El espect¨¢culo televisivo m¨¢s visto del mundo... pero ya menos

Laca y lentejuelas. Acr¨®batas en contorsiones imposibles, cantantes con peinados despampanantes, actrices con maquillaje hasta en la ves¨ªcula, bailarines con trajes rococ¨®. Todos son parte de la Gala de A?o Nuevo de la televisi¨®n estatal china (CCTV), el programa m¨¢s visto del mundo. Cientos de millones de personas se conectan anualmente en todo el pa¨ªs para el Chunwan, el show de variedades que desde 1983 celebra la entrada del A?o Nuevo lunar. Para muchos es a¨²n parte imprescindible del ritual de festejos. Pero las nuevas tecnolog¨ªas, y otras cadenas, empiezan a comerle el terreno. Pese a sus intentos de modernizarse, y de captar audiencia en el extranjero, este a?o ha vuelto a perder audiencia.

Este a?o, seg¨²n los datos que ha divulgado ya CCTV, siguieron la gala de la noche del mi¨¦rcoles 690 millones de personas, diez millones menos que el anterior. En 2014, cuando se conectaron 700 millones, ya se consider¨® un a?o de baja audiencia. Al igual que entonces, en esta edici¨®n que ha dado paso al A?o de la Cabra en el calendario chino, le han llovido las cr¨ªticas en las redes sociales por aburrida y doctrinaria.

Es cierto que algunos actos no han destacado exactamente por su sutileza en el mensaje. Entre los segmentos m¨¢s criticados ha estado la canci¨®n Os doy mi coraz¨®n, del cantante hongkon¨¦s Warren Mok. Mientras sonaba, aparec¨ªan en pantalla im¨¢genes del presidente Xi Jinping en diversos encuentros con ciudadanos de a pie, plantando un ¨¢rbol o conversando con los soldados del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n.

Y en un aparente intento de mostrar la armon¨ªa entre las diversas etnias chinas y tras un a?o de violencia en Xinjiang, donde habita la minor¨ªa uighur, de religi¨®n musulmana, la gala incluy¨® por primera vez entre sus ocho presentadores a una estrella televisiva de ese grupo ¨¦tnico, Negmat Rajman.

La cadena hab¨ªa promocionado a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n oficiales lo que confiaba en que fuera un im¨¢n para el p¨²blico: por primera vez iba a incluir di¨¢logos c¨®micos que ten¨ªan como blanco a los funcionarios corruptos, y la campa?a contra ellos que ha lanzado Xi desde hace dos a?os. Pero lo que CCTV esperaba que se interpretara como una iniciativa novedosa y liberalizadora fracas¨® por completo. Un programa declarado de ¡°inter¨¦s nacional¡± para el Gobierno no deja nada al albur y cada minuto emitido tiene que contar con la aprobaci¨®n de varios niveles del sistema censor. Los propios guionistas hab¨ªan reconocido en los medios chinos que estos di¨¢logos c¨®micos tuvieron que reescribirse m¨¢s de 70 veces.

Seg¨²n Ying Zhu, una acad¨¦mica residente en Nueva York y especializada en los medios de comunicaci¨®n y la sociedad china, con esos di¨¢logos el mensaje que el Gobierno quiere transmitir ¡°es que el partido es lo suficientemente abierto y fuerte como para permitirse sacar los trapos sucios y Xi es un l¨ªder justo decidido a llevar la campa?a contra la corrupci¨®n hasta el final. Por supuesto, est¨¢ por ver hasta d¨®nde la lleva¡±.

En las redes sociales, abundaban las descripciones de esos segmentos como ¡°aburridos¡± o ¡°adoctrinadores¡±: ¡°mi madre me oblig¨® a verlo, pero enseguida hasta ella misma se qued¨® dormida¡±, comentaba una internauta en Weibo, el Twitter chino.

Mucho m¨¢s inter¨¦s despert¨®, en cambio, un concurso paralelo: a lo largo del programa aquellos televidentes que conectaran su m¨®vil en momentos precisos pod¨ªan ganar ¡°hongbaos¡±, o sobres rojos con dinero que son el regalo tradicional por A?o Nuevo. Muchos estuvieron m¨¢s pendientes de su tel¨¦fono que de lo que se mostraba en pantalla.