci¨®n. Es muy divertido, para m¨ª, claro", explicaba jovial hace unos d¨ªas en la Taberna del Alabardero, frente al Real. Arc¨¢ngel y Jes¨²s M¨¦ndez son los cantaores convocados, y tambi¨¦n participar¨¢ el guitarrista Juan Manuel Ca?izares ¡ªcon quien Sotelo trabaj¨® en Cuando llora el agua, una de sus dos piezas inspiradas en versos del poema La guitarra, de Lorca¡ª y habr¨¢ percusi¨®n flamenca a cargo de Agust¨ªn Dassera, adem¨¢s de una orquesta de 34 m¨²sicos ¡ª"mozartiana como de peque?o teatro", explica el compositor¡ª. Ni la introducci¨®n del flamenco, ni Lorca son algo nuevo en el trabajo de Sotelo, amigo de Morente y disc¨ªpulo del devoto seguidor del poeta granadino y gran figura de la composici¨®n Luigi Nono.
Y fue precisamente en Granada, su tierra natal, donde el joven y aclamado director de orquesta Pablo Heras-Casado se enfrent¨® el pasado diciembre a la partitura completa de El p¨²blico, sobre la que trabajan en los ensayos previos al estreno. "Me sorprendi¨® el tejido orquestal. Entrelaza las l¨ªneas vocales, muy oper¨ªsticas, y hay giros mel¨®dicos entre las voces cantantes que se acercan al flamenco. Bajo esa superficie hay muchos colores vanguardistas muy sofisticados", apunta Heras-Casado, y se resiste a etiquetar al compositor o situarle en el panorama actual, zanjando la cuesti¨®n con un elogio a su "buen control de la pluma musical".
Vestido de negro, haciendo gala de su alma de flamenco, Sotelo habla con soltura de su cuarta ¨®pera ¡ªla primera que adapta de una obra de teatro¡ª y describe como "un encargo ca¨ªdo del cielo" el que recibi¨® de Gerard Mortier hace cinco a?os, antes incluso de que tomara posesi¨®n formalmente de su cargo. Aquello abri¨® un camino hacia la composici¨®n de esta pieza, con la que Sotelo da por cerrada su ¨¦poca flamenca. La ¨®pera es su nueva ruta de acci¨®n y, a pesar de las dificultades propias de la crisis que sufren orquestas y teatros, no puede evitar sentirse optimista, quiz¨¢ por la adrenalina que le produce el estreno.
PREGUNTA.??Arranc¨® a escribir la m¨²sica de El p¨²blico con el libreto terminado?
RESPUESTA.?Pens¨¦ en la m¨²sica desde mi primera conversaci¨®n con Mortier. Pero cualquier espacio po¨¦tico requiere un tratamiento formal y una reducci¨®n, y yo no quer¨ªa pasar seis meses pensando qu¨¦ verso cortaba. Andr¨¦s Ib¨¢?ez es un gran lector, muy honesto con su trabajo. Es la ¨²nica persona que conozco que se sube a un coche y si oye unas notas sabe exactamente a qu¨¦ pieza musical pertenecen, y en qu¨¦ lugar exacto est¨¢n. Nos conocemos de ni?os y trabajamos juntos en la ¨®pera Dulcinea. Sab¨ªa que ¨¦l podr¨ªa hacer una lectura que me permitiera crear un espacio sonoro que proyectara la complejidad del texto. Una sola frase apunta en muchas direcciones y yo quer¨ªa tratar de apuntar esos muchos horizontes desde lo tierno a lo kitsch, o a lo m¨¢s oscuro.
P.??C¨®mo se plante¨® su aproximaci¨®n a esta obra?
R.?La obra de Lorca es un viaje al interior. Se trataba de no intentar traducir o explicar lo inexplicable. No deb¨ªa ser entendido, sino experimentado. Quer¨ªa crear un espacio ideal para que el espectador pueda visitar ese mundo, sin hacer un filtrado, sin prejuzgar o acentuar los muchos temas de la obra, como el discurso te¨®rico sobre el teatro o la homosexualidad.
P.??Se aferr¨® a las divisiones del texto?
R.?S¨ª. El p¨²blico tiene cinco cuadros y un pr¨®logo y quer¨ªa invitar a los espectadores a vivir en estos distintos atrios.
P.??Hubo alguna l¨ªnea clave?
R.?En las direcciones de escena, al principio de El p¨²blico el texto habla de una habitaci¨®n azul, un color que me llev¨® al acorde inicial la nota sol, G en alem¨¢n, en relaci¨®n ginest¨¦sica con el centro del universo, y ah¨ª arranca el viaje hacia dentro.
P.?Compuso esta pieza en Alemania.
R.?S¨ª, en el Instituto de Estudios Avanzados de Berl¨ªn, un lugar que tiene un especial significado puesto que all¨ª estuvo mi maestro Luigi Nono, y tambi¨¦n all¨ª he conocido ahora a Alfred Brendel. Es un lugar para cient¨ªficos donde invitan a compositores residentes. Los cient¨ªficos son mucho m¨¢s locos e intuitivos que los m¨²sicos; con sus m¨¦todos estad¨ªsticos ordenan el caos, eso me fascin¨®. Un d¨ªa me hablaron de un documento de amigos de Schubert que describ¨ªa c¨®mo le vieron componer un lied, le¨ªa y le¨ªa el poema caminando por el cuarto, de pronto se sent¨®, escribi¨® y se fue a por un piano.
La obra de Lorca es un viaje al interior. Se trataba de no intentar traducir o explicar lo inexplicable
P.??As¨ª ocurri¨® en su caso?
R.??Leer, leer, leer y so?ar! Sab¨ªa que lo importante es el texto de Lorca, no mi m¨²sica. Por eso no quise hacer una deconstrucci¨®n conson¨¢ntica. Quer¨ªa encontrar la manera de que las l¨ªneas resultaran naturales.
P.??C¨®mo lo hizo?
R.?Pens¨¦ en las relaciones simb¨®lico-num¨¦ricas del propio texto en el que se dice ¡°del uno al dos¡±, del origen al movimiento. Lorca estaba en aquellos a?os fascinado por los mundos rituales y los s¨ªmbolos. Los tres caballos representan el deseo er¨®tico, la pulsi¨®n sexual, la fuerza de la naturaleza, y ah¨ª entran los ecos del flamenco, la trompeta dorada que algunos sostienen que est¨¢ al principio de las seguiriyas, la voz arcaizante de los flamencos. Los cantaores son esas trompetas, la ra¨ªz oscura en el coraz¨®n del misterio de El p¨²blico, sus l¨ªneas vibran. Me interesa el cantaor como un instrumento. No he tratado de desencriptar las muchas corrientes que influyeron a Lorca.
P.?Pero ?busc¨® fuentes en la m¨²sica del movimiento surrealista?
R.?Bueno, creo que el espacio de Lorca en esta obra es de alejamiento. La escribe tras su paso por Nueva York. No quise investigar esa m¨²sica, ni tampoco los cantes flamencos que conoc¨ªa Federico.
P.?La obra hace una referencia constante a las m¨¢scaras y espejos. Eso en notas, ?se traduce en ecos?
R.?Bueno, para representar el biombo, por ejemplo, hay estructuras especulares, no hay citas directas, pero s¨ª apelo a horizontes de la memoria, espacios on¨ªricos que te remiten a algo que crees que ya has vivido. La obra de Lorca es teatro dentro del teatro, y esta ¨®pera es sobre la ¨®pera. Con ella termino toda la etapa de relaci¨®n con el flamenco, como el viaje de Lorca a Nueva York con el que cerr¨® una fase.
P.??Destaca alg¨²n instrumento?
R.?No, pero en el cuadro segundo se dice que el personaje del director coge una guitarrita negra, y ah¨ª est¨¢ el solista Ca?izares. Yo no escribo casi para instrumentos, sino para gente. No compongo de manera abstracta, es algo muy vivo. Pinto y sue?o en mi cabeza y a veces puedo visualizar hasta las caras de los m¨²sicos cuando las toquen. Componer es la actividad de un mago renacentista. Lo que me fascina de la ¨®pera es que hay muchos elementos esc¨¦nicos tan importantes como la m¨²sica.
P.??Cu¨¢l ha sido el principal reto?
R.?El aspecto arm¨®nico, el buscar sonoridades nuevas y fen¨®menos ac¨²sticos, tratar de traducir. La dificultad estribaba en que la m¨²sica deb¨ªa ser un espejo que reflejara la multiplicidad de la obra.
El p¨²blico. Texto de Federico Garc¨ªa Lorca adaptado por Andr¨¦s Ib¨¢?ez. M¨²sica de Mauricio Sotelo. Direcci¨®n musical: Pablo Heras-Casado. Direcci¨®n de escena: Robert Castro. Teatro Real de Madrid. Del 24 de febrero al 9 de marzo de 2015
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