Marlon Brando, en sus propias palabras
El documental ¡®Listen to me, Marlon¡¯, estrenado en Sundance, repasa la vida del actor Est¨¢ contado por el mismo int¨¦rprete, en cientos de horas de grabaci¨®n in¨¦ditas
A Marlon Brando no le gustaba hablar de ¨¦l, no le gustaba hablar de su vida. Fue una de las mayores estrellas que ha tenido el cine y probablemente una de las m¨¢s secretas con su intimidad. Sin embargo, el documental Listen to Me, Marlon, estrenado en el pasado Festival de Sundance, descubre que al actor s¨ª le gustaba hablar de ¨¦l, s¨ª le gustaba hablar de su vida. Eso s¨ª, s¨®lo con ¨¦l mismo.
Listen to me, Marlon (Esc¨²chame, Marlon) es la frase con la que empezaba sus grabaciones de autohipnosis que practic¨® durante los ¨²ltimos a?os de su vida, recluido en su casa de Los ?ngeles, luchando contra el dolor personal. Estas sesiones son s¨®lo una parte de las m¨¢s de 200 horas de grabaciones nunca escuchadas hasta ahora a las que el director Stevan Riley tuvo acceso cuando le encargaron desde la cadena Showtime el documental.
¡°Sab¨ªa que este material exist¨ªa, pero no sab¨ªa cu¨¢nto hab¨ªa¡±, cont¨® Riley en Sundance. ¡°Marlon conserv¨® todas estas cintas en un b¨²nker fuera de su casa. No guardaba nada de recuerdos en la casa, porque lo ten¨ªa todo ah¨ª fuera. Hab¨ªa tambi¨¦n much¨ªsimo material escrito y audiovisual. Es incre¨ªble, porque ¨¦l apenas hizo entrevistas¡±.
Cuando empez¨® a investigar en la vida de Brando, Riley ley¨® todas las biograf¨ªas, entrevistas y comentarios de gente que le hab¨ªa conocido a lo largo de su vida. Conoci¨® incluso a parte de esa gente, y de lo que cada uno le contaba se encontraba con una versi¨®n distinta de Marlon Brando. ¡°Me di cuenta de que hab¨ªa compartimentado tanto su vida y de que unas relaciones no ten¨ªan que ver con las otras ¨Cexplica el director¨C. Fue lo que me llev¨® a darle voz a la ¨²nica persona verdaderamente cualificada a revelar la esencia y el alma de Brando: el mismo Marlon Brando¡±.
Adem¨¢s de las autohipnosis, Brando guardaba cintas de conversaciones privadas (ten¨ªa micr¨®fonos escondidos en todas las habitaciones de su casa), grabaciones que hac¨ªa mientras preparaba sus personajes, sesiones de meditaci¨®n y diarios de recuerdos y opiniones sobre compa?eros de profesi¨®n (¡°Coppola es un capullo¡±, dice en un momento). Todas ellas componen una ventana a su alma que ¨¦l mismo hab¨ªa ido desvelando poco a poco en sus papeles. El Kowalski de Un tranv¨ªa llamado deseo, por ejemplo, fue el personaje que m¨¢s le super¨®, ¡°ten¨ªa una bestia en su interior¡±, cuenta en el documental, una bestia a la que no quer¨ªa parecerse porque le recordaba a su padre, maltratador, que les abandon¨® a ¨¦l y a su madre, cuando Brando ten¨ªa 11 a?os.
Riley no ha utilizado el documental para desvelar secretos de la vida de este icono, ni desatar nuevas pol¨¦micas, sino s¨®lo para ¡°quitarle la m¨¢scara¡± y descubrir al verdadero Marlon Brando. ¡°Quer¨ªa que fuera una experiencia que lleves contigo, no s¨®lo hechos. Quer¨ªa que fuera Marlon compartiendo su vida¡±, explicaba.
Por eso, el filme arranca con la cabeza parlante del actor que ¨¦l mismo mand¨® digitalizar en los a?os ochenta, para despu¨¦s continuar con un repaso a ¡°todas las edades de Brando: Marlon, el ni?o de Nebraska; Marlon, el actor; y Marlon, el hombre mayor mirando atr¨¢s en su vida desde su retiro de Mulholland Drive¡±; y tambi¨¦n est¨¢ Marlon, el comprometido con los indios y la poblaci¨®n negra, y Marlon, el padre y su episodio m¨¢s doloroso, cuando su hijo Christian mat¨® al novio de su medio hermana, Cheyenne, que despu¨¦s acab¨® suicid¨¢ndose, un cap¨ªtulo al que Riley le dedica bastante tiempo. En todos ellos, el director usa ¨²nicamente la voz del actor sobre im¨¢genes de sus pel¨ªculas o entrevistas televisadas que, claramente, mostraban otro Brando muy diferente al que escuchamos.
Su madre, para quien se convirti¨® en actor, y a la que recuerda con dolor por su alcoholismo; y Stella Adler, su querida profesora con la que aprendi¨® que ¡°la interpretaci¨®n consist¨ªa en encontrar la verdad¡±, son las personas a las que Marlon dedica sus mejores palabras. Mientras, carga contra la fama y todo lo relacionado con la industria del cine, los politiqueos que despreciaban el arte; su padre y el rodaje de Rebeli¨®n a bordo ¨C¡°Mi peor experiencia¡±, reconoce¨C.
Hacia el final del documental, el actor dice: ¡°Voy a tener un micr¨®fono especial en mi ata¨²d, para que cuando me despierte ah¨ª dentro, a dos metros bajo tierra, diga ¡®hazlo de otra manera¡±. Deseo casi cumplido. De una forma m¨¢s magn¨¦tica, que macabra, Marlon Brando, fallecido hace 10 a?os, habla desde el pasado y es el espectador el que acaba hipnotizado con su voz y el descubrimiento del hombre que vivi¨® detr¨¢s del icono.
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