Manuel Criado de Val, del buen amor por la Lengua
La vida de Manuel Criado de Val (1917-2015) ha alcanzado casi el siglo, en plenitud. Para entender tan vasta panor¨¢mica concentr¨¦monos en el punto de vista interpretativo que aclare sus claves biogr¨¢ficas. Intentemos dar con alguna, comenzando por las aparentes contradicciones. Primera, a pesar de ser un experto en literatura medieval, su inter¨¦s fue siempre el trato y estudio de la lengua viva; m¨¢s a¨²n, jugando con las palabras, acertar¨ªamos mejor calific¨¢ndole de renacentista, antes que de medievalista, a la vista de sus muchos intereses. Segunda, pese a radicar gran parte de sus quehaceres en el entorno de Hita y de Castilla la Nueva, ni sinti¨® ni se prest¨® nunca a la querencia regionalista, levantando siempre la mirada hacia consideraciones universales. Tercera, siendo hombre de letras, busc¨® la alianza con las disciplinas de ciencias, en especial con la ingenier¨ªa. En fin, la vocaci¨®n pedag¨®gica, la edici¨®n cr¨ªtica de textos centenarios, el estudio del origen del espa?ol, el an¨¢lisis ling¨¹¨ªstico, la dedicaci¨®n lexicogr¨¢fica, todo ello lo practic¨® con un esp¨ªritu de aut¨¦ntica modernidad.
La semilla que crece y evoluciona es la del estudioso de la lengua, con trabajos relevantes sobre el verbo espa?ol y, en concreto, con su propuesta de ¨ªndice verbal (1953), una suerte de lupa segura para el fil¨®logo en tanto que detective de la historia de la literatura; tambi¨¦n con iniciativas orientadas a la unidad de la lengua, gracias a la creaci¨®n de la Oficina Internacional de Informaci¨®n y Observaci¨®n del Espa?ol (en 1964; y, en su seno, de la Escuela de Investigaci¨®n Ling¨¹¨ªstica), cuyo Consejo reuni¨® a lo m¨¢s granado de la filolog¨ªa hisp¨¢nica peninsular, europea e hispanoamericana; y gracias a la creaci¨®n, tambi¨¦n suya, de Hispanoterm, Centro de Terminolog¨ªa Cient¨ªfica y T¨¦cnica del espa?ol (en 1974), con innovaciones panhisp¨¢nicas, de coalici¨®n con las dem¨¢s lenguas rom¨¢nicas y sin desd¨¦n casticista ante la supremac¨ªa del ingl¨¦s. Hemos dicho ya que su preferencia se decantaba por la lengua viva y eso tanto mira al pasado como al presente. Hacia atr¨¢s, la lengua m¨¢s viva es la de los di¨¢logos: Criado de Val ley¨® e interpret¨® originalmente las obras del Arcipreste de Hita y de Cervantes como la de los creadores del coloquio literario en castellano. Hacia el presente, el profesor Criado fue el precursor, en TVE, de los programas did¨¢cticos del espa?ol entre 1969 y 1978 (uno precisamente titulado Lengua viva). La intuici¨®n poderosa acerca de la trascendencia del di¨¢logo como m¨¢xima creaci¨®n estil¨ªstica de Castilla la Nueva, en el Libro de Buen Amor, en El Quijote, es la que fecunda su precioso ensayo Teor¨ªa de Castilla la Nueva (1960), donde opone el universo ir¨®nico y dialogante de una Castilla que gira en torno a Toledo, al de la literatura ¨¦pico-heroica y m¨ªstica de la que llama Castilla n¨®rdica, la de ?vila o Burgos. De la lengua hist¨®rica a la lengua viva, de la lengua viva a la exaltaci¨®n del coloquio: el siguiente paso l¨®gico es subir el di¨¢logo a la escena. Criado de Val recrea de su propia mano infinidad de temas medievales y los lleva a las tablas, a?o tras a?o, desde 1961 hasta ayer, bajo el cielo estrellado en la hermosa plaza de Hita, durante el Festival Medieval, otra de sus iniciativas precursoras que han imitado luego en muchos lugares de Espa?a. Es tambi¨¦n, as¨ª pues, nuestro inquieto renacentista, un verdadero hombre de teatro.
La mirada vasta y limpia, el aprecio por lo interdisciplinar y la confianza en el di¨¢logo hacen que Criado de Val dedique los ¨²ltimos a?os de su vida a poner a historiadores, arque¨®logos, ling¨¹istas, ingenieros y cart¨®grafos de acuerdo en un proyecto sugestivo que bautiza con el nombre de caminer¨ªa hisp¨¢nica, centrando la historia en las redes viarias de Espa?a y de ultramar, nueva iniciativa panhisp¨¢nica que secundan hoy universidades de Colombia, Ecuador y M¨¦xico.
Resta se?alar una presencia y una circunstancia que le han acompa?ado durante casi toda su vida: Isabel, su mujer, y el CSIC. Con todo, queda una contradicci¨®n sin resolver: c¨®mo un hombre de tal trayectoria qued¨® al margen de los di¨¢logos de la lengua en la Real Academia Espa?ola. Fue, como sus queridos Arcipreste de Hita y Cervantes, hombre humano, verdadero, alegre, cordial y de gran inteligencia, pero, tambi¨¦n como ellos, un esencial independiente.
Pedro Calvo-Sotelo es diplom¨¢tico.
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